El Instituto #SaludsinBulos es un chiringuito creado por la agencia privada de comunicación COM Salud que dirige el periodista español Carlos Mateos y la Asociación de Innovadores en eSalud de la que es también vicepresidente con el presunto objetivo de «combatir la desinformación en salud a través de educación, concienciación, fact checking, tecnología y evaluación y mejora de la comunicación clínica». Y una de sus primeras iniciativas fue crear otra entidad: la Alianza contra los Bulos en Vacunas que de inmediato contó con el apoyo de la Asociación Española de Vacunología, la Asociación de Enfermería y Vacunas, la Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria, el Instituto Balmis de Vacunas, el Consejo General de Farmacéuticos, la Asociación de Enfermería Comunitaria, la Escuela de Pacientes de Andalucía, Fisabio y la Asociación Despertando Enfermería.

En pocas palabras, la agencia COM Salud, el Instituto #SaludsinBulos y la Alianza contra los Bulos en Vacunas los controla un pequeño grupo coordinado por él, que para dar sensación de fuerza ha dado distintos nombres a las iniciativas que han puesto en marcha y tienen como principal objetivo defender a las industrias sanitarias -especialmente a la farmacéutica- y, sobre todo, la supuesta eficacia y seguridad de las vacunas. Y para ello se dedican a intentar contrarrestar las informaciones que ponen en entredicho las verdades oficiales con una simple estrategia: calificarlas de «bulos» y a quienes las difunden de «negacionistas», «antivacunas» y otras estupideces por el estilo.

Pues bien, a primeros de noviembre crearon un nuevo chiringuito: un portal o plataforma denominada Hub de eSalud que definen como un «hub», un «concentrador y generador de sinergias» en temas de salud que «cuenta con una nutrida red de cazabulos -profesionales sanitarios de diferentes ámbitos de la salud- que nos ayudan a identificar y desmontar noticias falsas en internet». La «nutrida red» de «cazabulos» de la que se habla la integraban en toda España -a 12 de noviembre- 29 personas (30 con ella) y está abierta a cualquier vacunólogo y amante de los fármacos que se anime a participar en el acoso y derribo de los «herejes», de quienes se niegan a aceptar acríticamente las «verdades oficiales».

Es decir, más de lo mismo pero con una nueva «cabecera» para dar así la impresión de que hay muchos implicados y apoyos. ¿Y quién dirige la nueva iniciativa de Hub de eSalud? ¿Un reconocido profesional de la información o de la Sanidad? En absoluto: ni es periodista, ni médico, ni farmacéutico, ni biólogo, ni abogado, ni… Se llama Rosa Quintana y no es periodista -aunque ha trabajado de presentadora y locutora en varios medios- sino Coach Especialista en Inteligencia Emocional y PNL, título que se obtiene en 350 horas lectivas al que la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid otorga apenas 35 créditos cuando una carrera universitaria requiere entre 180 y 240.

¿Y cuál ha sido su primera iniciativa? Pues dar a conocer lo que han bautizado como Decálogo de medidas para luchar contra los bulos de vacunas con tecnología. Transcribimos tal cual sus pretensiones para que no se nos acuse de manipulación:

1) Identificación. Identificar bulos mediante grafos y minería de datos. Análisis de redes sociales vía grafos para identificar bulos y de técnicas de minería de datos para detección automática de patrones de comportamiento de antivacunas influenciadores en redes sociales.

  1. Clasificación. Clasificar la información en confiable y no confiable para alertar al usuario y brindar información fiable. Empleo de algoritmos de Inteligencia Artificial que analicen fuentes fiables, la información que circula por redes sociales y etiqueten con advertencias los contenidos falsos.

3) Intervención temprana. Frenar los posts que están creciendo para que no se viralicen. Detección de posts/contenido a punto de viralizar con una respuesta a través de bots y diferentes tecnologías para reportar contenido y promulgar información veraz.

4) Contraataque. Disponer de bots positivos que puedan contrarrestar la acción de bots negativos. Creación de bots que generen noticias positivas o contraataquen otros bots que generan noticias negativas en las mismas plataformas en las que se producen. Alerta a posteriori a los usuarios que hayan interectuado con información falsa. Envío de información confiable al respecto del tema observado por el usuario.

5) Prevención. Utilizar chatbots. Sistemas conversacionales inteligentes y sensibles como ayuda a la difusión de información provacunas.

