Respondido el 20 de octubre de 2020
Cosas como ésta me hacen decir con muchísimo orgullo que soy española.
En noviembre del 2002 un petrolero llamado Prestige se hundió enfrente de las costas de Galicia. La marea negra fue impresionante dañando muy seriamente la línea de costa desde el Norte de Portugal llegando a alcanzar Francia. Se trató de una de las catástrofes medioambientales más graves de la historia.
En la limpieza de playas, rocas, recuperación de fauna, etc. estuvieron inmersos durante meses marineros, mariscadores, ejército, empleados de ayuntamientos y de la empresa encargada de la limpieza y … cientos de miles de voluntarios.
Hablo de todas aquellas personas que decidieron acercarse hasta la esquina noroeste y todo el Cantábrico para echar una mano, sin sueldo, arriesgando su salud, aprovechando un fin de semana porque el lunes tenían que volver a trabajar, pagando desplazamientos, estancias y manutención de su bolsillo cuando lo cómodo era quedarse en casa o ir con los amigos. Todo por intentar recuperar un patrimonio que sintieron, y que es, tan suyo como de los que viven allí.
El 11 de marzo de 2004 salí del apartamento donde vivía en la calle Comercio de Madrid dirección a mi trabajo. Desde allí tenía varias opciones, pero aquel día tomé la línea 1 de metro hacia Atocha y allí cogí el tren destino a Alcalá. Recuerdo que nos quedamos parados en la estación de Vicálvaro mucho rato y que alguien del vagón, a quien habían llamado por teléfono, decía que había habido unas explosiones. Lentamente nos pusimos en movimiento y tras varias paradas llegué a mi destino. En la oficina nos fuimos enterando de lo que había ocurrido.
Aquellos días los recuerdo con mucha tristeza. Días grises, con llovizna y frío. La gente callada intentando asumir la suerte o la desgracia que habías tenido. Esos momentos en que abandonas la inercia, la vida se para y necesitas tiempo para reflexionar. Empezábamos a ser conscientes de lo vulnerables que somos. Que la inmortalidad no existe. Además del silencio, tristeza y dolor recuerdo esta imagen, dándonos apoyo y rechazando la violencia.
Estoy muy orgullosa de la reacción de la gente durante aquellos días, socorriendo a los heridos y a las familias. Intentando hacer lo que buenamente se podía. Tras los atentados no hubo represalias contra musulmanes, cualquiera lo hubiese entendido si se hubiesen producido, pero no las hubo.
Sólo sé que las desgracias sacan lo mejor de nosotros mismos y al final, es en la desdicha cuando se ve si los que te rodean merecen la pena. Porque para pasarlo bien cualquiera vale.
Mª Gómez dice que está orgullosa de cómo participó miles de personas en la limpieza del vertido del Prestige. No eran tantas personas como afirma María. Pero lo que no dice es que hace varias décadas que llevo proponiendo que se deje de verter el petróleo directamente en sus bodegas, que lo transporten en grandes depósitos con cierre de seguridad y con un sistema de GPS incorporado para que en caso de naufragio se pueda recuperar la mercancía sin derramar una sola gota del oro negro. Pero jamás se me tuvo en cuenta. ¿De eso está orgullosa, de la negligencia por parte de nuestros gobernantes que provocó 63.000 toneladas de fuel vertidas, 1.137 playas contaminadas, 2.980 kilómetros de litoral costero afectados y más de 200.000 aves marinas muertas? ¿Quién les va a devolver la vida? Tampoco se contabilizó los millones de animales que perecieron al vivir de la filtración del plancton ni de los animales que murieron al ingerir ese petróleo; peces, equinodermos, esponjas, etc.
Respecto al atentado del 11 de marzo de 2004 lo perpetraron unos terroristas. Se produjeron diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid. Llevados a cabo por Al Qaeda y el Grupo Islámico Combatiente Marroquí. Fallecieron 193 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas.
María dice: Empezábamos a ser conscientes de lo vulnerables que somos. Que la inmortalidad no existe. ¿No me digas que tiene que producirse un atentado terrorista para llegar a esas conclusiones? La muerte se puede producir en cualquier momento y lugar. Hace unos cuantos años existía El Caso, un semanario español especializado en noticias de sucesos, que se editó en Madrid entre 1952 y 1997. En él se podía ver la gran cantidad de gente que fallecía diariamente. En las noticias también citaban los decesos de algunas personas más conocidas, así como los asesinatos. En fin, esta María parece que se ha caído de un guindo.
En cuanto a las manifestaciones en contra de la violencia al parecer son bastante absurdas, por mucha manifestación que se haga, las muertes violentas nunca cesarán. La violencia forma parte de nuestra naturaleza humana. Buscar genocidios ocurridos o guerras en la historia.
Añade que tras los atentados no hubo represalias contra musulmanes, eso es falso. Se generó mucho odio hacia ellos.
De varias cosas, que no pienso citar porque creo que nunca hay que olvidar en lo que debemos avergonzarnos: nuestros antepasados asesinaron a miles de personas durante la Santa Inquisición.
Los políticos declararon la guerra entre nosotros que duró 3 años por diferencias políticas.
Enviaron navíos a Sudamérica llenos de gentuza que no tuvieron ningún reparo en asesinar tribus de nativos, les saquearon joyas y oro.
La mala praxis del gobierno durante la supuesta pandemia del 2019 ha causado una crisis sin precedentes.
Todavía hay vertidos sin depurar
Se desecaron cientos de hectáreas de humedales
Se permitía distribuir huevos envenenados para acabar con las «alimañas». En fin, las lista es larguísima
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María Gómez
3 años agoRespondido el 20 de octubre de 2020
Cosas como ésta me hacen decir con muchísimo orgullo que soy española.
