La moderna investigación ha refrendado el enorme poder terapéutico de una planta utilizada desde hace miles de años por la Medicina Tradicional China: el astrágalo. Hablamos de un potente adaptógeno inmunomodulador eficaz en numerosas patologías capaz incluso de ralentizar el envejecimiento al actuar sobre los telómeros. Ahora bien, ¿qué tipo de astrágalo? ¿En qué enfermedades es útil? ¿Qué investigaciones científicas se han hecho? Tiene la respuesta en el n° 215 de Discovery DSALUD.

La moderna investigación biológica y genética ha refrendado el enorme poder terapéutico de una planta medicinal utilizada desde hace miles de años por la Medicina Tradicional China: el astrágalo. Y es que se trata de un potente adaptógeno inmunomodulador -estimula o deprime el sistema inmunitario según sea preciso- que ha demostrado utilidad en numerosas patologías: lupus, artrosis, artritis, asma, fiebre del heno, dermatitis, psoriasis, Miastenia gravis, diabetes tipo 2 y heridas diabéticas de difícil resolución, insuficiencia cardíaca crónica, infartos de miocardio, enfermedad isquémica, aterosclerosis, hipercolesterolemia, trigliceridemia, convulsiones, depresión, problemas hepáticos, cáncer… Y lo más sorprendente: su extraordinaria actividad terapéutica se basa parcialmente en su acción epigenética sobre los telómeros de los cromosomas celulares por lo que actualmente se estudia hasta su potencial para retrasar la senilidad y evitar las enfermedades degenerativas.

El astrágalo (Astragalus membranaceus o Astragalus propinquus) es un arbusto de la familia de las fabáceas o leguminosas -género con más de 3.000 especies algunas de ellas bien conocidas por sus propiedades medicinales- cuya raíz se utiliza terapéuticamente desde hace siglos en todo Oriente -desde Mesopotamia hasta China y Japón- donde se la conoce como Huang qi. De hecho se la menciona en el Shennong Bencao Jing, documento chino recopilatorio de hace más de dos mil años sobre las propiedades medicinales de centenares de hierbas. Raíz de astrágalo que no se usaba de forma aislada sino combinada con otras plantas de efectos terapéuticos aunque destacando su utilidad a nivel individual en el tratamiento de las enfermedades infecciosas -en especial las dermatológicas- y el retraso en el crecimiento infantil. Lo llamativo es que es aún poco conocida en Europa a pesar de que hay más de 2.000 artículos científicos publicados tanto sobre sus principios activos como sobre los experimentos y ensayos realizados in vitro, en ensayos murinos y en personas. Trabajos en los que hay a veces informaciones aparentemente contradictorias ya que lo mismo se han constatado sus propiedades angiogénicas -ayuda a crear nuevos vasos sanguíneos que ayuden para reparar y cicatrizar heridas superficiales- como antiangiogénicas -impide la formación de nuevos capilares alrededor de los tumores malignos para bloquear su desarrollo-. Algo que se explica porque las plantas medicinales no actúan de forma mecanicista como los fármacos de síntesis ya que todas ellas contienen centenares de moléculas de extremada diversidad química que actúan sinérgicamente para restablecer el equilibrio homeostático del organismo. Es decir, puede actuar simultáneamente en varios lugares y hacerlo en sentidos distintos. Por eso ante resultados que parecen contradictorios algunos ponen en duda su eficacia terapéutica cuando lo cierto es que es útil en un gran número de dolencias.

En cuanto a por qué entonces no es más usada en Occidente la respuesta es simple: casi todas las investigaciones sobre ella se han hecho en China y muchas combinando la raíz del astrágalo con otras plantas medicinales. Lo que no obsta para que también haya investigaciones sobre moléculas específicas de la planta -como el astragalósido IV-, algo que se hace siempre para sintetizarlas y poder patentarlas cuando lo adecuado es usar la raíz entera.

En todo caso gracias a ello sabemos hoy que la raíz del astrágalo contiene tres grandes grupos de moléculas farmacológicamente activas: saponinas, flavonoides y polisacáridos.

Saponinas. Se trata de moléculas antiinflamatorias y potenciadoras del sistema inmune; en este caso concretamente de astragalósidos de los que hay siete distintos destacando el astragalósido IV ya que contiene cicloastragenol, metabolito que estimula la telomerasa.

Flavonoides. Compuestos químicos de todos los colores antioxidantes, antiinflamatorios y adaptógenos entre los que destaca la calicosina.

