El grupo llevará a cabo experimentos científicos en la «isla de basura» o el «continente de plástico», como se lo conoce, en el océano Pacífico, que es tres veces más grande que el territorio de Francia.
2018/06/26
Emily Penn está preocupada por los efectos del plástico en la salud humana.
Emily Penn es una experimentada navegante galesa que está convencida de que el plástico tiene un impacto tóxico en la salud, especialmente en la de las mujeres.
Penn llegó a esa conclusión después de observar sus propios análisis médicos.
Por eso, su plan es viajar con su barco y un equipo exclusivamente femenino a investigar la mayor acumulación de plástico marino del mundo.
El grupo llevará a cabo experimentos científicos en la «isla de basura» o el «continente de plástico», como se lo conoce, en el océano Pacífico, que es tres veces más grande que el territorio de Francia.
¿Por qué esta historia es importante?
En marzo de este año, los científicos publicaron su última estimación del tamaño de lo que oficialmente se denomina el giro del Pacífico Norte.
Se trata de la acumulación de plástico en movimiento de la «isla de basura» y está formado por vientos y corrientes oceánicas que hacen girar el material de la misma manera que el agua cae en un remolino por un desagüe.
El estudio concluyó que la cantidad de plástico desechado allí era hasta 16 veces mayor que las estimaciones anteriores.
Además de contar la cantidad de basura en los mares, los científicos ahora están en la fase de examinar cuán tóxicos pueden ser los plásticos para los animales y los humanos.
Esta misión recolectará datos sobre plásticos en los mares, en el aire y en los sedimentos y se compartirán con universidades en Reino Unido, EE.UU., Canadá y Suiza.
Disruptores endocrinos
Para Emily Penn, el impacto potencialmente tóxico proviene de la descomposición de los plásticos en el océano, provocada por el agua de mar y la luz solar, lo que es motivo de gran preocupación.
Estos pequeños fragmentos contienen sustancias químicas que son similares a la hormona sexual estradiol y esto puede afectar la fertilidad en animales y humanos.
«Cuanto más conozco sobre los químicos que estamos encontrando en los océanos, más comencé a entender que muchos son disruptores endocrinos».
La tripulación usa una red de arrastre para la recolección de datos. Foto: Emily Penn vía BBC
«Imitan a las hormonas y están empezando a entrar en nuestros cuerpos», dijo a la BBC desde Hawái, donde comenzó la misión.
«Cuando analicé mi propio cuerpo, encontré parte de algunos de estos productos químicos que encontramos en el océano y en el plástico dentro de mí», reveló.
«Durante el embarazo es fundamental que las mujeres no tengan estos disruptores hormonales porque podemos transmitirlos a nuestros hijos a través del parto y la lactancia», afirmó.
«Fue eso lo que me llevó a unirme a estas mujeres. Me di cuenta de que es un tema muy centrado en las mujeres debido a la naturaleza tóxica de lo que estamos enfrentando».
Esponjas marinas
Emily Penn lleva involucrada en asuntos ambientales por varios años y organizó la mayor limpieza comunitaria de la pequeña isla del Pacífico, Tonga.
Ha navegado alrededor del mundo en un barco alimentado con biodiesel y cofundó eXXpedition, que realiza una serie de viajes exclusivamente femeninos.
El barco Sea Dragon (Dragón del mar) viajará desde Hawái a Vancouver y luego a la ciudad estadounidense de Seattle. Foto: Emily Penn vía BBC
A principios de este mes, recibió el premio Points of Light que reconoce a los voluntarios sobresalientes que realizan un cambio en su comunidad.
Con su equipo a bordo del barco de investigación de 22 metros de eslora Sea Dragon, Emily navegará 3.000 millas náuticas.
Viajará desde Hawái, en medio del Pacífico, a Vancouver en la costa oeste de Canadá y luego a la ciudad estadounidense de Seattle.
Un equipo de 10 mujeres de diferentes países formará parte en cada sección del viaje.
El grupo llevará redes de arrastre para recolectar plástico, tomará muestras de aire y agua, y registrará datos de la vida silvestre a lo largo de la travesía.
«Buscaremos los químicos en la superficie de los plásticos y particularmente en las áreas donde viven las tortugas», dijo Emily Penn.
«También investigaremos los sedimentos de los plásticos que se hundieron hasta el fondo y observaremos el aire y las microfibras que están presentes en el aire que respiramos: estamos llevando la ciencia al siguiente nivel».
Además de liberar toxinas, los plásticos son increíblemente absorbentes y actúan como esponjas para otros químicos dañinos que flotan en el océano.
Los animales acuáticos confunden los microplásticos con alimentos y los consumen, absorbiendo estos contaminantes.
Miembros de la tripulación limpian micro plástico en la playa. Foto: Emlily Penn vía BBC
Como en última instancia no se descomponen, estos productos químicos se concentran en los cuerpos de las criaturas y se magnifican a medida que ascienden en la cadena alimentaria.
