CONTAMINACIÓN POR PFAS
En España, al contrario que ocurre en otros países de Europa, no se realiza un control sistemático de la concentración de PFAS en terrenos, ríos y acuíferos.
Este mapa muestra los puntos de muestreo positivos por PFAS, recopilados de seis estudios científicos publicados entre 2016 y 2023, así como analíticas de 2020 y 2021 realizadas por las Confederaciones Hidrográficas.

CONTAMINACIÓN EN AGUAS SUPERFICIALES
Los principales rios de España como el Guadalquivir, Duero, Tajo y Ebro han dado niveles por encima de los permitidos en PFAS. También se han encontrado contaminación por PFAS en lagos, embalses y presas.

CONTAMINACIÓN EN ESPACIOS PROTEGIDOS
Este mapa muestra los espacios de la Red Natura 2000. Se han encontrado PFAS en espacios protegidos como Doñana, las Tablas de Daimiel o el Mar Menor.
Un estudio reciente del CSIC y SEO/BirdLife ha localizado contaminación por PFAS en 77 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad en España (IBA).

CON SOSPECHAS DE CONTAMINACIÓN
En España hay 800 sitios donde las pruebas no han confirmado la presencia de PFAS, pero que se puede suponer que están contaminados en base de investigaciones científicas y asesoramiento de expertos, como bases militares, aeropuertos, gestores de residuos o industrias que manufacturan productos con estos químicos.

Esta investigación forma parte de un proyecto transnacional denominado “The Forever Pollution Project” en el que participan 20 medios de 12 países de toda Europa, incluido Le Monde en Francia, The Guardian en Reino Unido o Süddeutsche Zeitung de Alemania, y del que forma parte DATADISTA y elDiario.es. El proyecto ha logrado generar el mapa más completo hasta la fecha de puntos con presencia comprobada y potencial de estos químicos.

MAPA INTERACTIVO: Conoce los puntos analizados con PFAS en España

Fuente: MITECO y artículos científicos

Un trabajo científico publicado este año ha analizado muestras recogidas en más de 400 puntos para buscar contaminación difusa en 140 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA). Este es el primer informe a gran escala que examina la contaminación difusa en los espacios naturales de España. Entre los contaminantes analizados se encuentra una muestra de los PFAS más representativos del mercado. El 77% de los espacios naturales analizados en España contiene niveles de contaminación por PFAS, representando el 55% del total de las IBAs analizadas. Entre ellos se encuentran algunos de los lugares más importantes para la conservación de la biodiversidad del país, como el Mar Menor, Las Tablas de Daimiel, la Albufera de Valencia, las marismas del Guadalquivir, Monfragüe, Las Bardenas Reales, la Bahía de Cádiz, Picos de Europa, las Salinas de Santa Pola o el Delta de l’Ebre, entre otros.

Según las conclusiones del estudio, las áreas afectadas por este tipo de contaminación difusa están asociadas principalmente con el abandono y la gestión inadecuada de residuos. En total, se analizaron 119 contaminantes, entre ellos 17 tipos diferentes de PFAS, seleccionados por su alto nivel de toxicidad y su potencial efecto negativo sobre hábitats y especies, además de la presencia de meso y microplásticos. Solo cuatro de las áreas estudiadas están libres de contaminación.

De los 17 PFAS analizados, se han encontrado concentraciones significativas en cuatro de ellos: PFOA, PFOS, PFBA y PFHxA. En el caso de los PFOS, la normativa europea considera un valor de riesgo si se halla en concentraciones superiores a 0,65 ng/L. En todas las muestras analizadas en este estudio donde se encontró este compuesto, se superaba este valor.

Para este estudio, se tomaron tres muestras en tres puntos diferentes en cada IBA: un primer punto donde visualmente se veía contaminación, otro punto al lado de una EDAR y un tercer punto a 500 metros de una EDAR. Los datos de campo y las concentraciones detectadas muestran cierta correlación entre la presencia de PFAS en el medio ambiente en puntos cercanos a efluentes de depuradoras, en presencia de basuras y en lugares donde se realizan actividades deportivas o de montaña.