Polisacáridos. Concretamente almidones denominados astragalanos que representan la parte farmacológicamente más activa y que al ser solubles en agua se obtienen mediante simple decocción o infusión de la raíz. Son también antioxidantes y antiinflamatorios teniendo algunos la capacidad de estimular el sistema inmune y al menos uno de sus alcaloides -el HDTIC- actividad hematopoyética -forma nuevas células sanguíneas- al actuar sobre los telómeros y las neuronas.

Cabe agregar que se han identificado ya en la raíz del astrágalo 126 componentes bioactivos habiéndose constatado su eficacia terapéutica en numerosas dolencias que vamos a analizar si bien debemos avanzar que es especialmente útil en las enfermedades autoinmunes, los problemas cardiovasculares y renales, las disfunciones del sistema nervioso central, la diabetes tipo 2 y el cáncer además de estimular la producción de la enzima telomerasa por lo que está actualmente estudiándose su potencial para regenerar las células.

EL ASTRÁGALO ANTE LAS ENFERMEDADES AUTOINMUNES

Utilidad en caso de lupus. Enfermedad autoinmune fácilmente identificable por sus manifestaciones cutáneas faciales puede causar graves problemas en muchos órganos internos llegando a afectar sobre todo a los riñones, los pulmones y el corazón. Se caracteriza por una sobreactivación de los linfocitos T y B desatando un auténtico aluvión de citoquinas y, por ende, provocando una intensa inflamación sistémica. Los médicos la tratan hoy con inmunosupresores de peligrosos efectos colaterales -como la prednisona y otros corticoesteroides- y solo para aliviar los síntomas. Pues bien, la raíz del astrágalo ha mostrado eficacia en esta patología ya que al ser inmunomoduladora tiene capacidad inmunodepresora. Lo constató -en 2007- un grupo de investigadores de la Shanghai University of Traditional Chínese Medicine (China) dirigido por L. Su mediante un ensayo clínico en el que se comparó a 23 pacientes con lupus y complicaciones renales tratados con una dosis mensual de ciclofosfamida durante 3 meses con 20 a los que además se les inyectó 20 milímetros de extracto de raíz de astrágalo durante 12 días cada mes. El trabajo se publicó en Journal of Chínese Integrative Medicine concluyéndose en él que el uso combinado fue notablemente más eficaz, con menor infección, menos proteína en la orina y menor leucocitosis. Y por cierto, recordemos -una vez más- que es norma no escrita que los productos naturales no se prueben solos para no dejar en evidencia a los fármacos de síntesis.

Cabe añadir que un año antes un equipo del Hospital de Guangzhou (China) coordinado por X. Y. Caí había demostrado que las inyecciones de raíz de astrágalo potencian la apoptosis de los linfocitos viejos, algo que concuerda con la tesis de algunos expertos de que el lupus es consecuencia de un fallo en los mecanismos de suicidio celular de los linfocitos senescentes.

Utilidad en casos de artrosis y artritis. Un equipo de la Inha University de Incheon (Corea) coordinado por S. I. Choi comprobó que la artrosis de los conejos se alivia con calicosina -uno de los flavonoides del astrágalo- al disminuir el grado de lesión y la inflamación; lo explicaron en un trabajo publicado en 2007 en Osteoarthritis and Cartilage aclarando que aún debe comprobarse si se logra lo mismo en humanos.

Tres años después un grupo de investigadores de la Shanxi Agricultural University de Jinzhong (China) dirigido por J. B. Jiang realizó un ensayo utilizando en ratones con artritis los polisacáridos de la raíz del astrágalo constatando que -de forma dosis-dependiente- se reducía la inflamación de la cápsula sinovial; de hecho bajaron las concentraciones de las citoquinas inflamatorias IL1-beta y TNF-alfa generadas por las células inmunitarias. El trabajo apareció en 2010 en Internationa! Journal of Rheumatic Diseases comprobándose que la raíz del astrágalo actúa a nivel epigenético al activar el gen BAX en la segregación de la proteína proapoptótica Bax que regula la excesiva presencia de macrófagos, linfocitos y fibroblastos sinoviales reduciendo así la inflamación.

Efectos que confirmaría el Dr. Bin Wang -del Thomas Jefferson University Medical College de Filadelfia (EEUU)- obteniendo los mismos resultados antiinflamatorios con el astragalósido IV destacando su poder reductor de los macrófagos; lo dio a conocer en 2014 en Inflammation & Cell Signaímg.

