6 enero, 2024
A nivel mundial, la FAO estimó que un 30% de los alimentos que se producen se desperdician. En un mundo en el que millones de personas aún sufren hambre, suena a un despropósito.
En este contexto, muchos países buscan generar herramientas para revertir esta situación y en el caso de Argentina, cuenta con un Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos.
El mismo está conformado por una amplia red de ONG, empresas, universidades y gobiernos locales, entre otros actores.
En este espacio, la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) desarrolló una metodología para conocer en detalle el impacto del problema a nivel nacional.
Las cadenas de alimentos que más se desperdician
Para tomar dimensión de esta problemática, analizaron 10 cadenas agroalimentarias estratégicas.
En una primera aproximación detectaron que las pérdidas serían cercanas al 30% en manzana, tomate y naranja y menores al 10 % en arroz, carne bovina, girasol y trigo.
“Uno de los grandes desafíos a nivel productivo es alimentar a una población mundial creciente. Sin embargo, una gran cantidad de los alimentos que se producen no se llega a consumir. Por eso, desde hace diez años, en todo el mundo se investiga cómo podemos reducir las pérdidas y los desperdicios de alimentos”, señaló Mariano Villani, Coordinador General del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Fauba.
Y agregó: “Nuestro país es pionero en el tema, en 2013 se creó un espacio para tratar este problema en el Ministerio de Agricultura y en 2018, el Congreso lo convirtió en Plan Nacional”.
Cómo se calculan las pérdidas
Si se considera a la producción de alimentos como una cadena, las pérdidas son las mermas que se presentan en el campo, transporte, almacenamiento, industrias y el comercio mayorista.
Cuando ocurren a partir de la instancia mayorista -en el comercio minorista, en los hogares, hoteles o restaurantes— se habla de desperdicios.
En 2015 y a través de aplicar metodologías internacionales, se estimó que en la Argentina se perdía o desperdiciaba un 12,5% de los alimentos producidos. El equipo de Agronegocios de la FAUBA ajustó los cálculos globales a la realidad nacional, y desarrolló una metodología que incorporó las pérdidas desde la producción en los campos.
Para el análisis, se tomaron como base las cadenas de valor de trigo, girasol, arroz, naranja, manzana, tomate, papa, carne bovina, leche y azúcar. En esta estimación preliminar, los resultados fueron heterogéneos: se registraron hasta un tercio de pérdidas en las cadenas de manzana y tomate, y un cuarto en naranja. En tanto, arroz, girasol, carne bovina y trigo mostraron porcentajes menores.
El origen de las pérdidas
Junto con actores de esas diez cadenas, se identificaron los segmentos en los que ocurren grandes porcentajes de pérdidas.
“A nivel precosecha, los factores climáticos y las enfermedades son muy importantes. En la cosecha, se ven ineficiencias y falta de tecnología adecuada. Los precios bajos son claves también. Por ejemplo, en ocasiones, se decide no cosechar los tomates o tirarlos, por no llegar a cubrir sus costos comerciales”, señalaron desde la Fauba
En la producción hortícola se pierde mucho en el almacenamiento o el transporte, ya que no todos los productores poseen cámaras o transportes refrigerados que permitan extender la vida útil de los alimentos.
Villani destacó que el equipo de Agronegocios de la UBA también trabajó con 30 municipios argentinos, para impulsar planes estratégicos de reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos.
“Las características particulares de cada localidad nos lleva a enfrentar el problema con medidas concretas, considerando la lógica local. Si un municipio tiene al turismo o a la gastronomía como sector productivo preponderante en su economía, nos enfocamos en disminuir los desperdicios de los restaurantes u hoteles”, sostuvo
Como parte de las estrategias, se llevan adelante capacitaciones, planes de comunicación e incentivos a las buenas prácticas. También es posible diseñar recetarios que incluyan partes de alimentos que no se suelen consumir como hojas de remolacha o pencas, entre otras.
https://noticiasambientales.com/residuos/en-argentina-el-desperdicio-de-alimentos-llega-al-30/
9/03/2024
1 Comment
Rubén Torres
8 meses agoEste artículo empieza mal. Dice: ”A nivel mundial, la FAO estimó que un 30% de los alimentos que se producen se desperdician. En un mundo en el que millones de personas aún sufren hambre, suena a un despropósito”. A los/as indocumentados/as se las cuelan, pero no así a los que sabemos de medioambiente y de demografía entre otros temas.
El que exista hambre en el mundo es irrelevante que se tire alimentos, siempre existirá ese problema si no se actúa de forma eficiente, es más, me atrevería a afirmar que si todos esos alimentos que se tiran fuesen a parar a la gente pobre, éstos aumentarían exponencialmente.
Y cuando dice: “Uno de los grandes desafíos a nivel productivo es alimentar a una población mundial creciente” se queda tan ancho. Quizá sea ese el gran problema mundial; un número excesivo de humanos que por lo visto ningún gobierno está dispuesto a admitir porque le crearía mala fama. Por lo tanto miran hacia otro lado y no solo dejan que persista el problema, sino que se acreciente.
En cuanto a; “una gran cantidad de los alimentos que se producen no se llega a consumir.” Es muy fácil de solucionar; bastaría con reducir el número de frutales plantados.
Tampoco están muy acertados al admitir que prefieren no cosechar o tirar a la basura los tomates porque no les sale a cuenta. Ya he publicado hace varios años para que esa excusa sea inválida. El que no lean este blog no es mi culpa. Bastante ya he hecho como para publicar todas las soluciones a los principales problemas. Por lo tanto, a mí no me van a vender la moto.
Tiene guasa cuando leo; “En la producción hortícola se pierde mucho en el almacenamiento o el transporte, ya que no todos los productores poseen cámaras o transportes refrigerados que permitan extender la vida útil de los alimentos.” Pues la solución es bien sencilla; Obligar a los agricultores que dejen de cultivar los que carezcan de esos medios de conservación. Anda que no hay formas de ganarse la vida, basta con que lean mis artículos al respecto.