TrackingPoint, los rifles de caza basados en Linux que apuntan por ti

11 Enero 2013

Juan Carlos González @jcgonzalezgo

Aunque servidor no es amigo de las armas de fuego, hay que reconocer el hecho de que detrás de ellas hay mucha tecnología y a veces nos puede sorprender, para bien y para mal, lo que se puede hacer con ella. Lo de hoy entra como uno de los gadgets más curiosos del CES.

Bajo el nombre de TrackingPoint, esta compañía afincada en Austin (Texas) ha creado lo que se conoce con el nombre “Precision Guided Firearms” o lo que es lo mismo: rifles de caza que nos ayudan con la tarea de apuntar para que hagamos disparos precisos.

El sistema de estos rifles, funciona bajo Linux, nos proporciona un visor que nos da información de todo tipo: inclinación, temperatura, velocidad del viento, distancia en yardas de dónde estamos apuntando… Eso sí, no vemos la imagen directamente sino una señal de vídeo.

TrackingPoint fabrica «armas de fuego guiadas de precisión» o «PGF», que son una serie de tres rifles de caza muy personalizados, que van desde un .300 Winchester Magnum con un cañón de 22 pulgadas hasta un .338 Lapua Magnum con un cañón de 27 pulgadas, todos equipado con visores computarizados avanzados que parecen sacados directamente de The Terminator. De hecho, la comparación con esa película es algo acertada, porque mirar a través del visor de un arma de fuego guiada de precisión le presenta una colección de puntos de datos y números, todos diseñados para obtener una bala directamente del punto A al punto B.

La vista a través de la óptica computarizada del TrackingPoint.

El PGF no es solo un elegante visor encima de un rifle. En conjunto, el PGF se compone de un arma de fuego, un mecanismo de activación modificado con ponderación variable, el alcance de seguimiento digital computarizado y rondas de grado de coincidencia cargadas a mano (que debe comprar en TrackingPoint). Esto es un poco como vender tanto la maquinilla de afeitar como las hojas de afeitar, pero los cartuchos deben fabricarse con tolerancias estrictas, ya que la guía precisa de un cartucho hacia un objetivo por parte de la computadora del rifle requiere que el cartucho funcione dentro de límites conocidos.

El TrackingPoint XS1, alojado en un Lapua Magnum .338, con un cañón Krieger de 27 pulgadas y munición de 300 grains.

La aplicación para iPad refleja la pantalla del alcance, lo que permite que un observador ayude con los disparos.

También hay un aspecto de las redes sociales: las grabaciones de video del osciloscopio se pueden cargar en sitios para compartir videos como YouTube. En lugar de alardear con sus amigos sobre el increíble tiro de 1000 yardas (914,4m.) que hizo en el campo de tiro o en el campo la semana pasada, simplemente puede mostrárselo, completo con todos los datos de la pantalla de visualización frontal sobre las condiciones y el alcance.

Más allá de ser un simple display con información, la gracia de este sistema radica en la posibilidad de apuntar y seguir automáticamente a un objeto. Sólo tenemos que apuntar y pulsar un botón. Hecho esto el rifle empezará a seguir a la presa y analizará variables del entorno donde nos encontremos.

Hecho esto, sólo tenemos que mover el rifle y juntar la mirilla con el punto que nos ha marcado. Cuando esto ocurra, el indicador cambiará de color para informarnos que estamos apuntando correctamente. A partir de aquí, es el tirador quien decide disparar o no. El rifle no lo hace por nosotros.

Toda la información que se gestiona mientras estamos con el rifle se almacena y podemos consultar posteriormente, o en tiempo lo que necesitemos para llevar un registro bastante exhaustivo. Además, si tienes un iPhone y un iPad podemos usarlo como pantalla adicional para dar consejos a quien está disparando.

Para rizar el rizo, también cuenta con la posibilidad de grabar vídeo el cual luego podremos compartir en YouTube o en otras redes sociales. Resulta curioso ver cómo en el desarrollo de este arma se han tenido en cuenta algunos elementos del videojuego.

Quien haya jugado a videojuegos sabrá que algunos de ellos cuentan con sistemas de ayuda parecidos para apuntar y disparar. También el hecho de tener una interfaz de ese tipo subraya esa relación con el medio interactivo. Sin duda una forma curiosa de integrar la tecnología en las armas. Eso sí, con un precio de 17.000 dólares.

Vía | Ars Technica

17/12/2021