Entonces, un depredador como el atún contendrá concentraciones mucho más altas que algo parecido a un camarón o un pez pequeño.
¿Qué más van a hacer?
Además de la parte científica, la tripulación de Sea Dragon tendrá como objetivo concienciar al público sobre el problema de los plásticos y buscar soluciones.
Mientras que las series de televisión como Blue Planet 2 de la BBC encendieron la alarma sobre los plásticos, se necesita hacer aún más.
«La percepción general es que tenemos un problema pero a veces no lo entendemos», opinó Penn.
«Cuando pones una red de malla fina en el agua y levantas 1.000 piezas microplásticas casi invisibles, luego te das cuenta de que tenemos 5.000 millones de fragmentos en la superficie de nuestros océanos y no podemos salir y limpiarlo, porque es del mismo tamaño que las algas y el zooplancton».
3/11/2020
2 Comments
Rubén Torres
3 años agoTendrá como objetivo concienciar al público sobre el problema de los plásticos y buscar soluciones.
R. La educación, campañas de sensibilización, concienciación y sensibilización para que la gente no arroje la basura al suelo o al mar no surte el efecto esperado.
. Lo peor es que la tendencia es de ir en aumento si no hacemos algo con nuestros presidentes.
Ante ese despropósito no queda otra que tomar decisiones más contundentes.
Como ocurre ante cualquier otro problema, lo primero que se debe hacer es encontrar el origen, después buscar las posibles soluciones. En la mayoría de los casos tienen un origen común; la gente con el poder de decidir qué se hace o no. Los alcaldes, ministros y gobernadores incompetentes son los que lo deciden todo. Todos ellos ya han demostrado lo que saben hacer (empeorar los problemas en vez de solucionarlos), es hora que los reemplacen los que sí saben lo que se debe hacer.
Por desgracia, la creencia popular y arraigada de creer que la democracia es la solución, paraliza cualquier posibilidad de mejorar cualquier problema. Unos votantes neófitos son muy perjudícales para cambiar a los dirigentes ineptos. Llevamos décadas con la democracia y los problemas se agravan día a día. La solución es una dictadura dirigida por personas resolutivas competentes.
El plástico ha contribuido muchísimo en hacernos la vida más fácil. El problema no es cómo gestionarlo ni cómo eliminarlo. El plástico se puede reciclar muchas veces, se puede extraer combustible de él y se puede destruir definitivamente con hornos especiales. Pero para eso se tiene que tener voluntad de querer hacerlo. El problema está en las personas que les importa un bledo el medioambiente, no quieren reciclar, o lo vierten en el contenedor incorrecto, traen mezclada la basura desde casa o lo lanzan al suelo directamente. La que no es recogida por los por operarios municipales es arrastrada la lluvia y van a parar al río o al mar.
Quizá, si la gente en vez de ver el plástico como un residuo que hay que desprenderse de él, lo viese como un potencial negocio no lo tiraría y posiblemente recogería los que se encontrara. Como he mencionado antes, el plástico se puede convertir en combustible. Existe una máquina que lo convierte en tres tipos de combustibles; gasolina, gasoil y queroseno. Para ello posee un selector. Aproximadamente se consigue un litro por cada kilo de plástico. También se debe permitir la venta de esos combustibles. De esta forma se generaría unos ingresos extras. Si esto no los convence habrá que tomar medidas más contundentes; una sanción de 45.000 pesos por cada gramo de basura que no se coloque dentro del contenedor adecuado. Por supuesto los ayuntamientos deben distribuir suficientes contenedores como para facilitar el reciclaje a los ciudadanos.
Felicito a todos los voluntarios que hayan colaborado en la recogida de basura en el campo, playas, lagos, ríos, etc. pero lo encuentro injusto. Habiendo tantos cerdos y tanta gente en prisión viviendo del cuento, y tanta gente que tiene deudas con el estado, y como se han declarado insolventes se libran de pagar, pues todos ellos deberían ser los que se encargaran de recoger toda esa basura, tanto en tierra como en los ríos y en las playas. A los que están cumpliendo condena se podría conmutar las penas por trabajo, por ejemplo; 5 días trabajados por tres días de permiso para que puedan visitar a sus seres queridos. Pues las Juntas de Tratamiento suelen ser muy reacias en dar informes favorables a los jueces para que éstos concedan permisos a los presos.
Como es imposible tener un policía que vigile a cada ciudadano, no lo sería si el alcalde estableciera una recompensa por filmar las acciones incívicas, así se multiplicaría muchísimo la vigilancia y de paso, se ayudaría a la gente con escasos recursos económicos.
marus
3 años agoUn gran progreso y referentas las mujeres científicas son lo mas! Como podemos unirnos al voluntariado?