Guerra anglo-española

Las diferencias religiosas (unos eran católicos y los otros protestantes), la delicada pero todavía ventajosa situación de España en el panorama europeo y los constantes ataques de corsarios ingleses contra los barcos que provenían del Nuevo Mundo cargados de riquezas fueron las causas principales de esta guerra entre Felipe II e Isabel I. Aunque Inglaterra comenzó con buen pie, especialmente con la expedición de Francis Drake y su ataque a Cádiz o la victoria sobre la Grande y Felicísima Armada, España supo reponerse e incluso frenó la Contraarmada preparada por el enemigo. Tras un largo toma y daca, ambas naciones firmaron un acuerdo de paz en 1604.

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Guerra de los Treinta Años

La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y sus consecuencias siguen afectando a la configuración y el devenir de Europa cuatro siglos después de su fin. Esta contienda comenzó siendo una guerra de religión en la que católicos, protestantes y calvinistas intentaban imponerse sobre los otros pero en el fondo escondía las pretensiones que España, Francia, Dinamarca y Suecia tenían sobre Alemania. Se trató de un conflicto brutal que acabó por implicar a prácticamente todas las potencias europeas y terminó con una Alemania destrozada, una España cuyo declive quedaba patente y una nueva estructuración internacional que definiría el progreso del continente durante los años venideros y que contaría con Francia a la cabeza como nueva fuerza dominante.

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Guerra de Sucesión

La Guerra de Sucesión fue el conflicto por el que se decidió quién sucedía a Carlos II en el trono de España tras su muerte sin descendencia. Los dos candidatos eran Felipe d’Anjou y el archiduque Carlos de Austria, siendo cada uno de ellos apoyado por distintos países que querían poder influir en la política española y conservar cierto equilibrio de poder en el continente. La guerra comenzó en el 1700 y terminó en 1714, se libró tanto dentro como fuera de las fronteras españolas y terminó con la victoria del candidato francés, que subiría al trono como Felipe V e instauraría una nueva dinastía borbónica en el país.

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Guerra del Rosellón

La Guerra del Rosellón, conocida en Cataluña como Guerra Gran, fue un conflicto localizado en la parte oriental de los Pirineos y enmarcado en el contexto de las guerras revolucionarias francesas. El triunfo de la revolución de 1789 en el país galo puso muy nervioso a las demás potencias europeas, que mantenían el modelo absolutista del Antiguo Régimen, por lo que formaron la llamada Primera Coalición y se prepararon para frenar cualquier intento de difundir los ideales revolucionarios y el sistema burgués. La Guerra del Rosellón fue oficialmente declarada por Francia en 1793 pero fue España quien tomó la iniciativa invadiendo la región que da nombre al conflicto y conservándola hasta abril del año siguiente, cuando fue superada por las tropas francesas.

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Guerra de Independencia

Durante el reinado de Carlos IV, Manuel Godoy (valido del rey) entabló una buena relación con Napoleón Bonaparte, quien le prometió toda clase de riquezas y títulos si colaboraba con él. En 1807, un amplio contingente de tropas francesas penetró la península con el beneplácito de la corona y la excusa de que iban a conquistar Portugal, pero los planes de Bonaparte habían cambiado. El 2 de mayo de 1808 Madrid vivió un alzamiento popular contra las tropas napoleónicas que intentaban llevarse a la familia real de palacio y, desde ese momento, el país entero se levantó en armas contra el invasor. La Guerra de Independencia es recordada porque los ejércitos napoleónicos vivieron sus primeras grandes derrotas en ella y porque fue durante el conflicto cuando se creó la primera constitución del país, la Pepa (1812). La lucha contra los franceses fue desordenada y poco convencional, teniendo gran peso en el desarrollo de esta las milicias populares y los pequeños grupos armados que actuaban como guerrillas. Los españoles lucharon por su libertad y confiaron en que la expulsión de los franceses y el regreso de Fernando VII significarían la instauración de un sistema constitucional y liberal, pero el Deseado solo quiso restaurar el absolutismo previo.

