El Neuralter es un aparato de electromedicina que utilizando ondas electromagnéticas no ionizantes y de muy baja potencia ejerce acción terapéutica constatada en los tejidos óseos -acelera la calcificación, mejora la osteogénesis y aumenta la producción y fijación del colágeno así como la vascularización y mineralización ósea-, en los tejidos epidérmicos -actúa sobre el colágeno y tiene acción antioxidante-, en el sistema nervioso -calma el dolor-, en el sistema digestivo -regula la motilidad intestinal- y en el sistema circulatorio -aumenta el flujo periférico de sangre y favorece las defensas al estimular el sistema reticulo-endotélico- además de eliminar el espasmo muscular. Se lo contamos en detalle.

El Neuralter es un nuevo ejemplo de hasta qué punto la alianza entre Electrónica y Medicina puede hacer más fácil la vida del ser humano. Hablamos de un equipo de electromedicina de aplicaciones terapéuticas que vio la luz en 1993 de la mano de Manuel Mayo, experto en Electrónica y -como él mismo se confiesa- «apasionado de la Medicina» que desde entonces colabora estrechamente con la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla. Básicamente es un sistema de uso profesional -aunque también existen aparatos de uso personal- que consta de una especie de antena que transmite al paciente cerca de 300 millones de frecuencias de muy poca potencia que merced al conocido efecto de biorresonancia natural consiguen elevar el biopotencial celular y normalizar la zona en la que se aplica facilitando su reequilibrio energético y, como consecuencia, su vuelta a la salud y la mejora de todo el organismo. Es, en suma, un aparato revolucionario que supera los inconvenientes de otros basados en la utilidad terapéutica de los campos electromagnéticos y con el que se consiguen muy buenos resultados, especialmente en patologías osteoarticulares y deportivas. Y sin efectos adversos.

TERAPIAS DE INFORMACIONES BIOFÍSICAS

Como en su día nos explicara el prestigioso cardiólogo español José de la Hoz Fabra (lea el lector la entrevista mantenida con él que publicamos en el n.° 44 entrando en www.dsalud.com) nuestro cuerpo está integrado por millones de pequeños imanes interconectados que cumplen distintas funciones y forman diminutos pero poderosos campos electromagnéticos. De ahí que la utilización de frecuencias electromagnéticas adecuadas y debidamente moduladas sea una eficaz herramienta que permite normalizar esos campos cuando se han alterado y recuperar la salud. Y por eso también su uso es considerado una especie de «coadyuvante universal» de la terapia específica que requiere una patología concreta ya que permite que cualquier dolencia se supere en menos tiempo. Y todo ello sin efectos secundarios.

Pues bien, el Neuralter es un instrumento terapéutico que emplea el electromagnetismo -en concreto, ondas de alta frecuencia y baja potencia- para devolver al organismo su equilibrio natural y reforzar los mecanismos naturales de autocuración del cuerpo. Se trata de un sistema que se basa en las posibilidades terapéuticas derivadas de las «terapias de informaciones biofísicas», un área médica dentro de la cual existen muchas y muy exitosas técnicas como, por ejemplo, los ultrasonidos, la onda corta, el láser o la electroterapia, entre otras.

Los profesionales que aplican estas terapias han logrado demostrar que las oscilaciones electromagnéticas son fundamentales. Tanto que consideran que los principales procesos vitales del organismo son de naturaleza biofísica y dependen de los flujos permanentes de información que portan las oscilaciones electromagnéticas que constantemente se producen tanto en el interior como en el exterior del organismo. Los defensores de estas terapias afirman además que los procesos electromagnéticos son tan importantes como los bioquímicos -si no más ya que las oscilaciones electromagnéticas causan y controlan los procesos bioquímicos- y que cuando una persona o uno de sus órganos enferma es porque previamente ha habido una oscilación electromagnética patológica que al final consigue que el cuerpo -o alguna de sus partes- enferme. Es decir, que no sólo los procesos bioquímicos son causantes de las enfermedades sino que la salud o enfermedad de un organismo u órgano es determinado por los campos electromagnéticos.