Utilidad en casos de asma y fiebre del heno. Que el astragalósido IV es igual de eficaz que los corticoides pero sin sus efectos secundarios lo constató por su parte un equipo de la Nanjing University of Chínese Medicine (China) coordinado por X. Yuan mediante ensayos en ratones asmáticos. Según explican en su trabajo -publicado en 2011 en Planta Medica– «el astragalósido podría utilizarse como suplemento para prevenir los ataques de asma de los pacientes con enfermedad crónicas”. E igual de eficaz es el extracto de raíz de astrágalo según un trabajo efectuado por un equipo de la Qingdao University dirigido por el doctor Z. H. Qu sobre ratones asmáticos -se publicó en 2012 en International Journal of Molecular Medicine– averiguando además que actúa a nivel epigenético modificando la expresión del factor de crecimiento TGF-BETA1/Smad pulmonar. Reduce de forma sensible la secreción de mucosidad y mejora el epitelio bronquial.

Y otro tanto cabe decir de la rinitis alérgica o fiebre del heno; según un equipo del Clinical Hospital Dubrava de Zagreb (Croacia) coordinado por Z. Matkovic la raíz del astrágalo logró reducir de forma notable los síntomas de los pacientes con rinitis alérgica -de moderada a fuerte- que lo recibieron durante seis semanas. El trabajo apareció en 2010 en Phytotherapy Research con el título Efficacy and safety of Astragalus membranaceus in the treatment ofpatients with seasonal allergic rhinitis (Eficacia y seguridad del Astragalus membranaceus en el tratamiento de pacientes con rinitis alérgica estacional).

Utilidad en casos de dermatitis y psoriasis. Un grupo de investigadores de la Kyung Hee University de Seúl (Corea) coordinado por J. H. Kim aplicó tópicamente extracto de astrágalo a ratones con dermatitis comprobándose a simple vista su eficacia y corroborándose luego que se había reducido la cantidad de interleuquinas proinflamatorias IL-4, IL-5 e IL-6 así como el nivel de inmunoglobulinas E (IgE); según expusieron en 2013 en Immunopharmacology and Immunotoxicology reduce la inflamación cutánea provocada por la dermatitis alérgica.

Es más, inhibe las enzimas 5-lipooxigenasa y elastasa ayudando asimismo en casos de psoriasis; lo comprobó un equipo de la Universidad de Valencia (España) dirigido por J. M. Prieto mediante un trabajo publicado diez años antes -en 2003- en Journal of Pharmacology and Pharmacy.

Utilidad en casos de Miastenia gravis. Un equipo de la Liaoning University of Traditional Chínese Medicine (China) coordinado por G. H. Niu realizó por su parte un sorprendente estudio clínico con 60 pacientes de Miastenia gravis -enfermedad autoinmune que afecta a los receptores de acetilcolina de todo el aparato muscular pero especialmente a los músculos oculares- a la mitad de cuales se les trató con prednisona -corticosteroide inmunosupresor- y a la otra con raíz de astrágalo. Pues bien, aunque ambas fueron efectivas reduciendo la inflamación y la leucocitosis las personas tratadas con la raíz de astrágalo no mostraron daño hepático ni edemas y los de la prednisona sí. El estudio se publicó en 2009 en Chínese Journal of Integrated Traditional and Western Medicine.

EL ASTRÁGALO FRENTE A LA DIABETES Y SUS COMPLICACIONES

La diabetes tipo 2 era una enfermedad poco frecuente en China pero en la actualidad afecta a casi 140 millones de personas lo que ha provocado un esfuerzo sin precedentes en la investigación médica del país. Hablamos de una patología que se caracteriza por una creciente resistencia celular a la insulina que provoca un exceso de azúcar en sangre que no se soluciona incrementando la insulina circulante. Pues bien, un grupo de investigadores de la Universidad de Hong Kong dirigido por A. Xu publicó en 2009 en Endocrinology un ensayo murino según el cual los astragalósidos I y II potencian la secreción de adiponectina y ello una disminución de la resistencia a la insulina y, por ende, de la hiperglucemia. Algo que fue confirmado ese mismo año por un equipo de la Wuhan University de China dirigido por F. Zou cuyo trabajo se publicó en 2009 en Acta Pharmacological Sínica.