Este trabajo se enmarca en el Proyecto LIBERA, que, desde 2017, desarrolla SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes. Ha sido realizado por técnicos de la organización conservacionista en colaboración con el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IDAEA-CSIC) y el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC).

Octavio Infante, responsable del programa de conservación de espacios naturales de SEO/Birdlife y uno de los responsables del estudio, muestra su preocupación porque su estudio indica que “prácticamente todos los ríos de España tienen algún tipo de contaminación difusa en sus aguas”.

En el caso de los PFAS, la presencia de altas concentraciones en puntos cercanos a depuradoras también aparece en las investigaciones en las que ha participado Julián Campo. Actualmente, uno de los focos principales de investigación es la selección de tecnologías adecuadas para eliminar los llamados compuestos emergentes de las aguas residuales. “Los estudios de laboratorio han demostrado capacidad para disminuir significativamente los niveles de contaminantes. Sin embargo, el proceso de escalar estas soluciones desde un entorno de laboratorio hasta una depuradora implica una inversión financiera significativa. Este es un tema en constante evolución, se están explorando opciones como las membranas y otros procesos. Sin embargo, todavía no se ha implementado plenamente en las plantas de tratamiento de agua”, explica Campo.

PFAS EN LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

“Cuando vimos la importancia que estaban adquiriendo los PFAS y dado que nos llegaba mucha más literatura científica, decidimos analizar en una submuestra también los PFAS. Hubiera sido un estupendo aviso para que se hubieran incluido en la regulación de agua” de beber. «Cuando lo han incluido en la regulación del agua, nosotros ya teníamos datos de que los españoles teníamos PFAS en 2009 y ya teníamos datos de que eso estaba asociado con el agua de bebida.»

Argelia Castaño es doctora en Ciencias Biológicas, profesora de investigación del Instituto de Salud Carlos III y ha sido directora del Centro Nacional de Sanidad Ambiental de 2015 a 2022. En la primera década de este siglo lideró el único estudio que se ha hecho hasta ahora en España a nivel nacional de la presencia en suero sanguíneo de la población española de los químicos incluidos en el Convenio de Estocolmo, es decir, aquellos declarados como contaminantes orgánicos persistentes.

Entrevista con Argelia Castaño, doctora en Ciencias Biológicas, profesora de investigación del Instituto de Salud Carlos III y exdirectora del Centro Nacional de Sanidad Ambiental. (Ver vídeo en el artículo original)

Aunque por entonces todavía no estaban clasificados en Estocolmo, que define en sus anexos A y B los químicos cuya producción y uso se prohíbe o restringe respectivamente, el equipo al frente de aquel proyecto español, denominado Bioambient.es y cofinanciado por el Ministerio de Medio Ambiente, decidió aprovechar la amplia recolección de muestras para analizar otro tipo de compuesto más del que cada vez llegaba más literatura científica: los PFAS. Y acertaron.

De los 1.892 voluntarios que participaron en el estudio, para el que se aprovecharon los reconocimientos médicos laborales de seis mutuas con presencia en toda España (daban servicio a más de 436.000 empresas de todos los sectores y reaizaban más de 650.000 reconocimientos médicos anuales), se hizo una submuestra con 755 para analizar PFAS. Gente de toda España, de ambos sexos (404 mujeres y 351 hombres), con un rango de edad entre 18 y 65 años, ocupaciones muy diversas, todo el mundo tenía PFAS y en la práctica totalidad se detectaron dos de sus versiones: PFOS y PFOA, los más conocidos, los más tradicionalmente utilizados, los más estudiados. También los que primero se han prohibido. El 100% de las muestras de aquel estudio de hace más de una década detectaron PFOA; el 99,7%, PFOS; el 99,9%, PFNA. Otros dos PFAS aparecieron en el 84,8% y el 86,4% de las muestras.

