“El dilema del uso del bikini por la ciudad” ese el título del pasado domingo en el País, 19 de julio de 2009. En uno de los párrafos decía: “Los hosteleros y dueños de otros negocios de la Rambla protestan porque consideran que la imagen de personas sin camiseta o en taje de baño por el principal paseo de la ciudad daña la imagen de Barcelona. A la capital catalana, entienden, no le conviene difundir una imagen de turismo degradado que afea el espacio público”.

Féderic Munné, catedrático de Ciencia Política Social de la Autónoma de Barcelona, sostiene que
prohibir y multar tampoco sirve de nada”.

Este señor lo tacha de problema de urbanismo y de información sobre las normas de comportamiento.

Matiza Munné que, en el fondo, se trata de educación.

Sin embargo, el señor Manuel Delgado, profesor de Antropología de la Universidad de Barcelona
coincide conmigo al respecto, pues dijo “Cualquier cosa que afee el espacio público se pretende
prohibir: el turista que va en traje de baño, el nudismo, la pobreza y la prostitución. La obsesión es
prohibir cualquier cosa que contradiga el modelo de pasarela”. Delgado está convencido (y yo también) de que las ciudades tienen problemas mucho más graves que el turismo que va en traje de baño y se muestra contrario a prohibir comportamientos espontáneos.

Pienso que la falta de zonas de aparcamiento gratuito, anular el pago de aparcar en zona azul, anular  los impuestos, facilitar los créditos a las pymes, la creación de puestos de trabajo, luchar contra los carteristas del metro, rebajar los precios de los alquileres, etc. son problemas más acuciantes que preocuparse de cómo van vestidos o desvestidos la gente.

Tampoco comprendo que ese periódico dedicase dos páginas a esas minucias. Señores y señoras que estáis en contra de que cada cual vaya como le dé la gana por la calle ¿me pueden decir dónde está el perjuicio que les causan?. Yo puedo entender que sentarse desnudo en un restaurante podría transmitir alguna enfermedad, difícil pero podría darse el caso, porque ¿cuántas mujeres circulan sin ropa interior  y van a los restaurantes? Supongo que bastantes,  y no pasa nada.

Si es por decoro, me imagino que no deben sentirse cómodos estar al lado de personas muy tatuadas o infestadas de pircing en el autobús o en el metro.

Señores, hay que ser un poquito más tolerantes, sino están a gusto con la manera de vestir de los demás es su problema, esa gente no se mete con nadie, no quieran ver fantasmas donde no los hay.

Ustedes saben de sobras que hoy día aún perdura la costumbre de vivir desnudos (campos nudistas) y no pasa nada, los niños lo asimilan perfectamente y viven en armonía. También hay playas donde se permite ir sin ropa. Sin ir más lejos, en la playa La Barceloneta que está en Barcelona, la gente se pasea muy cerca de esa playa con niños incluidos y no pasa nada.

Pero por desgracia para los mortales, todavía existen municipios atrasados como Salou que impone multas:

El Ayuntamiento de Salou, en el epicentro de la Costa Daurada, está convencido de que el turismo de sol y playa no debe ir necesariamente ligado a lo vulgar y cutre. Para predicar con el ejemplo, el Consistorio aprobó ayer por amplia mayoría en el pleno la nueva ordenanza de civismo y convivencia ciudadana. «Queremos velar por la buena imagen de Salou», decía el alcalde, Pere Granados (FUPS).

En el trasfondo de la nueva iniciativa política está la voluntad de desterrar también para siempre la mala imagen del turismo barato y de borrachera. La ordenanza prohíbe a los turistas beber en la calle, hacer ruido y molestar a los vecinos, contratar los servicios de una prostituta o pasearse por la calle sólo ataviados con el traje de baño, sea bañador, bikini o tanga, excepto si están en la playa o en la zona del paseo marítimo.

«No se permitirá transitar por las calles o entrar en edificios públicos con una indumentaria indecorosa; no es normal ir de compras marcando paquete o por el casco antiguo en tanga, da una imagen poco cuidada de la ciudad», sintetiza el concejal de Seguridad Ciudadana y Turismo, Alberto del Hierro (PP).