Tres años después un grupo de investigadores de la Pekín University of Chínese Medicine (China) coordinado por D. M. Zhang fue más allá demostrando que si se suministra a ratones diabéticos una combinación de extracto de raíz de astrágalo y Potentilla discolor -otra planta con propiedades antidiabéticas- se reduce la resistencia celular a la insulina ¡al modificar la expresión de los genes PI3-K y PGC1 del tejido hepático! Lo explican en un trabajo aparecido en 2012 en Journal of Chínese Integrative Medicine.

Recordemos que una de las consecuencias más temibles de la diabetes es la denominada «neuropatía periférica» que suele afectar principalmente a los nervios de las extremidades inferiores y entre otras cosas puede derivar en infecciones, gangrenas y amputaciones de dedos, pies o piernas. Pues bien, un equipo de la Nanjing Medical University dirigido por el doctor J. Yu demostró que los ratones sometidos a extractos de astragalósido IV durante 12 semanas disminuyen la neuropatía en sus miembros mediante un incremento en sangre de la insulina y concomitante disminución de la glucosa; aumentando también la cantidad de glutation en los eritrocitos y disminuyendo la acumulación de las proteínas de productos de glicación avanzada en los terminales de las fibras nerviosas así como protegiendo éstas de perder las vainas de mielina. El trabajo se dio a conocer en 2006 en Canadian Journal of Physiology and Pharmacy.

La diabetes puede afectar asimismo a la visión dado que los altos niveles de azúcar en sangre y la acumulación de productos de glicación avanzada dañan la retina hasta el punto de poderse llegar a perder la vista. Pues bien, un grupo de investigadores de la Central South University de China dirigido por L. Cheng hizo un metaanálisis de 16 ensayos clínicos aleatorizados sobre los efectos beneficiosos de la raíz de astrágalo en la retinopatía diabética y según aseveran es más eficaz que otros tratamientos; mejorando especialmente la agudeza visual y el estado del fondo de ojo. El trabajo apareció en 2013 en Evidence Based Complementary Medicine y abarcó a 977 enfermos de retinopatía (1.586 ojos).

Otro de los graves problemas derivados de la diabetes es la nefropatía diabética, respuesta inflamatoria que puede dar lugar a la destrucción del tejido renal. Pues bien, hay varios estudios que demuestran que la raíz de astrágalo protege los riñones destacando entre ellos el metaanálisis realizado por un grupo de investigadores de la Fudan University de Shangai (China) coordinado por el doctor M. Li sobre 25 estudios y un total de 1.804 pacientes (945 tratados con raíz de astrágalo y 859 de control). El estudio se publicó en 2011 en Ethnopharmacology y en él se da cuenta de que las inyecciones de extracto de astrágalo bajan el nivel de creatinina y mejoran otros parámetros renales como el de la urea, el nitrógeno y la albúmina en sangre.

Constatando por su parte un equipo de la Shanxi Medical University (China) coordinado por el doctor Hui Liao que los beneficiosos efectos terapéuticos del astrágalo en la nefropatía diabética se debe a que induce a los macrófagos renales a segregar óxido nítrico. El trabajo apareció en 2017 en Journal of Immunology Research.

Agregaremos que hay asimismo estudios sobre su utilidad terapéutica en las heridas diabéticas de difícil resolución. Un equipo de la Universidad de Hong Kong (China) dirigido por J. C. Tau probó una combinación de extracto de astrágalo y Rehmannia glutinosa y según las conclusiones acelera de forma dosis-dependiente la reparación de las heridas diabéticas al propiciar la migración de los compuestos cicatriciales y la angiogénesis al tiempo que limita la actividad inflamatoria de los macrófagos. El ensayo apareció en 2011 en Journal of Ethnopharmacologys.

Estimulación de los procesos de reparación de heridas que se amplía a todo tipo de laceraciones; ejemplo de ello es el trabajo publicado en 2012 en Journal of Ethnopharmacology por un equipo del College of Pharmaceutical Sciences ofthe Hangzhou Universtiy (China) coordinado por el doctor X. Chen titulado The healing and anti-scar effects of astragaloside IV on the wound repair in vitro and in vivo (Curación y efectos anticicatriciales del astragalósido IV en la resolución de heridas in vitro e in vivo). Se trata de un ensayo murino que demostró que esta saponina del astrágalo duplica la velocidad de cicatrización de heridas promoviendo la síntesis de los colágenos I y III por vía de la activación fibroblástica además de reducir la formación de tejido cicatricial esclerótico.