La zorra al cuidado del gallinero: un gobierno de fábula

Quiso el amo del gallinero (un zorro plateado y silencioso al que, en esta fábula, las gallinas habían votado democráticamente) poner un elenco de zorras a su cuidado.

Para vigilar la Hacienda, nadie mejor que a un empresario dedicado a dar consejos para evitar pagar al fisco y librar impuestos. Los clientes de su consultora se frotan las manos.

Encargado de la Defensa, el consejero de una empresa de industria militar demandada por la fabricación y venta de bombas de racimo y misiles. Los del ramo ya esperan difundirlas por todo el planeta con los consiguientes y sustanciosos beneficios. ¡Qué mejor defensa que un buen ataque!

En Agricultura y Medio Ambiente, un especialista en repartir los fondos de garantía agrícola (el que parte y bien reparte…) que además tiene intereses declarados claramente ecológicos: petroleras, automóvil, ladrillo y trasvases (por cojones) Olvídense de Kioto y preparen las máscaras, de Greenpeace a Blackwar.

Nos falta Educación y nadie mejor para eso que un editor de libros de texto, no vaya a quedar la zorra amiga sin tajada.

¿Y echaban de menos al Opus Dei? Está en Interior, donde habita el alma. ¿Caes del guindo? Si es que no pilláis las metáforas…

Y del guindo a la guinda: en Economía, para salir de la crisis, eligió no sólo a quien no la había visto venir, sino además la había provocado. Un directivo responsable de uno de los mayores fraudes económicos en nuestra reciente historia y oráculo de una fundación al servicio de la España franquista.

La paridad se cambia por una recién parida y ya está el gobierno completado en un plis plas.

Las fábulas siempre aciertan cuando se refieren a seres humanos y el amo de la granja marchará cuando le llegue el día. Unos y otros (y sus amigos) llevarán, no lo duden, los bolsos bien forrados y un prometedor futuro amarrado.

Pero si a usted le despluman, no le extrañe.

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14/03/2024