A este respecto, el doctor en Física F. A. Popp afirma que cualquier vida depende de las oscilaciones electromagnéticas a las que está sometida hasta el punto de que considera la enfermedad como «una interrupción del campo electromagnético del cuerpo» «interrupción» que se produce y causa daños antes incluso de que la enfermedad se manifieste con síntomas físicos. «Lo que produce la enfermedad -explica el doctor Popp- no es que cambien las frecuencias fisiológicas saludables de cada órgano, sino que se produzca un bloqueo de la información biofísica o una oscilación electromagnética adicional que estorbe el libre flujo de energía en un órgano u organismo«. Situación que, mantenida en el tiempo, daría lugar a una congestión de energía y a un posterior bloqueo masivo de efectos extremadamente adversos sobre el libre flujo de oscilaciones electromagnéticas saludables y que puede degenerar en diversas patologías; por ejemplo, en cáncer.

Afortunadamente cuando las oscilaciones de los sistemas orgánicos sufren algún bloqueo pueden ser estimulados y reequilibrados por señales electromagnéticas exógenas que restablezcan la información que fluye entre los distintos canales y que devuelvan el equilibrio perdido por esa falta de información biofísica. Y esos campos electromagnéticos externos son, entre otros, los emitidos por el Neuralter.

MILLONES DE FRECUENCIAS

En definitiva, el Neuralter es un innovador equipo terapéutico que basa su funcionamiento en una aportación energética selectiva de millones de frecuencias de baja potencia. Y eso le hace único porque los equipos disponibles actualmente en las salas de rehabilitación de patologías óseas, musculares o articulares utilizan una sola frecuencia y muy potente. «Es verdad que utilizar una sola frecuencia -explica Manuel Mayo- puede ser muy útil en determinados tratamientos pero si se generan múltiples frecuencias se podrá actuar al mismo tiempo de forma sincronizada sobre diversos mecanismos. Por ejemplo, se puede actuar a la vez con las múltiples frecuencias en diferentes grupos celulares, tejidos y huesos a pesar de que tengan distintas capacidades de absorción. De esa forma se pueden conseguir varios efectos que se complementen«.

También supone una novedad el hecho de que este sistema produzca sus beneficiosos efectos con una potencia casi inapreciable -diez veces inferior a la de un teléfono móvil- lo que, según su inventor, abre un nuevo campo de aplicaciones y le confiere una gran utilidad en el tratamiento de enfermedades crónicas ya que al no ser nocivo -por su baja potencia- se puede aplicar durante largos periodos. En concreto, el sistema Neuralter aplica una señal de muy bajo nivel, inferior a los diez milivatios por centímetro cuadrado que es el límite de absorción específica fijado por diversos organismos internacionales. «En concreto, cuando se aplica este sistema -nos contaría Manuel Mayo- el cuerpo humano recibe una señal de 0,00000055 mW/cm2. Para que el lector se haga una idea aclararé que el promedio de radiofrecuencias en el ambiente suele ser superior a este nivel. Es decir, que la señal recibida del Neuralter se puede considerar despreciable como aportación energética ya que está muy por debajo tanto de los límites de exposición humana a campos electromagnéticos regulados en nuestro país como de los límites de seguridad más estrictos fijados por diversos organismos internacionales. Por eso, así como por la experiencia adquirida, se puede descartar la posibilidad de cualquier efecto nocivo producido por la señal emitida«.

