Por David Palacio. El 8 Mayo 2018
Pocos mamíferos sobrevivieron a la extinción de los dinosaurios; pero uno de ellos es el solenodonte, una de las ramas más antiguas del árbol genealógico de los mamíferos, además de ser uno de los pocos que son venenosos. Lo malo, es que el solenodonte de La Española está en peligro de extinción, por lo que los biólogos están tratando de preservar su genoma para estudiarlo antes de que desaparezca para siempre.
Este análisis ha dado el premio ICG12 GigaScience a Taras Oleksyk, un genetista molecular de la Universidad de Puerto Rico. Él y su equipo ha publicado su trabajo en un diario de acceso abierto para que cualquiera pueda leer los datos.
No es fácil secuenciar el genoma de una pequeña y esquiva población, y más si son nocturnos, como es este caso (durante el día, cuando sería más fácil encontrarlos, descansan bajo tierra en túneles construidos por ellos mismos). Son animales sociales y viven en unidades familiares formadas por un par de padres y un pequeño grupo. Cada hembra tiene dos pezones que se encuentran casi en su trasero (hecho que no es relevante, pero sí curioso).
Hasta que aparecimos los humanos, vivían tranquilamente en la isla caribeña de La Española, sin tener depredadores. Eso les ha hecho no tener una alta capacidad de sobrevivir. De hecho, la International Wildlife Encyclopedia afirma que «corren de puntillas con un rígido y torpe paso de tortuga, siguiendo una carrera casi en zigzag, y soliéndose tropezar entre ellos cuando van en manada». Esto ha hecho que varios animales introducidos por los humanos en la isla los estén exterminando.
El problema de que sea una especie huidiza es que es difícil recolectar muestras variadas de ellos, hecho que dificulta una muestra del genoma completo. Afortunadamente para este grupo de biólogos, los solenodonios son genéticamente homogéneos, lo que significa que tienen poca diversidad genética (es una pequeña población que han vivido aislados durante años, por lo que la similitud entre dos animales será muy alta).
Una vez que habían reconstruido el genoma, los investigadores pudieron comenzar a investigar algunas de las extrañas anomalías genéticas de este animal. Su veneno, parece no estar estrechamente relacionado con ningún otro tipo de veneno, ni si quiera con otras toxinas de mamíferos; esto no debería ser sorprendente, ya que se sabe que su rama evolutiva se separó hace 74 millones de años. A pesar de lo similar entre este animal y las musarañas, los solenodonos no tienen relación con ellos; por lo tanto, a pesar de que ambos tienen venenos en los mismos lugares (dientes), tiene sentido que hayan desarrollado fórmulas diferentes.
Con suerte, habrá más revelaciones sobre estos sobrevivientes evolutivos ahora que hemos secuenciado su genoma. Son realmente una rama muy extraña del árbol genealógico de los mamíferos, y podríamos aprender más acerca de cómo un animal del período del cretácico ha logrado mantenerse hasta ahora.
11/03/2021