Si pensabas que la ropas que echamos a los contenedores de color naranja, lila, etc. pensando que servirá para vestir a la gente humilde que no puede permitirse comprarla en los mercadillos, estás equivocado/a. Detrás de esa donación existe todo un imperio de negocio. Yo pensaba que organizaciones como Cáritas las seleccionaba, las clasificaba y que la gente sólo debía pedirla y listo. Pues no es así, como ya he dicho, existe un gran negocio.

La realidad es que la ropa a veces, viaja por varios países y pasa por unos procesos hasta que se vuelve a reutilizar. Miles de toneladas deben triturarse para convertirse en materia prima de nuevo, se convierten en trapos, otras deben de ser arregladas y un porcentaje muy pequeño se incinera. Pero es mejor que veáis los videos que siguen a este para saber lo que ocurre realmente con nuestra ropa que ya no utilizamos.