La planta de tratamiento de purines de Zaidín (Huesca), promovida por el Instituto Aragonés del Agua, producirá seis millones de kilowatios al año a partir de excrementos de ganado porcino procedentes de granjas de la zona.
El Inaga (Instituto Aragonés de Garantía Ambiental) ha concedido la autorización ambiental integrada para una factoría con capacidad para tratar anualmente hasta 180.000 toneladas de purines y 25.000 de otros residuos orgánicos (la mayoría, procedentes de mataderos) de los que, mediante un proceso de digestión o fermentación anaerobia, saldrán los 2,22 millones de metros cúbicos de biogás cuya combustión en sendos motores de cogeneración de 250 y de 500 kilowatios generará esos seis millones de kilowatios. Ese volumen de energía equivale, aproximadamente, al consumo anual de unas 3.000 familias.
No obstante, otro de los apartados del permiso reduce la proporción de purines a “al menos el 66,40%” de esas 205.000 toneladas, lo que da a los gestores un margen de maniobra de 46.000. La promotora había propuesto reducirlo a 102.500.
En caso de averiarse esos motores, se prevé que el biogás, procedente de tres depósitos de fermentación, sea quemado con una antorcha.
Más de 180.000 toneladas de digestato
Ese proceso, que incluirá la quema de 66 toneladas de gasóleo y el consumo de 6.400 metros cúbicos de agua, generará algo más de 210.000 toneladas de digestato.
El proyecto contempla producir hasta 186.800 hectáreas anuales de este residuo líquido, que podrá ser utilizado como abono con una serie de limitaciones en función de su composición (una hectárea no puede recibir más de 210 kilos de nitratos ni superar los 180 cuando se trate de una zona vulnerable). El sólido, cuya producción rondará los 24,6 millones de kilos anuales, debe ser entregado a un gestor de residuos.
La de Zaidín es una de las cuatro plantas de tratamiento de purines que impulsa el Gobierno de Aragón, y cuya entrada en funcionamiento quedó en el aire con el recorte de las primas a las energías renovables decretado por el Gobierno central en 2012 y que el Supremo revirtió hace apenas un año.
El supremo levanta los recortes a las primas
El recorte rebajó un 40% las primas para unas instalaciones con capacidad para tratar al cabo del año 2,5 millones de litros de excremento animal, una tercera parte de los algo más de 7 que genera la creciente cabaña porcina en toda España.
Ese volumen, cuyo tratamiento en las 28 plantas previstas en todo el país, evitaría la emisión a la atmósfera de 700.000 toneladas de gases de efecto invernadero.
El tratamiento de los purines es uno de los principales problemas ambientales de territorios como Aragón, cuya cabaña porcina lleva cinco años aumentando a un ritmo de más de 6.000 cabezas por semana, o la cuenca del Ebro, el 40% de cuyos recursos hídricos se ven amenazados por residuos procedentes de la actividad agraria .
Fuente: eldiario.es & Razas Porcinas.
15/01/2021
1 Comment
Rubén Torres
3 años agoEl artículo dice que la cabaña porcina no deja de crecer. Ese dato es nefasto para el medioambiente, tampoco es bueno para los cerdos, pues están hacinados y por lo tanto no están recibiendo una vida aceptable.
Por todo ello es vital que se ponga en marcha la reducción progresiva del número de humanos. Si hay menos bocas que alimentar supondrá un montón de ventajas: menos consumo agua potable para regar los alimentos del ganado, al haber menos gente el consumo de agua potable para los humanos también disminuirá, al haber menos gente la demanda de carne disminuye, por lo tanto, cada vez los cerdos y demás animales dispondrán de más espacio, hasta que llegará un momento que ya no será rentable y cerrarán muchas granjas. Al cerrar las granjas millones de toneladas de excrementos dejarán de producirse. Al disminuir el número de personas también disminuirá la demanda energética. En fin, todo son ventajas.