La democracia convencional

Miles de personas exigiendo el derecho a elegir a sus políticos

La gente sigue yendo a votar a pesar de saber que va a elegir a uno de los caraduras e impostores que se presentan para alcalde, ministro, concejal o presidente de la nación.

Después llegan las lamentaciones; suben los alquileres, aumenta el recibo de la luz, sigue la pobreza, los desahucios, los impuestos, atentados medioambientales, crisis, desempleo y un larguísimo etc.

El sistema democrático jamás podrá funcionar mientras los votantes sean unos ignorantes. Otra alternativa sería si después de 4 años de mandato hubiese una ley que sentenciara a muerte al presidente y demás cargos políticos si estos no han cumplido todos sus propósitos a la hora de pedir los votos a sus ciudadanos o no han desempeñado bien sus funciones.

Pero eso no cabe en la cabeza de los cabestros y piensan que es una barbaridad.

Han pasado varias décadas y se ha comprobado que la democracia tal como está ahora establecida no funciona, que tenemos cada año peor calidad de vida.

La gente no escarmienta, a pesar de llevar varias décadas de democracia, la gente ilusa se piensa que la persona que ha votado lo hará mejor. Con ese cambio, no importa a quién votes, seguro que aciertas.

Basta con prestar atención a los mítines y discursos que osan al dirigirse a la población para engatusarlos.

Si tenemos en cuenta que todas las leyes españolas están mal legisladas, es fácil detectar cualquier cambio para mejor en ellas.

Una forma de “obligar” a los lesgiladores a cambiarlas es no yendo a votarles hasta que propongan cambiarlas.

Un buen dictador nunca permitiría que sus ciudadanos rebusquen entre la basura algo para comer, no permitiría que haya gente desempleada, nunca permitiría los fraudes, no permitiría que la gente entre en prisión. La lista es muy larga porque son tantos los problemas que tenemos los españoles que la democracia actual no ha sabido o querido resolver, por lo que se han acumulado y que es difícil elegir por dónde empezar. Porque seamos sinceros ¿en este país hay algo que funcione como es debido a parte de la puntualidad de los recibos pendientes?

Son tantas que es difícil saber por dónde empezar, pues según las necesidades y carencias que padece cada cual, será una prioridad o no esos cambios.

Para un jubilado es difícil que le interesen medidas para combatir el cambio climático, pero sí que le importará las subidas de las pensiones y de cuánto, o si se estanca su paga.

Para el desempleado, las pagas de los jubilados no le importa demasiado, pero sí que se creen puestos de trabajo en lo que esté preparado.

Para los jóvenes que pretenden independizarse, estarán pendientes del precio de los alquileres y de conseguir su primer empleo. Lo demás, le traerá sin cuidado o le importará poco.

Para un estudiante, estará interesado la becas. En fin, son tantos los problemas que tenemos, que es complicado saber por dónde empezar a solucionarlos, pero imposible.

Lo malo es que todos esos candidatos no tienen la menor intención de solucionar nada. Todos ellos tienen alguna carrera universitaria, han pasado muchos años estudiando, estudiando ¿qué? En las universidades no enseñan cómo solucionar los problemas de la ciudanía, eso tiene que salir de nuestro propio cerebro, pero se da la circunstancia de que hasta ahora, solo nos llegan descerebrados.

Por ese motivo, he creado este blog, en donde explico cómo solucionar todos y cada uno de los problemas que los humanos hemos provocado. Por supuesto hay problemas que hemos llegado tarde para solucionarlos, como por ejemplo la extinción de miles de especies. Una vez que acabamos con la mayoría de una especie, ya es irreversible, pues ya no hay posibilidad de recuperarla al carecer de la suficiente variedad genética como para que no se debilite el sistema inmunitario de ese animal, o de que prosiga las características de ese animal que consigue superar las adversidades de su entorno.

1/11/2020