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Guerras carlistas

Fernando VII murió en 1933 y dejó como heredera a su hija mayor, la joven Isabel, decisión que no gustó mucho a los sectores más conservadores y cercanos al absolutismo del país, quienes rechazaban la idea de que les gobernase una mujer y preferían apostar por el hermano pequeño del fallecido monarca, Carlos María de Isidro. Las Guerras carlistas fueron una serie de conflictos armados que tuvieron lugar en España durante el siglo XIX y que enfrentaron a los carlistas, ultraconservadores absolutistas, contra los liberales que buscaban promover una serie de reformas políticas y sociales en España. Se suelen diferenciar tres guerras entre carlistas y liberales y en todas ellas se buscaba colocar a uno u otro candidato en el trono para que este legitimara el sistema político deseado por su respectivo bando. Los carlistas se hicieron fuertes en el País Vasco pero fueron derrotados en las tres guerras. Sin embargo, su presencia en los sectores más reaccionarios del conservadurismo hizo que jugasen un importante papel durante el golpe de Estado de 1936 y la Guerra Civil.

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Desastre del 98

Aquí podríamos hablar de todas las guerras de independencia que las colonias españolas de América llevaron a cabo durante el siglo XIX pero hemos querido destacar lo acontecido en 1898 como epítome de todos estos conflictos. Ese año, España perdió sus últimas colonias en Cuba y Filipinas. Para finales del siglo XIX, España no era sino un fantasma de lo que había llegado a ser y las últimas posesiones que le permitían seguir llamándose ‘imperio’ parecían estar listas para echar a volar. Aprovechando esta situación de decadencia, Estados Unidos promovió una sublevación contra las autoridades españolas en Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam y apoyó a los independentistas esperando quitarse de en medio a esa ‘vieja gloria’ que era España y ocupar su lugar o, al menos, aumentar su influencia. La guerra terminó con la derrota española, que no solo perdería sus últimas posesiones de ultramar sino que su sociedad quedaría sumida en un sentimiento de depresión y desasosiego.

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Guerra del Rif

Este conflicto se vio afectado en gran parte por lo ocurrido en 1898, ya que fue el mal recuerdo de esa derrota lo que llevó a algunos sectores del ejército a demandar nuevas campañas que devolvieran a España el orgullo perdido. En 1906, España y Francia delimitaron sus protectorados en Marruecos y aumentaron su presencia en la zona. Tres años después se produjeron los primeros ataques por parte de las tribus rifeñas, que rechazaban la autoridad española. Dio comienzo entonces una guerra tan absurda como costosa que acabó con la vida de decenas de miles de soldados y degeneró en una mala situación económica y un rechazo social contra el conflicto por parte de la gran mayoría de españoles. En 1921 tuvo lugar el llamado desastre de Annual, donde las fuerzas del rifeño Abd El-Krim masacraron a las fuerzas españolas y las obligaron a retirarse. El último asalto de esta guerra llegaría con el desembarco de Alhucemas, ya bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

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Guerra Civil

El 18 de julio de 1936, un grupo de altos mandos del ejército liderados por Mola, Sanjurjo, Franco y Queipo de Llano dieron un golpe de Estado en diversas ciudades de España, oponiéndose al gobierno de la Segunda República y dando lugar a una guerra civil al no lograr la respuesta y los apoyos esperados. La Guerra Civil española es el gran conflicto más reciente del país y probablemente uno de los más traumáticos. España entera, lo quisieran o no, quedó dividida en dos bandos antagónicos que se ensañaron no solo en derrotar al contrario, sino en destruirlo. El conflicto se vio ligado al contexto internacional debido a la participación de la Alemania nazi y la Italia fascista y de las Brigadas Internacionales. Presentada como una lucha ideológica a muerte, el bando sublevado logró hacerse con la victoria gracias a la mejor formación y disciplina de sus tropas y al firme mando único que Franco impuso casi desde el estallido de la guerra; mientras que el bando republicano sufrió constantes luchas internas que dificultaron su avance. La victoria de los llamados nacionales en 1939 supuso la instauración de un régimen dictatorial y personalista encarnado en la figura de Francisco Franco que duró hasta su muerte, en 1975.

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7/03/2024