A estas alturas ¿quién de vosotros no se ha dado cuenta ya de lo ineficaces que son las medidas o lucha contra los traficantes de drogas y contra su consumición?

Soldados montan guardia en el penal de Topo Chico en Monterrey, Mexico, el 11 de febrero de 2016.Daniel Becerril / Reuters

A estas alturas ¿quién de vosotros no se ha dado cuenta ya de lo ineficaces que son las medidas o lucha contra los traficantes de drogas y contra su consumición? ¿Acaso se han preguntado alguna vez el coste de cada operación policial para desarticular una banda o para mantener a todos los presos relacionados con su venta?

Pues son cientos de millones de euros anuales los que se podrían destinar a otros asuntos.

Llevan más de un siglo contra ellos y todavía siguen utilizando los mismos métodos. Es como si un descerebrado intentara cruzar una puerta con un tablón a lo ancho (como las alas de un avión) en vez de ponerlo de frente (como el cañón de una escopeta).

La lógica nos dicta que si un método no funciona debe buscarse una alternativa.
Siempre se ha prohibido la venta de estupefacientes y de fármacos peligrosos que causan menos muertes que la paradoja del tabaco. Saben que el máximo responsable de las muertes por cáncer y es legal su venta. Jamás comprendí tanta incoherencia. Pues vamos a hacer las cosas bien;  legalizar la venta de cualquier producto. Es sabido por todos que si un producto escasea es caro y justo al revés si hay en abundancia. Pues bien, si permitimos que la venta de drogas sea legal, los traficantes aumentarían de número, pero eso sólo sería al principio, pues los precios tendrían que bajar muchísimo y ya ese negocio no sería rentable, por lo que la entrada de droga en España caería en picado al haber demasiada competencia.

Si un plato de sopa está salado, es de imbéciles añadirle más sal.

Pues en vez de destinar tanto dinero en contratar a más agentes policiales, adiestrar perros, escáneres de nueva generación para los aeropuertos y mucho personal para registrar los equipajes de los viajeros y que les causan muchas molestias y atrasos en las salidas de los vuelos (yo perdí dos vuelos por culpa de un registro en Cali en febrero del 2013) pues he pensado lo siguiente.

Para intentar reducir el crecimiento de consumo de las drogas, creo que se debería cambiar algunos derechos, como por ej:

Todo aquel que dé positivo en cualquier tipo de estupefaciente no tendrá derecho a cobrar ningún tipo de ayuda socia

Se le retirará el carné de conducir

No podrá inscribirse en las autoescuelas

No podrá ser atendido en ningún centro hospitalario, tanto público como privado (salvo que sea drogado en contra de su voluntad)

Será expulsado inmediatamente de los centros de estudio o despedido  del puesto de trabajo.

Todo ello durante un año, si después de este tiempo vuelve a dar positivo en los análisis, la sanción será de dos años  y así sucesivamente.

En el caso que haya transcurrido ese periodo y den negativos, podrán ser de nuevo admitidos en el mercado laboral o de centros de enseñanza, así como podrán de nuevo conducir.

No obstante, se someterán a ese tipo de análisis de sangre o pruebas con reactivos regularmente a todos los empleados sin excepción, incluidos los máximos representantes de las empresas.

Enlaces relacionados:

https://www.publico.es/actualidad/espana-pierde-batalla-narcotrafico.html

https://dialogo-americas.com/es/articles/panama-fuerzas-del-orden-intensifican-lucha-contra-narcotrafico/#.YgkhmpaCHIU

https://dialogo-americas.com/es/articles/el-salvador-incauta-46-toneladas-de-cocaina-y-dos-semisumergibles/#.Ygkh5paCHIU

https://actualidad.rt.com/actualidad/272788-mexico-llega-250000-asesinatos-inicio-guerra-narcotrafico

Policía, jueces y fiscales denuncian sus limitaciones para luchar contra la entrada de droga, que sigue creciendo a pesar del aumento de decomisos

En 1987, el precio de una entrada de cine era de 100 pesetas; hoy roza las 1.000. El café ha triplicado su precio desde entonces. El pan se ha cuadruplicado. Y un kilo de naranjas es diez veces más caro.
Sin embargo, existe un producto que ha mantenido su precio, es decir, que lustro a lustro se ha ido haciendo más barato. De las 10.000 pesetas el gramo de 1987, a los 60 euros de 2009. Se trata de la cocaína, y su resistencia a la inflación sólo tiene una explicación: la oferta de la reina de las drogas es hoy muy superior a la de los 80.

Con este ejemplo ilustra Gerardo Cavero, fiscal responsable del departamento Antidroga de la Fiscalía Provincial de Barcelona, lo que califica sin ambages de «fracaso» en las medidas de represión del narcotráfico.

Cavero abunda en sus razonamientos con frialdad. «La oferta de la cocaína, que es la droga gravemente dañosa por excelencia, es monstruosa, el mercado está saturado. Y la heroína, una vez que la generación de El Vaquilla ha muerto, está volviendo», razona. No acaban ahí sus preocupaciones. «Si el mercado también está súper abastecido de hachís, entonces es que la represión y la educación han fracasado sin discusión».

FALSO

Mientras, se continúan acumulando sentencias que sólo sirven para aumentar el desencanto de los cuerpos policiales. «Tienen una dedicación total y cumplen magníficamente, pero al cabo de dos o tres años leen que tal detenido ha sido absuelto y su desolación es comprensible», dice Cavero. Otra de las reivindicaciones de los agentes es que los juicios se celebren antes y que las condenas se endurezcan porque, en lo que a crimen organizado se refiere, la reinserción es muy rara. «Cuando salen de la cárcel, delinquen con la experiencia adquirida», lamenta un mando.

VERDADERO

Se perfectamente que la mayoría de los traficantes se pasan entre seis y diez años en prisión. He conocido a muchos. Tampoco es cierto que no se rehabilitan, algunos lo han dejado definitivamente. Pedir el endurecimiento de las penas es inútil. Eso lo dicen los que andan escasos de neuronas. (Ver mis otros capítulos sobre la cárcel)

La agrupación contra el narcotráfico destaca el papel que ha jugado Galicia en este tipo de programas – «ha sido un referente a nivel nacional», dice- y avisa que la supresión de este importante trabajo «tendría un coste altísimo tanto a nivel sanitario y social como también económico».
«El supuesto ahorro que se quiere hacer volverá multiplicado con creces como gasto porque prevenir siempre es más fácil y barato que curar», apuntan desde la Fundación.

Insiste en que la decisión que la Xunta hizo llegar a la Fegamp «es un grave error porque pone en grave riesgo la prevención en los colegios e institutos», al igual que las charlas en las autoescuelas y en otros colectivos. Dicho esto, instan al Gobierno gallego a «reconducir la situación y buscar soluciones porque la prevención en drogodependencias es irrenunciable».

En el SPAD de Vilagarcía, desde donde se coordinan las charlas que se imparten a alumnos de la capital arousana, Cambados, A Illa, Meis, Ribadumia y Portas, el coste del servicio de prevención ronda los 60.000 euros anuales.

Rubén Marco