Otra de las características importantes del Neuralter es que la señal de información que utiliza se encuentra dentro del espectro de las radiaciones no ionizantes, es decir, radiaciones que no tienen suficiente energía como para romper enlaces moleculares y separar electrones de las órbitas de sus átomos. «La producida por el Neuralter -continúa Mayo- es una radiación electromagnética cuya energía fotónica es tan pequeña que no puede provocar la ionización de una molécula de importancia biológica. Cuando una onda electromagnética de elevada frecuencia y suficiente potencia interacciona en un plano biológico puede llegar a provocar hipertermia, efecto utilizado en diversos sistemas electroterapéuticos de alta frecuencia. Sin embargo, el Neuralter no provoca hipertermia por ser de potencia muy baja«.

Continuaría explicándonos este experto que precisamente lo habitual es buscar efectos terapéuticos aplicando potencias capaces de generar hipertermia -aumento de temperatura- en la zona pero que ese efecto está contraindicado en el tratamiento de determinadas patologías. «Incluso cuando está contraindicada la aplicación de calor -prosigue- se puede aplicar el NeuraIter ya que su efecto es atérmico. Y si bien produce sus efectos específicos con frecuencias de baja potencia no por ello son menos eficaces. Además, con su uso estamos ofreciendo al paciente las ventajas de diversos sistemas electroterapéuticos integrados en uno solo. Por ejemplo, inducimos campos eléctricos y magnéticos por lo que conseguimos agrupar los efectos de normalización de la electroterapia y la magnetoterapia. También obtenemos las ventajas de la alta frecuencia por la componente de sus campos pulsantes y los de la baja por la modulación de sus pulsos. El Neuralter también se puede utilizar en los casos en los que los campos magnéticos pulsantes son de elección (remitimos de nuevo al lector al texto de la revista n.° 44) e, incluso, en muchos casos mejora los resultados obtenidos con ellos«.

Cabe agregar que además de las ventajas que ofrece respecto a otros métodos (vea el lector información más precisa en el recuadro adjunto) la aplicación del Neuralter es muy cómoda ya que no utiliza paso de corriente ni calor y no es necesario un contacto directo con la piel. Esto le confiere una gran utilidad para tratar fracturas, por ejemplo, ya que el tratamiento se puede realizar encima de las vendas o de la escayola. Además, debido su carácter atérmico se puede aplicar a personas con implantes metálicos, algo que no se puede hacer con otros sistemas de electroterapia como, por ejemplo, la onda corta.

MÚLTIPLES EFECTOS TERAPÉUTICOS

El Neuralter cuenta con distintos programas prediseñados en función de la patología a tratar. Y su funcionamiento es sencillo. El paciente se tumba sobre una camilla sobre la que previamente se ha instalado una tela rellena de algunos cables que haga de antena y que va conectada al aparato. Y luego se aplican sobre él una, dos o hasta tres antenas más -sobre un brazo, una pierna, el abdomen…- que no son sino simples cables enrollados y protegidos por una tela que también van conectadas al Neuralter. Es decir, ni siquiera es necesario que estén en contacto con la piel ya que sólo emiten ondas electromagnéticas de muy baja potencia que al llegar a las células del cuerpo las reequilibran cuando están alteradas haciendo así que vuelvan a funcionar con normalidad.

«Hay que entender -nos diría Manuel Mayo- que la enfermedad aparece cuando el mecanismo de regulación metabólica del cuerpo pierde su capacidad de equilibrio. Un organismo sano realiza un ‘reequilibrado metabólico’ cada vez que se produce un cambio en el terreno. Sin embargo, cuando se bloquea esa reacción curativa se produce una alta impermeabilidad de la membrana celular, uno de los factores que lleva a la enfermedad crónica. Y es que ello puede producir una falta de cambios alotrópicos de las proteínas y la inactividad de los elementos de regulación, entre otros elementos. Pues bien, lo que hacen las ondas emitidas por el Neuralter es activar por bioresonancia los receptores celulares que, al conseguir una mejor intercomunicación y sincronismo, activan los mecanismos internos de la célula y la facilitan llegar a un estado de normalidad. Hemos constatado que la radiofrecuencia pulsada de alta frecuencia que se obtiene con el equipo puede contribuir a la alineación de los enlaces de las cadenas proteicas de la membrana produciéndose así su despolarización y aumentando de esa forma su permeabilidad lo que favorece la expulsión de los catabolitos y demás residuos procedentes de la combustión de su metabolismo interno. La célula, además, recibe así del líquido intersticial un mayor aporte de nutrientes y oxígeno así como activadores del metabolismo de energía y péptidos celulares que protegerán al organismo de los radicales libres generados durante la producción de energía. Con esto se consigue llevar a la célula a un estado de equilibrio. Y todos estos cambios, procesos y efectos biológicos son la respuesta al estímulo generado por las múltiples frecuencias del Neuralter»

