El glutamato monosódico «engaña» a nuestro cuerpo haciéndole creer que la comida sabe mejor

Podemos hallarlo naturalmente en algunos alimentos como la carne, las espinacas y los champiñones.

Sábado, 13 julio 2019, 09:07

Actualmente, uno de nuestros peores hábitos es el consumo de alimentos procesados, como el glutamato monosódico, por su alto contenido de sodio, grasas y químicos. Han transformado una experiencia que solía ser nutritiva en algo puramente artificial (y en algunos casos dañino) y podemos hallarlo naturalmente en algunos alimentos como la carne, las espinacas y los champiñones, sin embargo el glutamato monosódico o GMS es el resultado de un proceso químico.

Como decíamos, el glutamato monosódico es un aditivo que mejora el sabor de algunos alimentos procesados. La Unión Europea lo clasifica como un aditivo alimentario, que se ha asociado con algunos síntomas y malestares. En EEUU, por el contrario, se considera seguro. Consigue, por ejemplo, que las carnes procesadas y la comida congelada sepa más fresca, que los aderezos tengan un mejor sabor y le quita el gusto metálico a los alimentos enlatados.

Nos hace creer que la comida sabe mejor, más sana y más rica en nutrientes

¿Qué provoca el glutamato monosódico?

El sistema nervioso sobre-estimula a las neuronas llevándolas a un estado de agotamiento, y algunas eventualmente morirán como consecuencia de esta estimulación artificial. Además, que los niveles de glutamato en la sangre sean más altos contribuye a malestares físicos.

Su consumo o puede causar las siguientes dolencias:

  • Dolores de cabeza
  • Migrañas
  • Espasmos musculares
  • Náuseas
  • Alergias
  • Ataques epilépticos
  • Depresión e irregularidades cardíacas

Un alto consumo de glutamato monosódico se ha relacionado también con un peor desarrollo de ciertas enfermedades como el Alzheimer, la depresión, el autismo o la esclerosis múltiple. Y al tratarse de un aditivo, evita la sensación de saciedad, por lo que incita a seguir comiendo, y por tanto, puede inducir a la obesidad.

¿Cómo hacer para no consumir glutamato monosódico?

El primer imperativo es consumir productos orgánicos y dejar de ingerir alimentos procesados. Antes de comprar cualquier producto procesado (salsas, galletas, congelados…) debemos leer las etiquetas, por si contiene glutamato monosódico. En ocasiones etiquetan al GMS de otra manera, o es uno de los compuestos de la proteína texturizada, la gelatina, el nutriente de levadura o el concentrado de la proteína de soya.

También puede haber rastro de glutamato monosódico en los alimentos bajos en calorías o los que están enriquecidos con vitaminas, el almidón y jarabe de maíz, jarabe de arroz y leche en polvo. Igualmente, algunos cosméticos, jabones, acondicionadores y champús.

¿Cómo se produce el glutamato monosódico?

El glutamato monosódico ha sido producido por tres métodos: hidrólisis de proteínas vegetales con ácido clorhídrico para romper los enlaces peptídicos, síntesis química directa con acrilonitrilo y fermentación bacteriana, que es el método actual.

Actualmente, la mayoría de los glutamatos se producen por fermentación bacteriana, en un proceso similar a la elaboración de vinagre o yogurt. Durante la fermentación.

¿Qué es el glutamato monosódico y qué daños causa? | El Diario Vasco

8/08/2021