En mayor o menor medida, más cuanta más edad dada su capacidad de acumularse, más en hombres que en mujeres en edad fértil (que lo eliminan con la menstruación y la leche materna), especialmente en Cataluña y Galicia, todo el mundo había retenido ya en el organismo cierta cantidad de alguna de las 6 versiones analizadas entonces de ese químico irrompible incapaz de biodegradarse.

El estudio, a nivel nacional y con esa dimensión y amplitud, nunca se repitió.

«PFAS tenían todos. Todos tenemos PFAS», comenta Castaño. Que añade que «a medida que se va conociendo más, se van viendo lamentablemente mayores efectos, porque nunca nos encontramos con la sorpresa de decir que nos equivocamos, que esto no hace nada. Cada vez hay más estudios epidemiológicos y cada vez es más sencillo encontrar vínculos entre la exposición y los efectos».

EL PROBLEMA DE LA FALTA DE CONTINUIDAD EN LOS ESTUDIOS

Desde que se realizó Bioambient.es, Argelia Castaño lleva peleando junto a otros científicos para que se repitan de forma periódica estudios de biomonitorización similares, para saber lo que acumulamos en el cuerpo según el sexo, la edad, el lugar de residencia, los hábitos de consumo. No solo PFAS, también metales, otros químicos… «Es muy triste que se haya hecho solo un estudio nacional de biomonitorización. Es muy triste que no se destine en los Presupuestos Generales del Estado una partida para realizar este tipo de estudios, como se hace en Canadá o en EEUU, porque es lo único que te dice cómo está la población. Tú puedes regular lo que hay en el agua, en el aire, en los alimentos, pero no puedes regular la forma de vida de las personas y este tipo de estudios son los que realmente permiten que el ciudadano pueda modificar sus hábitos de vida».

Ahora se muestra optimista porque a finales del año pasado se aprobó la Comisión Interministerial de Biomonitorización Humana, que va a depender del Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III y en el que están involucrados el Ministerio de Transición Ecológica, el de Consumo, el de Agricultura, así como la Agencia de Desarrollo Alimentaria, la Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios y los directores generales de salud de todas las CCAA. Espera que sirva para «establecer de forma periódica estudios sistemáticos en el máximo de CCAA y, si pueden ser a nivel nacional, mejor que mejor».

Otro de los problemas es el coste de los patrones que es necesario adquirir para poder detectar un número limitado de PFAS en el laboratorio. “Una de las razones por las que solamente analizamos un determinado número de compuestos es que, para poder saber si el compuesto que estás detectando es efectivamente el que estás buscando, tienes que comprar unos patrones con los que compararlos. Esos patrones son los mismos que se utilizan en la industria y cada patrón es bastante caro, por tanto no es económicamente viable poder analizar dentro de un proyecto mil compuestos”, indica Campo.

Es la misma situación en la que se encuentran otros investigadores. Octavio Infante explica que “si nosotros el día de mañana dejamos de tener financiación del proyecto LIBERA, no vamos a poder seguir haciéndolos. Por eso la implicación de la administración pública es fundamental pero no solo para la identificación de esta contaminación en el medioambiente sino porque también es un problema de salud pública.”

Este mapa muestra sitios conocidos de contaminación en toda Europa

Haz zoom en el mapa y pasa el cursor sobre un círculo para mostrar más información
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Sitios de producción y sitios donde se han detectado PFAS mediante muestreo.
Para concentraciones en agua, 1 ng/L y 1 ng/kg son equivalentes. Hemos calculado clusters para agrupar las ubicaciones de muestreo cercanas. Cada círculo incluye todas las ubicaciones de muestreo para un cluster.