Y sus propiedades van más allá. Porque se sabe que también actúa positivamente en las reacciones enzimáticas. Se ha comprobado, por ejemplo, que puede aumentar la actividad de la tripsina -una enzima proteolítica de los jugos pancreáticos- cuando el medio es ácido y disminuirla cuando es alcalino. Como influye en la actividad de la desoxirribonucleasa, -enzima que favorece la síntesis del ADN- y aumenta la síntesis de las fibras colágenas. De hecho, su efecto positivo sobre estas fibras explica los buenos resultados obtenidos con este aparato en el tratamiento de problemas óseos y musculares.

«Como es bien sabido -nos explicaría Mayo- estas fibras, además de formar el tejido conjuntivo, están presentes en gran cantidad en la membrana sinovial, en el cartílago articular y en el hueso. Por eso cuando sufren se puede producir todo tipo de enfermedades óseas, musculares y articulares comenzando por la fibromialgia, la artritis, la artrosis o la espondilitis. Y he de decir que en estos procesos el Neuralter está prestando una ayuda eficaz al igual que en casos de fracturas óseas en los que este equipo pone en marcha varios mecanismos internos que producen un aumento de la actividad reparadora; entre ellos, un incremento de la producción de fibras colágenas y un aumento en la síntesis de ácido desoxirribonucleico y del proceso de mineralización”.

Hay que decir que con el uso del Neuralter el tiempo de consolidación de una fractura se reduce hasta en una tercera parte. La razón es que -con unas pocas sesiones- se acelera la calcificación, mejora la osteogénesis, aumenta la producción y fijación de colágeno y se potencia la vascularización y mineralización del tejido óseo al tiempo que se reduce el dolor y la inflamación.

Debe añadirse que a estos efectos biológicos -sin duda importantes- se debe añadir otro que no lo es menos y que se refiere a la capacidad del Neuralter para potenciar la resonancia estocástica no lineal de los sistemas biológicos del cuerpo humano. Esta resonancia es una especie de lenguaje electromagnético de bajo nivel que utilizan las neuronas -entre otros sistemas biológicos- para comunicarse entre sí. «Cuando esa resonancia no se produce de manera adecuada -nos aclara el inventor de este singular aparato- empiezan a darse desórdenes que acaban generando enfermedades en el organismo. La señal que aporta el Neuralter es pues aprovechada por los sistemas endógenos del cuerpo para potenciarla produciéndose sí la normalización en la comunicación que lleva a la remisión de la enfermedad causada por la falta de comunicación«.

Y no sólo eso: el Neuralter produce una mejora de la circulación sanguínea y linfática que reactiva las células y favorece su mejor nutrición y oxigenación. De igual forma, están comprobados sus efectos analgésico y antiinflamatorio así como su capacidad para reducir los radicales libres y regular la motilidad intestinal. «Actualmente -nos adelantaría Manuel Mayo- estamos estudiando más en profundidad el efecto sobre el sistema inmune. Sabemos que el equipo estimula el sistema retículo-endotélico lo cual favorece las defensas del organismo pero queremos ver su utilidad en patologías graves, incluido el cáncer. Pero eso tendrá que esperar. De momento los que he comentado son los efectos perfectamente demostrados y avalados por la experiencia de muchos años«.