6) Concienciación. Campañas de concienciación. Concienciación sobre las mejores prácticas para un pensamiento crítico de noticias e información en internet, con el apoyo de profesionales sanitarios y personas influyentes, y sobre las vidas que salva la vacunación.

7) Gamificación. Videojuegos educativos. Utilizar videojuegos para concienciar sobre los beneficios de las vacunas. Pedir a empresas de desarrollo de videojuegos que incorporen mensajes provacunas en videojuegos populares

8) Adaptación. Testar el nivel de comprensión para adaptar el mensaje. Utilizar test que permitan testar el nivel de comprensión y pensamiento crítico del usuario para adaptar el mensaje pro vacunas. Campaña de concienciación sobre las mejores prácticas para un pensamiento crítico de noticias e información en internet con el apoyo de profesionales sanitarios y personas influyentes.

9) Denuncia. Extensiones en navegadores. Extensiones para navegadores que analicen el contenido y se pueda reportar a una base de datos.

10) Capacitación. Herramientas para el profesional sanitario. Dotar de herramientas digitales al profesional sanitario para que pueda contestar los bulos sobre vacunas con un lenguaje sencillo y en tiempo real y que potencien su papel como fuente de información veraz en salud.

Hasta aquí su «decálogo» de medidas. Aclararemos antes de continuar que un «bot» es un programa informático que en Internet simplifica o automatiza tareas cuya realización manual es tediosa; efectúa pues diversas tareas por su cuenta, sin ayuda humana. Y un chatbot es un tipo de bot que interactúa con el usuario manteniendo conversaciones sencillas (Siri y Cortana por ejemplo); se utilizan en las empresas para pedidos automáticos, comunicar incidencias técnicas, pedir información sobre determinado producto o servicio, etc.

Dicho en pocas palabras: van a emplear mecanismos informáticos automatizados basados en inteligencia artificial para detectar y contrarrestar en las redes sociales todo lo que ellos consideren «bulos» antes de que se viralicen, especialmente todo lo que genere desconfianza en las vacunas. Lo admiten abiertamente asegurando que es posible porque se pueden detectar utilizando los actuales conocimientos de programación neurolinguística y mediante análisis sintácticos, gramaticales y de contexto.

Además, a fin de contar con aceptación social, la Asociación de Innovadores en eSaiud. la agencia COM Salud y el Instituto #SaludsinBulos convocaron para el 20 de noviembre un concurso de soluciones digitales denominado Hackathon Salud -que coordina el omnipresente Carlos Mateos- apoyado por la Universidad San Pablo CEU y en la que «colaboran» -según afirman- «más de 70 organizaciones científicas y académicas». Según dicen textualmente «el Hackathon Salud premiará las mejores soluciones digitales que ayuden a combatir los bulos en vacunas con 11.000 € en premios y la posibilidad de ayudar a desarrollar la solución ganadora». Y añaden: «En el Hackathon habrá tres retos sobre soluciones digitales sobre vacunas. Uno de ellos es el Reto AECID-ISGlobale Salud Pública sin Bulos promovido por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y el Instituto ISGlobal que trata de encontrar soluciones digitales que promueva la salud pública en Latinoamérica, en especial las vacunas, y fomente la figura del profesional sanitario como fuente de información veraz frente a los bulos».

Se han autoarrogado, en suma, el derecho a decidir lo que es verdad o no en el ámbito de la salud hasta desarrollar programas informáticos que impidan preventivamente en Internet y en las redes sociales el derecho a la libertad de expresión, a la libertad de información, a la libertad de opinión y, por supuesto, a la libertad de prensa y a la libertad de empresa. ¡Y eso lo hace un «grupito» privado sin que las autoridades intervengan y los detengan!

¿Estará detrás Google News Lab, departamento de Google News Initiative, que pretende constituirse en el organismo internacional que acredite qué informaciones, medios y periodistas son de confianza y cuáles no para que solo se haga caso a los que elijan a pesar de que nadie les ha facultado para ello? Lo ignoramos, pero lo que sí sabemos es que todas las iniciativas antes mencionadas las apoyan económicamente muchas de las grandes multinacionales farmacéuticas. Basta entrar en sus web para comprobarlo.

En fin, si la sociedad no reacciona rápidamente ante todo esto podemos dar por finiquitados los sistemas democráticos.

 

Fuente; Revista Discovery Salud. Número 254 – Diciembre 2021

10/9/2022