Foto: equality (cc) Flirck
Texto: Manel Torralba
Lunes, 8 de septiembre de 2008
Quisiera dar mi opinión sobre el anuncio que dan todos los días por parte del “El Fondo de Regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivos Marinos” (FROM) de “Pezqueñines No”
Estoy en total desacuerdo con que se intente mentalizar a la gente de que no debe comprar los peces que no han alcanzado su talla de adultos, y cuando muestran artículos con los que poder compararlos y nos muestra la merluza con el tamaño de un plato creo que hay un grave error. Las merluzas pueden alcanzar los 80 cm. y un plato apenas los 30 cm. por lo que la gente seguirá comprando sus crías (pescadillas). Por favor, subsanen pronto ese error por el bien de la especie y que obliguen a los pescadores a cambiar sus redes por otras con los agujeros más grandes, para que los alevines e inmaduros tengan alguna oportunidad de escapar de las redes y así tener la oportunidad de desarrollarse y reproducirse.
Además, deberían incorporar en el anuncio que también se debería respetar el ciclo de reproducción de todas las especies comerciales de peces, moluscos y crustáceos.
Por citar algunas: en primavera crían las sardinas y los boquerones.
Las caballas si se las deja crecer alcanzan cerca de los 50 cm., frezan a principios de verano.
Algunos peces planos como los rodaballos, platijas y lenguados crían entre finales de la primavera y mediados del verano. Las lisas del Mediterráneo desovan a principios de otoño y en verano las de aguas frías. Los róbalos y lubinas frezan en pleno invierno o a principios de primavera.
Algunos crustáceos como los bogavantes pueden alcanzar los 60 cm. sin embargo, los vende con menos de la mitad de esa talla Las langostas pueden alcanzar los 50 cm. y crían entre agosto y noviembre.
Con esto, quiero recalcar que no sólo se fijen en el tamaño del animal que vayan a comprar. No estaría de más que el FROM repartiese póster por las principales pescaderías de las tallas y de las épocas de reproducción de todas las especies comerciales en un tamaño fácil de leer, para que los expongan al público.
Pero no hay que dejar esa responsabilidad solo al consumidor, sino, es preciso que se habilite un departamento donde la gente pueda denunciar todos los delitos cívicos y medioambientales, ofreciendo una suculenta recompensa por ello. Eso sería un buen incentivo para hacer las cosas bien.