Interrogado también sobre por qué el aparato tiene, según nuestras informaciones, mayor eficacia en unas personas que en otras Manuel Mayo nos respondería que la capacidad del cuerpo para absorber energía electromagnética depende principalmente de la frecuencia y potencia del campo electromagnético propio de cada ser humano y de las dimensiones, configuración geométrica y composición de sus tejidos. Y que es eso lo que explica, al menos en parte, la razón de que diferentes personas tratadas con un mismo sistema y de una misma patología puedan obtener a veces resultados dispares. «A este respecto -afirma Mayo-, un factor del que dependen los resultados es la propia constitución del paciente ya que, por ejemplo, la grasa subcutánea dificulta la absorción de la radiación mientras que ocurre lo contrario con los tejidos que tienen una fuerte condensación hídrica. Además, la frecuencia de resonancia no siempre es la misma para todas las personas con un mismo problema. Tampoco lo es en la producción de posibles efectos biológicos sobre tejidos u órganos pues para que la radiación llegue a alcanzarlos encuentra a su paso estructuras y líquidos cuyos coeficientes de conductividad o permeabilidad producen una refracción que provoca cambios en la longitud de onda de la radiación recibida. Por eso cuando la radiación alcanza su objetivo se puede encontrar muy alterada respecto a la frecuencia original. Esa es la razón de que la señal multifrecuencia del Neuralter obtenga mayor eficacia que otros sistemas de campos electromagnéticos que utilizan una sola frecuencia portadora y por qué se puede utilizar en el tratamiento de muchas y muy diversas patologías«.

INDICACIONES ESPECÍFICAS DEL NEURALTER

Bien, llegados a este punto debemos agregar que las posibilidades de este aparato, siendo ya muchas, no acaban en lo ya referido. Porque existen dos maneras de utilizar el Neuralter, una consiste en aplicar sus ondas electromagnéticas sin más, pero la otra es acompañarlas de las frecuencias captadas por biorresonancia de productos naturales, homeopáticos o espagíricos. «Haciéndolo de esta segunda manera -afirma Manuel Mayo- se refuerza de forma significativa la eficacia del tratamiento. Lo que se hace es captar la información biológica del producto que se considera potencialmente adecuado para tratar el paciente, procesar esa información y, junto al programa específico seleccionado en cada caso por el médico, hacérsela llegar al paciente, Bien incorporándola en agua que luego se guarda en frascos para ingerir o transmitiéndola a las agujas de acupuntura. Varios acupuntores me han referido que cuando tienen el Neuralter conectado junto al paciente mientras aplican la sesión de Acupuntura los resultados son mejores porque las agujas hacen el pape! de antenas que refuerzan la eficacia del tratamiento. Lo mismo se ha observado cuando se complementa una sesión de Moxibustión con dicho equipo. Es fácil comprender que esta energetización de productos para su uso posterior es una opción más que interesante para el tratamiento de patologías crónicas. Y todo esto sin introducir en el cuerpo ninguna sustancia química nociva sino únicamente ondas electromagnéticas de alta frecuencia y baja potencia

PRINCIPALES INDICACIONES

En definitiva, las posibilidades de este novedoso aparato parecen no acabar nunca. El doctor Juan Ramón Zaragoza, catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Sevilla, tiene claro por su parte cuáles las principales dolencias para las que el Neuralter es útil. Y son éstas:

Procesos reumáticos y reumatismos periarticulares. Se ha mostrado especialmente eficaz en artropatías degenerativas de cualquier localización -coxartrosis, espondilitis, etc.- así como en las inflamatorias (artritis reumáticas, sinovitis, etc.) Asimismo se aplica con muy buenos resultados en el tratamiento de reumatismos penarticulares como polimialgia reumática, radiculitis, ciatalgias, periartritis, miositis y tenomiosistis, fibromialgia y patologías musculares traumáticas, entre otros. Y por su carácter atérmico puede ser empleado para tratar procesos articulares patológicos en los que está contraindicado el uso de otros aparatos electroterapéuticos.

