Los incendios domésticos
Récord de muertes en incendios domésticos
Las víctimas mortales en hogares españoles fueron 152 el año pasado y sólo en enero y febrero de 2022 se han registrado ya 46 muertes
07/12/2022
Detrás de las cifras frías de todo estudio sobre nuestros hábitos cotidianos, en cualquier análisis estadístico late el corazón de un ser humano. En el caso de los incendios que devoran haciendas y vidas, Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, apunta al músculo de la sensibilización tras la devastación del fuego en un hogar.
Tras cualquier dato, argumenta, “podríamos ver la imagen de una familia cualquiera, la de unos padres que ese día se fueron pronto a dormir y olvidaron la chimenea encendida. Tras varias horas durmiendo, y quizás como consecuencia de una combustión incompleta, el final se lo pueden imaginar”.
El conjunto de España desbordó el año pasado su récord de víctimas mortales en incendios en viviendas contando desde 2010, con el resultado de más de 127.600 fuegos o explosiones. Estos siniestros causaron la muerte de 204 personas, 40 más que en 2020. El año 2021 se anota en las estadísticas como el segundo año con más fallecidos por esta causa por detrás de 2017 cuando se registraron 212 fallecidos.
En concreto, según recoge el Estudio de Víctimas de Incendios y Explosiones en España elaborado por Fundación MAPFRE y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), en 2021 se registraron alrededor de 17.400 incendios en viviendas, a los que cabe añadir los fuegos ocurridos en espacios exteriores como industrias, hospitales, residencias, hoteles o establecimientos comerciales.
Y lo más preocupante, según todos los expertos, es que en muchísimos casos se pueden salvar muchas vidas instalando un sencillo detector de incendios en los hogares que puede costar alrededor de los 20 euros.
“El hogar, lo que debería ser un espacio seguro para sus moradores, se convierte en estos casos en un entorno agresivo y dañino. El momento del sueño, que debería ser de descanso, se transforma en una trampa mortal”, expone Jesús Monclús en la presentación del estudio.
Esta investigación detalla que las personas mayores de 64 años vuelven a ser el grupo de mayor riesgo, con el 46,6% del total de víctimas y 95 fallecidos. Es esta la tónica habitual en lo que a la cifra total de muertes se refiere tras la excepción registrada en 2019.
El dato más importante de este estudio que ha consultado Vivo Seguro son los 152 fallecidos en viviendas (33 más que en 2020 y el 62% varones), con los mayores de 64 años acumulando más de la mitad de las muertes, con 80 víctimas y el 52,6% del total.
Los profesionales del sector agrupados en Tecnifuego enmarcan estas cifras dramáticas entre varias causas: Los nuevos hábitos y usos en las viviendas, donde pasamos más tiempo que antes de la pandemia; los nuevos materiales de construcción y decoración, que hacen que los incendios se propaguen con mayor rapidez, y la pobreza energética, que conlleva la falta de revisión de las instalaciones, la sobrecarga de enchufes y el riesgo de estufas y calefactores, nos dan como resultado hallarnos en los índices de riesgo más altos de la historia.
A estos desencadenantes hay que sumarle otra casuística que se repite terriblemente año tras año y es desoladora: la mayoría de las víctimas viven solas y son de edad avanzada y/o con la movilidad reducida.
Explican desde Fundación Mapfre y APTB que el aumento del año 2021 rompe por completo el apunte de tendencia a la baja que se había registrado en los dos años anteriores, tanto en cifras totales como en las referidas a vivienda. De hecho, es el mayor valor registrado en viviendas desde el año 2010.
Para los especialistas, la evolución hasta ahora de 2022 hace presagiar que se registren unas cifras provisionales muy por encima de la media de los años 2010-2020. En enero y febrero de este año se han producido 46 víctimas mortales en el hogar, frente a las 38 del mismo periodo de este trágico 2021. Esto supone más de un 20% de incremento interanual.
“Este aumento del número de muertes en 2021, en un 30% en relación con el año anterior, nos muestra que no se está haciendo lo suficiente para informar y concienciar a la población sobre las medidas básicas de prevención y protección”, señala para La Vanguardia Adrián Gómez, presidente de Tecnifuego (Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios).
“Echamos en falta campañas institucionales de gran alcance que lleguen a los ciudadanos, formación en los colegios sobre cómo actuar frente a un incendio y los medios más sencillos que se pueden instalar en el hogar, como un extintor, un detector, una manta ignífuga… “, reclama Gómez.
Las estufas son el origen de muchos incendios
Los miércoles son los días de la semana que anotan más siniestros
La frecuencia de los incendios en el hogar ha cambiado de día con respecto a años anteriores y ya no son los fines de semana los que más víctimas registran: en 2021, los peores datos se registraron los miércoles (29 muertes). Los días con menos fallecidos fueron los jueves y los viernes (con 17 fallecidos cada uno).
La franja horaria con más siniestros de este tipo fue el mediodía, entre las 12:00 y las 16:00, en la que fallecieron 33 personas. Casi al mismo nivel que la franja entre las 00:00 y las 4:00 horas de la madrugada (31 fallecidos). En general, se produce “prácticamente” un empate entre las horas diurnas y las nocturnas: 73 muertos, frente a 71.
Las viviendas que se encuentran dentro de un bloque de edificios son las que sufren más fuegos (58%), frente al 42% de las unifamiliares. Sorprende el caso de aquellas que se encuentran en la planta baja, que es en las que se registra mayor número de víctimas mortales. Fueron 53 en total durante 2021, de las que 38 se produjeron en viviendas unifamiliares.
