Por Carlos González
2022/08/10
En los últimos años se han conseguido enormes avances en las baterías de iones de litio, que son las que usan los coches eléctricos actuales. Sin embargo, Influit Energy está trabajando en una alternativa: baterías de flujo líquido. Y no son una mejora química de las baterías de iones de litio, que es lo que solemos conocer casi a diario, sino un tipo de batería totalmente distinto que está listo para empezar a producirse y que ofrece un 23% más de densidad energética que las de iones de litio actuales.
Las baterías de flujo líquido, a diferencia de las baterías de iones de litio, dependen de fluidos denominados nanoelectrocombustibles (NEF), y esto es lo que utilizan para producir electricidad. Se han estado investigando durante muchos años y, por lo general, se basan en la interacción de dos líquidos químicos que fluyen en los laterales y separados por una membrana de intercambio iónico. De este modo es como se crea un flujo de corriente eléctrica. Y la clave en este proyecto está en que las baterías de flujo líquido siempre habían tenido una densidad energética baja porque los materiales tienden a asentarse en la parte baja del tanque. Pero han conseguido resolver el problema.
La forma en que han conseguido resolver el problema es mediante nanopartículas sólidas de óxido de metal activo suspendidas, en lugar de disueltas en el fluido. Con el simple movimiento browniano aleatorio, explican quienes han hecho la investigación, es suficiente para evitar que las partículas se asienten en el fondo de los tanques. El sistema se basa en cuatro tanques para diferenciar entre combustible consumido y no consumido, pero puede funcionar a la inversa cuando de forma externa se le aplica electricidad; y eso, en definitiva, significa que puede actuar como una batería recargable convencional.
Pero explican que los fluidos también se pueden reemplazar en dispensadores especiales, de tal modo que se haría lo equivalente a una gasolinera clásica. Estos dispensadores tienen un total de cuatro boquillas, cada una de ellas para un tanque. Se pueden drenar de forma simultánea el combustible gastado mientras se llenan los nuevos. Pero lo más importante es que esta batería de flujo líquido, de Influit, consigue una densidad energética un 23% superior al de una batería de iones de litio actual: eso significa que se pueden alcanzar hasta 550 Wh/L con la primera generación.
Influit ha desarrollado los fluidos, que se denominan anolito y catolito, pero también está diseñando dispositivos que sirven para la extracción de energía. En este tipo de baterías se necesita un sistema de gestión de combustible que se encarga de mantener los fluidos separados y retener el combustible ya gastado para poder reciclarlo. Y en Influit se han encargado también de desarrollar la infraestructura que serviría para la sustitución del combustible, extrayendo el que está consumido y llenando la batería de flujo líquido de nuevo.
Además de las ventajas que comentábamos anteriormente, este tipo de batería tiene más ventajas como, por ejemplo, que su combustible no es inflamable ni explosivo. Además, si se mezclasen de manera accidental no pasaría nada, únicamente aumentaría la temperatura unos pocos grados, pero sin suponer ningún tipo de riesgo. Y una batería de flujo líquido es muchísimo más barata que una batería de iones de litio porque su fabricación no requiere de materiales raros. Ahora mismo el único inconveniente es que la longevidad de las células de combustible no ha sido probada; eso quiere decir que no está claro durante cuánto tiempo pueden funcionar a pleno rendimiento sin obstruirse, sin mantenimiento o sin requerir el reemplazo de algún componente.
9/12/2022