En noviembre del 2002 un petrolero llamado Prestige se hundió enfrente de las costas de Galicia. La marea negra fue impresionante dañando muy seriamente la línea de costa desde el Norte de Portugal llegando a alcanzar Francia. Se trató de una de las catástrofes medioambientales más graves de la historia.
En la limpieza de playas, rocas, recuperación de fauna, etc. estuvieron inmersos durante meses marineros, mariscadores, ejército, empleados de ayuntamientos y de la empresa encargada de la limpieza y … cientos de miles de voluntarios.
Hablo de todas aquellas personas que decidieron acercarse hasta la esquina noroeste y todo el Cantábrico para echar una mano, sin sueldo, arriesgando su salud, aprovechando un fin de semana porque el lunes tenían que volver a trabajar, pagando desplazamientos, estancias y manutención de su bolsillo cuando lo cómodo era quedarse en casa o ir con los amigos. Todo por intentar recuperar un patrimonio que sintieron, y que es, tan suyo como de los que viven allí.
El 11 de marzo de 2004 salí del apartamento donde vivía en la calle Comercio de Madrid dirección a mi trabajo. Desde allí tenía varias opciones, pero aquel día tomé la línea 1 de metro hacia Atocha y allí cogí el tren destino a Alcalá. Recuerdo que nos quedamos parados en la estación de Vicálvaro mucho rato y que alguien del vagón, a quien habían llamado por teléfono, decía que había habido unas explosiones. Lentamente nos pusimos en movimiento y tras varias paradas llegué a mi destino. En la oficina nos fuimos enterando de lo que había ocurrido.
Aquellos días los recuerdo con mucha tristeza. Días grises, con llovizna y frío. La gente callada intentando asumir la suerte o la desgracia que habías tenido. Esos momentos en que abandonas la inercia, la vida se para y necesitas tiempo para reflexionar. Empezábamos a ser conscientes de lo vulnerables que somos. Que la inmortalidad no existe. Además del silencio, tristeza y dolor recuerdo esta imagen, dándonos apoyo y rechazando la violencia.
Estoy muy orgullosa de la reacción de la gente durante aquellos días, socorriendo a los heridos y a las familias. Intentando hacer lo que buenamente se podía. Tras los atentados no hubo represalias contra musulmanes, cualquiera lo hubiese entendido si se hubiesen producido, pero no las hubo.
Sólo sé que las desgracias sacan lo mejor de nosotros mismos y al final, es en la desdicha cuando se ve si los que te rodean merecen la pena. Porque para pasarlo bien cualquiera vale.
Rubén Torres
2 años agoMª Gómez dice que está orgullosa de cómo participó miles de personas en la limpieza del vertido del Prestige. No eran tantas personas como afirma María. Pero lo que no dice es que hace varias décadas que llevo proponiendo que se deje de verter el petróleo directamente en sus bodegas, que lo transporten en grandes depósitos con cierre de seguridad y con un sistema de GPS incorporado para que en caso de naufragio se pueda recuperar la mercancía sin derramar una sola gota del oro negro. Pero jamás se me tuvo en cuenta. ¿De eso está orgullosa, de la negligencia por parte de nuestros gobernantes que provocó 63.000 toneladas de fuel vertidas, 1.137 playas contaminadas, 2.980 kilómetros de litoral costero afectados y más de 200.000 aves marinas muertas? ¿Quién les va a devolver la vida? Tampoco se contabilizó los millones de animales que perecieron al vivir de la filtración del plancton ni de los animales que murieron al ingerir ese petróleo; peces, equinodermos, esponjas, etc.
Respecto al atentado del 11 de marzo de 2004 lo perpetraron unos terroristas. Se produjeron diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid. Llevados a cabo por Al Qaeda y el Grupo Islámico Combatiente Marroquí. Fallecieron 193 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas.
María dice: Empezábamos a ser conscientes de lo vulnerables que somos. Que la inmortalidad no existe. ¿No me digas que tiene que producirse un atentado terrorista para llegar a esas conclusiones? La muerte se puede producir en cualquier momento y lugar. Hace unos cuantos años existía El Caso, un semanario español especializado en noticias de sucesos, que se editó en Madrid entre 1952 y 1997. En él se podía ver la gran cantidad de gente que fallecía diariamente. En las noticias también citaban los decesos de algunas personas más conocidas, así como los asesinatos. En fin, esta María parece que se ha caído de un guindo.
En cuanto a las manifestaciones en contra de la violencia al parecer son bastante absurdas, por mucha manifestación que se haga, las muertes violentas nunca cesarán. La violencia forma parte de nuestra naturaleza humana. Buscar genocidios ocurridos o guerras en la historia.
Añade que tras los atentados no hubo represalias contra musulmanes, eso es falso. Se generó mucho odio hacia ellos.
Rubén Torres
3 años agoDe varias cosas, que no pienso citar porque creo que nunca hay que olvidar en lo que debemos avergonzarnos: nuestros antepasados asesinaron a miles de personas durante la Santa Inquisición.
Los políticos declararon la guerra entre nosotros que duró 3 años por diferencias políticas.
Enviaron navíos a Sudamérica llenos de gentuza que no tuvieron ningún reparo en asesinar tribus de nativos, les saquearon joyas y oro.
La mala praxis del gobierno durante la supuesta pandemia del 2019 ha causado una crisis sin precedentes.
Todavía hay vertidos sin depurar
Se desecaron cientos de hectáreas de humedales
Se permitía distribuir huevos envenenados para acabar con las «alimañas». En fin, las lista es larguísima
24 de junio 2021