Traumatología, Medicina Laboral y Deportiva. Actúa positivamente sobre los tejidos de sostén, la membrana sinovial y el propio hueso. Además acelera los procesos curativos ya desde los primeros días de aplicación. De ahí que se emplee para al tratamiento de trastornos de la osificación como osteoporosis generalizadas o localizadas, retardo en la consolidación de fracturas y pseudoartrosis al igual que en contusiones, distorsiones, luxaciones, contracturas musculares, estiramientos, desgarros, hematomas, inflamaciones, esguinces, tendinitis, etc. Además en Medicina Deportiva, se emplea para prevenir lesiones en ciertas zonas del cuerpo de los deportistas propensos a sufrir alguna alteración.

Patologías vasculares periféricas. Está indicado en el tratamiento de úlceras varicosas y posflebíticas así como en alteraciones de la circulación periférica.

Neurología. Es útil en el tratamiento de dolores de origen nervioso en general, neuralgias (branquial, intercostal, del trigémino, etc.), isquialgias, lumbalgias, ciática, migrañas, etc. No sólo mitiga el dolor sino que ayuda a tratar la patología subyacente.

Medicina interna. Sus efectos terapéuticos también son evidentes en el tratamiento de asma bronquial, úlcera gástrica, nefrosis, insuficiencias hepática y/o cardiaca y trastornos de la circulación cerebral así como para el estímulo trófico de diversos órganos.

Cirugía. Es útil como tratamiento previo a una intervención quirúrgica en el caso de traumatismos, polilesionados, etc. También se emplea para acelerar la cicatrización y el proceso de curación de heridas y quemaduras, tanto en general como en pacientes con alguna dificultad de cicatrización (diabéticos, hipoproteinemia , etc.). Asimismo, en cirugía plástica, su utilización permite lograr una rápida aceptación y consolidación de los injertos de piel.

Trastornos derivados del estrés: Inquietud, insomnio, cefaleas tensionales, taquicardias emocionales, etc., son tratadas eficazmente con las señales multifrecuencia de este sistema.

Otorrinolaringología. Se trata la sinusitis y los síndromes vertiginosos con buenos resultados.

Dermocosmética. Se han obtenido también resultados positivos cuando se aplica sobre arrugas, estrías o cicatrices. Y en la celulitis es eficaz en el 70% de los casos.

Cabe agregar que al no existir peligro de calentamiento que pudiese originar necrosis en tejidos isquémicos -el sistema es atérmico- puede ser usado en el amplio campo de las lesiones tisulares tróficas. También se ha comprobado que mejora la motilidad intestinal y los mecanismos de defensa del cuerpo.

En resumen, se trata de un aparato de utilización terapéutica con sello español que supera los inconvenientes de otros sistemas similares, que se muestra eficaz en el tratamiento de múltiples patologías, que no produce efectos secundarios graves -sólo se ha constatado alguna ligera hipotensión en casos muy aislados y debida a un uso muy por encima del recomendado-, que permite en muchos casos que el paciente pueda reducir la cantidad de fármacos que toma diariamente y que atenúa el dolor y la inflamación, acelera los procesos de curación y, en general, mejora el metabolismo ya que, aunque el mayor aporte de la señal se produce en la zona tratada, sus efectos beneficiosos se pueden percibir en zonas distantes gracias a la buena conductividad del organismo humano a las ondas que emite el equipo. A pesar de lo cual, al igual que ocurre con otras tecnologías innovadoras y eficaces, su utilización por parte de los profesionales de la salud es aún muy minoritario. Y eso que lleva más de diez años en el mercado. Una ignorancia que quizás esté entorpeciendo o retrasando el retorno a la salud de muchos pacientes.