Fuentes del mapa: Forever Pollution Project

EN 2024 SE MEDIRÁ EL NIVEL DE PFAS EN EL AGUA DE BEBER

Los niveles de PFAS en el agua del grifo en España no se han estado midiendo. Actualmente no se conoce si hay poblaciones que están bebiendo agua con niveles de PFAS por encima de los valores límite establecidos por la normativa europea.

A principios de este año, se ha aprobado el Real Decreto (3/2003), donde se han establecido los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro, introduciendo normas más estrictas sobre la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en el agua de consumo. Este decreto se alinea con la Directiva (UE) 2020/2184, que tiene como objetivo mejorar la calidad del agua y garantizar la salud de los ciudadanos en la Unión Europea.

Según la nueva normativa, los operadores de suministro de agua para el abastecimiento humano deberán controlar y analizar cuatro PFAS antes del 2 de enero de 2024, y cumplir con parámetros específicos antes del 2 de enero de 2025. Posteriormente, deberán controlar y analizar un total de 20 PFAS antes del 2 de enero de 2025, cumpliendo con los parámetros para estos antes del 2 de enero de 2026.

Fuentes del Ministerio de Sanidad han explicado a DATADISTA que, en el caso de que durante 2024 existan redes de abastecimiento con niveles por encima de los valores establecidos, «esto no conllevará la declaración del agua como no apta para el consumo humano debido a que la normativa no obliga hasta 2025″. Sin embargo, desde Sanidad recomiendan que “los operadores empiecen a trabajar en su mitigación para cumplir con la legislación antes de 2025». Hasta esa fecha, se podrá superar el valor paramétrico sin problemas legales.

La normativa española establece que los valores paramétricos para cada uno de los primeros PFAS no deben exceder los 0,10 µg/L en el agua para abastecimiento humano. No se trata de un límite individual para cada sustancia, sino del valor sumatorio de todas ellas.

Entre 2024 y 2025, se controlarán los siguientes cuatro PFAS, cada uno con un valor paramétrico de 0,07 µg/L:

  • Ácido perfluorooctanoico (PFOA)
  • Ácido perfluorooctanosulfónico (PFOS)
  • Ácido perfluorononanoico (PFNA)
  • Ácido perfluorohexanosulfónico (PFHxS)

Posteriormente se deberán empezar a medir y controlar nuevos compuestos de PFAS hasta completar la veintena de diferentes tipos de perfluoroalquilados como el ácido perfluorobutanosulfónico (PFBS), el ácido perfluorodecano sulfónico (PFDS), el ácido perfluorododecanoico (PFDoDA) y el ácido perfluorononanosulfónico (PFNS), entre otros.

El proyecto The Forever Pollution» fue desarrollado inicialmente por Le Monde (Francia), NDR, WDR y Süddeutsche Zeitung (Alemania), RADAR Magazine y Le Scienze (Italia), The Investigative Desk y NRC (Países Bajos) con el apoyo financiero de Journalismfund.eu e Investigative Journalism for Europe (IJ4EU). Posteriormente fue investigado y publicado por Knack (Bélgica), Denik Referendum (Chequia), YLE (Finlandia), Reporters United (Grecia), SRF (Suiza), DATADISTA / elDiario.es (España), Watershed Investigations / The Guardian (Reino Unido); y cuenta con el respaldo de Arena for Journalism in Europe para una colaboración transfronteriza. Aquí puedes leer la metodología completa del proyecto.

Relación de artículos científicos cuyos datos para España han sido compartidos por sus investigadores:

El mapa europeo de Forever Pollution fue desarrollado por Le Monde.

 

https://especiales.eldiario.es/contaminacion-eterna-pfas-espana/?utm_source=adelanto&utm_medium=email&utm_content=ExSocio&utm_campaign=01/07/2023-adelanto&goal=0_10e11ebad6-99f8b3c0c5-64734949&mc_cid=99f8b3c0c5&mc_eid=005783ec2f

2/07/2023