El salón sigue siendo la dependencia de la vivienda en la que se origina el mayor número de incendios mortales (47,4%), seguido del dormitorio (34%) y la cocina (11,4%). El peor índice de fallecidos en vivienda en 2021 se repite en los municipios más pequeños, los de menos de 1.000 habitantes, donde la cifra se sitúa en 6,2 fallecidos por millón, frente a los 3,8 de las ciudades con más de 500.000 habitantes.
Adrián Gómez lamenta que “la gente no es consciente del riesgo de incendio hasta que no lo ha vivido. ‘A mí esto no me va a pasar’ es el pensamiento común. Sin embargo, la alta incidencia de los incendios en la vida nos obliga a cambiar la percepción del riesgo”.
Adrián Gómez, presidente de Tecnifuego
Radiadores, estufas y braseros aparecen en el origen de la mayoría de incendios
El análisis de 2021 muestra que entre las causas de fallecimiento por incendio en la vivienda, destaca la intoxicación, que causó la muerte a 101 personas (66,4%), y las quemaduras, que provocaron el 23% de los fallecimientos.
Los incendios y explosiones en viviendas se originaron principalmente por dispositivos productores de calor – radiadores, estufas y braseros- que provocaron 31 víctimas mortales. La segunda causa de siniestros mortales fue el uso inadecuado de enchufes, regletas y baterías, con 13 personas fallecidas. Las fugas de gas y el tabaco, como origen del fuego, ocasionaron 24 víctimas.
Un total de 97 personas (el 63,8% de los fallecidos), perdieron la vida en los meses de enero a marzo y de octubre a diciembre, es decir, los meses más fríos de 2021. La mortalidad por incendios está directamente relacionada con las bajas temperaturas y el uso de sistemas de calefacción, pero en los últimos años se observa “un pico en los meses cálidos de junio o julio” que podría asociarse al uso de aires acondicionados y posibles sobrecargas de las instalaciones eléctricas).
El presidente de Tecnifuego reclama un cambio “en las conciencias de las personas, asumiendo la responsabilidad que todos tenemos en la autoprotección. Igualmente, las administraciones públicas deben esforzarse en trasladar cómo hacer frente al riesgo de incendio y buscar fórmulas que incentiven la prevención y protección en nuestras viviendas, incluso legislando a favor de instalar medidas de seguridad, como ha sucedido en otros países de nuestro entorno”.
España sigue manteniéndose entre los países de Europa con menores tasas globales para este tipo de graves siniestros, con 3,6 muertes por millón de habitantes. “En diversos países europeos como Reino Unido, Francia, Alemania, Noruega, Suecia o Dinamarca -explica Gómez- obligan a instalar detectores que alertan del incendio y dan la posibilidad de escapar. Igualmente, los muebles, suelos, telas, etc., tienen que tener unas características de ignifugación, para evitar o retrasar la propagación de las llamas”.
“En España, instalar detectores u otras medidas de seguridad dentro de las viviendas no es obligatorio, pero los bomberos y demás expertos recomiendan el detector, al menos, en viviendas de personas vulnerables”, añade.
En términos absolutos, Andalucía fue de nuevo en 2021 la Comunidad Autónoma con mayor número de víctimas mortales por fuego, con 56 muertos (34 más que en 2020); seguida de Cataluña, con 42 víctimas (24 más que en 2019); Comunidad Valenciana, con 17 víctimas (2 más que en 2020); Madrid (15) y Galicia (13).
En lo concerniente a los fallecidos en incendios en vivienda, la comunidad autónoma con más víctimas en 2021 también fue Andalucía, con 41 fallecidos. La segunda fue Cataluña, con 31. La Comunidad Valenciana la tercera con 14. Cantabria y La Rioja no registraron ninguna víctima en todo el año analizado.
Detrás de todas estas cifras y el detalle de estos siniestros hay personas, decíamos, hay centenares vidas truncadas. Pero no sólo esto, detalla Jesús Monclús, que nos sugiere mucho más: “tras esos mismos datos se manifiesta el esfuerzo de un grupo de bomberos que intervinieron en el incendio de una vivienda. Coordinados con la policía local, los servicios médicos de emergencia y con protección civil, intentaron sin éxito sofocar lo que en principio parecía un incidente más, sin importancia”
https://www.lavanguardia.com/seguros/20221207/8636232/record-muertes-incendios-domesticos.html
30/06/2023
1 Comment
Rubén Torres
1 año agoSe fueron pronto a dormir y olvidaron la chimenea encendida. Tras varias horas durmiendo, y quizás como consecuencia de una combustión incompleta, el final se lo pueden imaginar”.
No necesariamente si hacen como yo, siempre dejo una abertura en la ventana de mi habitación, que en caso de lluvia bajo la persiana pero los cristales tienen una abertura por donde se renueva el aire. Por otra parte nunca hemos tenido una estufa de leña, pues no son sostenibles para nuestro planeta, y por otra parte no se necesitan dado que desde hace muchos años hay alternativas mejores
También debo decir que hay que ser muy gilipollas para dejar que se prenda fuego la cocina. Jamás he visto arder una sartén a no ser expresamente para hacer un flambeado, pero uno/a ya está al tanto, pues basta con tapar la sartén con su tapa y listo.
El autor es otro de los que hay que incluir entre los gilipollas, pues da por hecho que existió una pandemia (Covid-19) cuando estoy hasta los cojones de explicar que todo eso fue una grandísima patraña.