Leche omega-3, ¿por qué tomarla?

         

Jesús Llona Larrauri, experto en alimentación y nutrición

El consumo de leche en España ronda los 4.000 millones de litros, unos 90 litros per cápita y el de pescado unos 36 kilos cuando en Euskadi son 42 kilos también persona y año, más los hombres que las mujeres. El pescado, sobre todo si es azul (sardina, verdel o caballa, salmón, arenque, antxoa, etc.) entre el 7 y el 15% de grasas, son una sorpresa agradable para los investigadores de la nutrición porque ayudan a luchar contra las trombosis, infartos, hipertensión arterial, mejoran la diabetes tipo II, protegen el embarazo, son antiinflamatorios, previenen cánceres, ejercen acción en enfermedades autoinmunes como la artritis o el lupus, vamos, una maravilla.

Su riqueza en omega-3 va desde los 2,95 g./100g. de las sardinas, 1,85 g. del salmón, 1,50 las antxoas y así en buenas cantidades como trucha o el atún aunque este último hay que espaciarlo por la posible presencia de mercurio. Estudios en humanos llevan a presentar en el mercado leches desnatadas enriquecidas con omega-3, cuya finalidad es complementar de alguna forma el bajo consumo de pescado. Además, estas leches sin grasa llevan en ocasiones ácido oleíco (del aceite de oliva virgen) y vitaminas E un gran antioxidante, tratando así de levantar el HDL o colesterol bueno.

Como dice Valentín Fuster “Para los enfermos cardiovasculares se considera justificado tomar pescado a diario o suplementos de omega-3 hasta una dosis de 850 miligramos  diarios”. “Por el contrario, dice, no está demostrado que los alimentos enriquecidos con omega-3 como huevos o leche, tengan ningún efecto beneficioso a largo plazo. Que no esté demostrado no significa que no lo tengan, significa que no lo sabemos porque no tenemos datos. Si alguien me pregunta: Doctor ¿me aconseja leche con omega-3?, le digo que no creo que le haga ningún daño”.

14/02/2022