L. J.

Recuadro:

Ventajas del Neuralter sobre otros sistemas

El Neuralter es una tecnología que aporta toda una serie de ventajas con respecto a otros sistemas utilizados actualmente en electroterapia. Según Manuel Mayo, su inventor, son éstas: –Laserterapia. A esta técnica se la reconoce su eficacia en la estimulación de los puntos de acupuntura. Su uso también es eficaz en patologías externas como dermatitis, eczemas, etc. «Sin embargo -afirma Mayo-, cuando se trata de afecciones de etiología interna se reduce notablemente su efectividad pues el entretejido celular que forman los músculos suponen una dificultad insalvable para su rayo fotónico a la potencia que se suele utilizar a nivel terapéutico. Por eso en muchos casos su señal no puede penetrar más de veinte milímetros y por ejemplo, la ropa, las vendas o las escayolas constituyen una barrera. Eso no pasa, en cambio, en el caso del Neuralter«.

Magnetoterapia. La Magnetoterapia -basada en la aplicación de electroimanes- basa su efecto terapéutico exclusivamente en pulsos magnéticos mientras en el Neuralter se aúnan los efectos terapéuticos magnéticos y los eléctricos.

Electroestimuladores. Atenúan el dolor mediante su efecto de estimulación de los nervios aferentes de la piel para lo que emplean el paso de pulsos eléctricos que aumentan el nivel de umbral del dolor. «La cuestión -señala Manuel Mayo- es que es una técnica puramente analgésica que no produce mejora en la causa de la patología. Sin embargo, cuando el paciente usa el Neuralter paralelamente a la disminución del dolor se produce un efecto de normalización que conduce a una remisión de su patología«. Otra de las ventajas que el inventor señala con respecto a la electroestimulación es que al no producirse en su aplicación ningún contacto eléctrico con el cuerpo el Neuralter no genera quemaduras químicas por lo que se indica su uso sobre heridas, trombos y venas varicosas, patologías en las que está prohibido el uso de corrientes.

Ultrasonidos. «Para aplicar esta técnica -explica nuestro entrevistado- se utiliza un cabezal emisor que el terapeuta está obligado a mover constantemente durante la sesión terapéutica pues su uso produce una sensación quemante sobre las estructuras tendinosas y articulares. Además, la zona de aplicación se tiene que untar con un gel conductor. Sin embargo, la aplicación del Neuralter no requiere más que colocar su banda emisora y retirarla una vez finalizada la terapia.» Además, como apunta Mayo, su equipo terapéutico se indica en casos donde el uso de ultrasonidos está contraindicado; entre ellos, la exposición en el área cardiaca, en prótesis, en tumores, en secuelas postraumáticas recientes, en tromboflevitis, en varices y en la zona genital, entre otros.

Onda corta, Quizás sea éste el método electroterapéutico que, por su forma de aplicación, se asemeje más al Neuralter. De ahí que también coincidan en muchas de sus indicaciones aunque las diferencias sean evidentes. «La onda corta y las microondas -nos explicaría Mayo- emiten con una sola frecuencia y con potencias que, en el caso de algunos fabricantes, sobrepasan los mil vatios mientras que nuestro sistema emite con una amplia gama de frecuencias y con una potencia inferior a un vatio. Y aun así, con una potencia tan infinitesimalmente pequeña, se obtienen resultados positivos. Por otra parte, eso permite su utilización durante largos períodos de tiempo siendo por ello muy adecuado para el tratamiento de enfermos crónicos y de todo aquel paciente que no se deba exponer a altas potencias durante dilatados períodos de tiempo. Además, la onda corta no se puede aplicar sobre personas que tengan implantes metálicos mientras que el Neuralter no da problemas en este sentido«.

Se podrían hacer más comparaciones con otros sistemas electroterapéuticos pero muchos de ellos se encuentran ya en desuso.

Fuente; Revista Discovery Salud. Número 72-Mayo 2005

23/04/2024