Las manzanas podridas de la agroindustria brasileña.

Un estudio afirma que el 20% de las exportaciones a la UE viene de la deforestación ilegal.

Un informe elaborado por doce investigadores de Brasil, Alemania y Estados Unidos analizó 815.000 propiedades rurales

JOAO LAET/AFP

16 de julio de 2020

Una quinta parte de las exportaciones de soja y carne vacuna de Brasil a la Unión Europea (UE) proviene de tierras deforestadas ilegalmente, sostiene una investigación publicada el jueves por la revista estadounidense Science.

El reporte, titulado” Las manzanas podridas de la agroindustria brasileña”, sale en un contexto de fuertes resistencias en Europa a la ratificación del acuerdo de libre comercio firmado el año pasado entre la UE y el Mercosur, debido al avance de la deforestación amazónica desde la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro en Brasil.

El informe fue elaborado por doce investigadores de Brasil, Alemania y Estados Unidos, mediante un software de alta potencia que, según afirman, les permitió analizar 815.000 propiedades rurales e identificar áreas de deforestación ilegal, sobre todo en la Amazonia y el Cerrado, la gran sabana del centro del país.

“Entre 18% y 22%, posiblemente más, de las exportaciones anuales de Brasil a la UE son fruto del desmate ilegal”, afirma Raoni Rajäo, líder del proyecto y profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG).

Los autores destacan sin embargo que “cerca del 80% de los agricultores brasileños respetan el Código Forestal” y que el nuevo software podría ayudar a “tomar medidas rápidas y decisivas contra los infractores”.

Brasil tiene la capacidad de “convertirse en una potencia ambiental mundial que proteja sus ecosistemas, al tiempo que alimenta al mundo”, subrayan los autores.

El país “ya posee los medios y solo precisa de voluntad política” para lograrlo, agregan.

Pero, por el momento, parece ir en sentido contrario.

“Las selvas de Brasil están en un punto de quiebra”, advierte el profesor Britaldo Soares-Filho, coautor y también investigador de la UFMG.

Soares atribuye esa amenaza al “impacto que han tenido las señales políticas para alentar la tala de bosques y el acaparamiento de tierras”, en referencia al respaldo de Bolsonaro a los proyectos de apertura de reservas indígenas y de zonas protegidas para actividades mineras y agropecuarias.

Según datos oficiales, la deforestación de la Amazonia brasileña registró un récord semestral de 3.070 Km2 entre enero y junio, en alza de 25% respecto al mismo periodo del año pasado, marcando un récord desde el inicio de esa serie en 2015.

El informe también “apunta la responsabilidad de todos los mercados extranjeros en este proceso”.

“Apetito europeo”

Las “manzanas podridas” del agronegocio brasileño, afirman los autores, “destruyen la selva para saciar el apetito europeo”.

Según el estudio, cerca de dos millones de toneladas de soja cultivada en propiedades donde hubo deforestación ilegal, principalmente en el Cerrado, estarían llegando anualmente a la UE.

En las últimas dos décadas Brasil, el mayor productor mundial de soja, ha cuadriplicado su producción del grano y se prevé que aumente otro tercio en los próximos 10 años.

Los representantes del sector de la soja rechazaron las conclusiones del estudio, apuntando que este no especifica qué porcentaje de las áreas identificadas con deforestación ilegal están bajo el embargo vigente desde 2006 para lla plantación del cereal en la región amazónica.

“La soja producida en áreas desmatadas ilegalmente (…) no entra en la cadena productiva del sector” y por lo tanto no puede ser exportada, indicó en un comunicado la Abiove (Asociaçao Brasileira das Indústrias de Óleos Vegetais).

Con respecto a la carne bovina, los autores del estudio encontraron que de un total de 4,1 millones de cabezas enviadas a los mataderos, al menos 500.000 venían de propiedades que pueden haber sido deforestadas ilegalmente.

AFP

«Las manzanas podridas de la agroindustria brasileña»: un estudio afirma que el 20% de las exportaciones a la UE viene de la deforestación ilegal (elobservador.com.uy)

15/12/2020