Por Carmen Baez López

 

40. Cotorra de Carolina

Era la única especie de cotorra autóctona de América del Norte. En 1918 murió el último ejemplar en cautiverio en el Zoológico de Cincinnati.

Se considera que estas aves se contagiaron de enfermedades características de las aves de corral, lo que disminuyó considerablemente su población.

Otras causas de extinción son la caza, el exterminio por el hombre y por especies invasoras y la deforestación.

41. Oso pardo mexicano

Estos osos habitaban en el norte de México, en pastizales templados y los bosques de pino. En el siglo XVI los primeros colonos europeos entraron en contacto con ellos.

Los osos se consideraron una plaga porque cazaban el ganado de los colonos. Por esto fueron cazados y para el 1930 solo quedaban 30 especímenes.

El biólogo estadounidense Dr. Carl B. Koford organizó expediciones para tratar de encontrar un espécimen, sin éxito. A pesar de considerarse extintos, en México de vez en cuando surgen rumores sobre leñadores que afirman haberlos visto.

42. Zampullín del lago Atitlán o macá de Atitlán

El pato poc, zampullín del lago Atitlán o macá de Atitlán (Podilymbus gigas) es una especie extinta de ave podicipediforme de la familia Podicipedidae endémica del lago de Atitlán (Guatemala) donde fue estudiada su biología e historia natural en los años 60 (LaBastille 1969, 1974).

Aunque aún sobreviven algunos ejemplares de esta especie, se considera que este tipo de ave desapareció durante los años 60, siendo endémica del Lago de Atitlán, localizado en Guatemala.

Parecida al zampullín de pico grueso, el pato poc presentaba un tamaño considerablemente más grande, que alcanzaba los 53 centímetros de longitud.

Sus alas eran pequeñas y no le servían para volar. Tenía un plumaje de color marrón oscuro y laterales moteados de blanco. Los cangrejos eran su manjar preferido.

El turismo y el incremento en las actividades de pesca en el lago lo llevaron a su inevitable extinción.

43. Ciervo de Schomburgk

Endémico de Tailandia central esta especie de ciervo se extinguió en el 1938, cuando un ejemplar que era la mascota de un templo murió. En Tailandia, Francia y Alemania se organizaron programas para su cría que no tuvieron éxito.

La caza para conseguir sus cuernos y piel son la principal razón de su extinción. En 1991 se descubrió la ornamenta de un ciervo en Laos, lo que llevó a pensar que algunas manadas pudieron haber sobrevivido en el territorio del país vecino.

44. Rheobatrachus silus

Esta especie de rana habitaba en Australia y se extinguió en 1981. Se considera una de las especies de ranas más interesantes ya que incubaba sus huevos en su estómago.

La Universidad de Nueva Gales ha intentado sin éxito clonar este animal. No se sabe el motivo exacto de su extinción. Sus últimos avistamientos datan de los años 80. En el 2002 fue declarada extinta.

45. Drepano de Lanai

Ave endémica de Lanai, Hawái. Era la única representante del género Dysmorodrepanis. Se considera que la política de deforestar el bosque para desarrollar plantaciones de piña conllevó la desaparición del hábitat natural de esta ave. Sus últimos avistamientos datan de los años 10 del Siglo XX.

El ave fue descrita por George Munro. Sobre su alimentación se sabe que comía frutas de urera. El único espécimen que se conserva del ave está expuesto en Honolulu en el Museo Bernice P. Bishop.

46. Leopardo nublado de Formosa

El leopardo o pantera nebulosa de Formosa, era un tipo de leopardo nublado, habitante de la isla de Formosa, hoy en día Taiwán.

Se diferencia de las especies de leopardos endémicas de Taiwán en que el tamaño de su cola era más corto. También por ser reconocido como el segundo mayor cazador de la isla, después del oso negro Taiwanes.

Se calcula que su extinción tuvo lugar hace aproximadamente 30 años (1990) y fue causada por la destrucción de su hábitat.

Antes de extinguirse, esta especie se refugió en las montañas de la isla, donde fue avistada por última vez por un grupo de cazadores locales.

47. Tortuga gigante de Pinta

Esta especie fue endémica de la Isla de Pinta, en el archipiélago de Galápagos, Ecuador. Fue una de las diez especies de tortugas gigantes encontradas únicamente en la isla. Fue descrita por primera vez en el año 1877 por Albert Günter.

El último ejemplar de esta especie murió en el año 2012, a la edad de 100 años aproximadamente. A este último ejemplar se le conoció como “El solitario George”, ya que por muchos años fue el único ejemplar vivo de su especie en el mundo.

A pesar de los intentos por conservar la especie, llevados a cabo por la Estación Científica Charles Darwin, los pocos ejemplares de esta especie que fueron encontrados vivos, no pudieron reproducirse, causando la extinción eventual de la especie.

48. Rinoceronte de Java

El rinoceronte de Java era una de las cinco especies de la familia Rhinocerotidae recientes que habitaban el mundo.

Compartían características similares con el rinoceronte indio, al pertenecer al mismo orden, difiriendo con su semejante en el grosor de sus placas dérmicas y tamaño.

Dentro de todas las especies de rinocerontes, el de java poseía un cuerno de menor tamaño, llegando a faltar incluso en algunas hembras.

Recibe su nombre de su lugar de origen, la isla de Java en el Sudeste asiático. El número de miembros de esta especie fue reducido de forma gradual con el tiempo, hasta el punto en el que solo podían ser encontrados en zoológicos.

Los últimos miembros de esta especie desaparecieron en el año 2010.

49. Bucardo

Esta especie pertenecía a la familia de las cabras montesas, siendo una subespecie de la misma.

Su origen era ibérico y la alerta por su extinción fue dada a conocer desde principios del siglo XX. No obstante, casi 100 años después de que esta alerta fue dada, encontraron muerto al último ejemplar de la especie.

La causa de su extinción se debió en principal medida a la cacería furtiva, a causa de su preciado pelaje y cuernos.

Dicho pelaje era abundante y permitía diferenciarle de otros tipos de cabras que también habitaban la península ibérica.

50. Hipopótamo enano de Madagascar

Este hipopótamo habitó la isla de Madagascar hace aproximadamente 1000 años. De hecho, se considera que existieron diferentes especies de hipopótamos enanos en dicha isla según los registros fósiles allí encontrados.

Se cree que su apariencia fue bastante similar a la de los hipopótamos que actualmente habitan el planeta, razón por la cual algunas teorías sostienen que esta especie habitó la tierra hasta tiempos más recientes.

El tamaño de esta especie era de aproximadamente 75 centímetros de alto, por 2 metros de largo. De esta especie, actualmente, solo se conservan cráneos y evidencias fósiles de su existencia y posterior extinción.