© Reuters Protestas en Kenosha, Wisconsin. (Reuters)
El domingo, Jakob Blake estaba intentando volver a su coche, donde le esperaban sus tres hijos en el asiento trasero, cuando un oficial le disparó varias veces por la espalda. Una vez más, la víctima era un hombre joven negro y el agresor, un policía. A pocas horas de que el video del incidente sucedido en Kenosha, Wisconsin, se difundiera por redes sociales, el centro de la ciudad era escenario de protestas, saqueos y fuegos que se han sucedido por dos noches consecutivas. Blake, de 29 años, está ingresado en un hospital local y su condición es estable.
Cuando faltan dos meses y medio para las elecciones presidenciales, una nueva muerte racial vuelve a agitar la comunidad afroamericana, que protagonizó en julio las mayores protestas en Estados Unidos en décadas tras el asesinato de George Floyd, suplicando por su aliento mientras era lentamente asfixiado por la rodilla de un agente de policía.
A última hora del lunes, unos 125 efectivos de la Guardia Nacional del Estado se han desplegado en la localidad, mientras cientos de manifestantes marchaban por las calles en la segunda noche de protestas, desafiando el toque de queda impuesto por las autoridades. Las fuerzas de seguridad trataron de dispersar con gases a grupos de manifestantes que se concentraban cerca de los juzgados locales y respondían lanzando botellas y fuegos artificiales a los antimotines.
El gobernador de Wisconsin, el demócrata Tony Evers, condenó la muerte de Blake en Kenosha, una ciudad de 100.000 habitantes a las orillas del Lago Michigan. El presidente Donald Trump todavía no se ha pronunciado sobre el incidente, al que sí se refirió su rival Joe Biden. «La nación se vuelve a levantar con la pena y rabia de que otro americano negro es víctima de una fuerza excesiva«, dijo Biden el lunes.
25/08/2020
1 Comment
Rubén Torres
3 años agoLas fuerzas de seguridad trataron de dispersar con gases a grupos de manifestantes que se concentraban cerca de los juzgados locales y respondían lanzando botellas y fuegos artificiales a los antimotines.
Por enésima vez la policía se excede con su autoridad. Esta vez se lian a tiros por la espalda contra un señor de color desarmado. ¡Qué valientes!
Hace muchos años que veo qué ocurre en las manifestaciones, siempre los manifestantes están peor preparados, ni llevan casco, ni escudos de protección ni el vestuario adecuado ni porras ni fusiles que lanzan pelotas de goma que a más de uno le han jodido un ojo, por no hablar de las bombas lacrimógenas y los cañones de agua.
Con todo, lo que quiero proponer a los manifestantes es que pueden igualar las fuerzas si en vez de bengalas, piedras o fuegos artificiales les podrían lanzar napalm, cojinetes de acero y botellas de ácido sulfúrico. Y si alguien es un manitas, podría manipular un coche de forma que sea teledirigido y hacer un straik. Porque no hay derecho que peguen palizas ni que se lien a tiros con gente desarmada.