Unas jóvenes pasean por Salou en bikini. Propias

Quienes incumplan las nuevas normas de conducta pueden ser sancionados con multas de 100 a 300 euros, aunque el Ayuntamiento ya ha anunciado una campaña inicial únicamente informativa. La policía local advertirá a los infractores pero no multará de entrada, explicando que si bien es normal pasear con bañador o bikini por las playas, la piscina del hotel o el paseo marítimo, está prohibido circular sin camiseta por el casco antiguo, el núcleo urbano del interior del municipio o el mercado municipal.
La vía del tren, que parte el Salou interior de la zona de playas, aparece como una frontera más o menos orientativa de la nueva prohibición, aunque por encima de cualquier delimitación se quiere imponer el sentido común. En el caso de infracciones consideradas graves, como la prostitución en la vía pública, el consumo de drogas o alcohol o la práctica de relaciones sexuales en plena calle, práctica que se ha detectado ocasionalmente en las playas de madrugada, los policías locales sí multarán sin previo aviso.
El equipo de gobierno municipal, liderado por un partido independiente (FUPS) con el apoyo de PP, destaca que si ha optado por regular de nuevo las conductas en la vía pública no es ningún caso por una voluntad represora ni sancionadora. «La nueva ordenanza de civismo quiere ser sobre todo preventiva», destaca del Hierro. El objetivo a medio plazo es lograr concienciar mediante una normativa legal y potencialmente sancionadora a los turistas. «Es una herramienta para que los policías locales puedan hacer ver a quienes vistan de forma inadecuada que deben cambiar», razona del Hierro.
El artículo que regula específicamente la forma de vestirse en la calle o los edificios públicos no habla en concreto de ninguna prenda de ropa. Entre otras conductas, queda prohibido «permanecer en las vías públicas, edificios municipales, transportes públicos sin observar unas condiciones mínimas de limpieza, higiene o vestimenta adecuada», estipula el séptimo punto del artículo 18 (Normas de conducta). La voluntad de redactar la norma de forma genérica responde al deseo del Ayuntamiento de sensibilizar a los turistas y cambiar la mentalidad de algunos. «Debemos concienciar a la gente de que no se puede ir por la calle desnudo», remacha el concejal de Turismo.

  

Estas señoritas se pasean sin ropa en medio de una ciudad y no hubo ninguna denuncia

En el apartado dedicado a las sanciones, se considera el incumplimiento de la prohibición relativa a la vestimenta como una falta leve sancionada con una multa de 100 euros. La policía local será quien pondrá en primera instancia la nueva normativa en conocimiento de los infractores. Paralelamente, el Ayuntamiento prepara una campaña para explicar y divulgar la nueva ordenanza de civismo de forma más amplia.
El impulso para combatir las conductas incívicas, incluida una prohibición específica del consumo de alcohol en la calles o de la práctica de sexo en la vía pública, llega tres meses después de la agria polémica abierta por el Saloufest, la llegada de varios miles de estudiantes ingleses a Salou atraídos con promociones low cost de fiesta y borrachera, junto a estancias deportivas. El gobierno municipal explica que la nueva ordenanza se empezó a trabajar mucho antes de la polémica.
La nueva regulación se empezó a cocinar en el 2004, cuando el jefe de la policía local hizo llegar al Ayuntamiento la necesidad de disponer de una normativa sancionadora, con una base legal sólida, que ayudara a ordenar la vía pública. La policía local, que ya había llevado a la práctica campañas contra el botellón en las playas de Salou, fundamentaba sus sanciones en una reglamentación de 1987, algo anticuada y con una base jurídica dudosa, denominada «de policía y buen gobierno», que ya prohibía actividades como beber alcohol u orinar en la calle.
Con el ánimo de educar y no de reprimir ni sancionar, Salou espera que la nueva ordenanza sirva para mejorar la imagen global de una ciudad que fue la primera de toda Catalunya en obtener la certificación de destino turístico familiar, pero que se ha asociado muchas veces al turismo barato. Las nuevas normas quieren regular también la degradación visual del entorno, erradicando prácticas como el colgar toallas y todo tipo de prendas de ropa de forma masiva en los balcones de los apartamentos.
El Ayuntamiento destaca que en los contactos que ha mantenido con comerciantes y restauradores, todo han sido felicitaciones. Para muchos se ha convertido en una pelea diaria el informar a los turistas que no puede accederse al interior de un comedor con el bañador o el bikini, como quien está dándose un chapuzón en la playa. En otros espacios, como el mercado municipal, hace años que los carteles advierten de la prohibición de entrar sin camiseta, aunque muchos de los turistas ignoran olímpicamente las prohibiciones. Con la nueva norma aprobada y las sanciones como seria amenaza, el Consistorio espera que empiecen a cambiar algunas conductas, sin que se difunda la imagen de ciudad que coarta al visitante. «Tenemos una visión abierta del turismo, es una herramienta para seguir mejorando», apostilla el alcalde.
Aunque el pleno dio ayer luz verde a la nueva ordenanza de civismo, no entrará en vigor hasta mediados de agosto, según las previsiones municipales. Antes de la aprobación definitiva, se someterá a información pública, con el pertinente periodo de alegaciones.

http://www.lavanguardia.com/vida/20100701/53955755285/salou-prohibe-ir-por-la-calle-en-bikini-o-sin-camiseta.html#ixzz2StJTWpxA

19 de julio de 2009