¿Por qué son tan peligrosos?

Novichok: así ataca el cuerpo el misterioso gas ruso más letal del mundo

El asesinato del exespía ruso Sergei Skripal en Reino Unido con un gas nervioso ruso conocido como Novichok ha señalado al gobierno de Putin. Pero ¿cómo ataca este gas al cuerpo?

Personal militar con trajes especiales tras el ataque con gas nervioso a Sergei Skripal en Salisbury, Reino Unido. (Reuters)

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Pepe Cervera – 05:00 Actualizado: 18/03/2018 – 12:50

Desde que el exespía doble ruso Sergei Skripal y su hija aparecieron inconscientes en un banco en la ciudad británica de Salisbury, donde residían, los síntomas y las circunstancias de su situación sugirieron a los expertos que se había utilizado un gas nervioso contra ellos. Posteriores acontecimientos complicaron la situación, cuando se hizo público que al menos 21 personas más habían resultado afectadas, entre ellas la más grave un policía que atendió a los afectados en un primer momento, y que numerosas localizaciones estaban siendo analizadas, incluyendo un restaurante, un ‘pub’, la casa de los principales blancos e incluso el cementerio donde están enterrados algunos de sus parientes.

Pronto se movilizaron tropas de las fuerzas armadas y por fin la primera ministra hizo público el tipo de agente utilizado y el país sospechoso: una familia de gases nerviosos conocida como Novichok desarrollada por la Unión Soviética al final de la Guerra Fría, y por implicación Rusia. Pero ¿qué son los gases nerviosos, en especial los agentes Novichok, por qué apuntan a Rusia y por qué son tan peligrosos?

Se conoce como gases nerviosos a un grupo de armas químicas con origen en insecticidas que comparten un modo de actuación sobre el metabolismo humano que las hace enormemente letales incluso en cantidades muy pequeñas. Las más conocidas también comparten parentesco químico, ya que pertenecen a la familia de los llamados organofosforados.

Los primeros agentes de este tipo fueron descubiertos por químicos alemanes en los años 30 cuando buscaban insecticidas más letales para las plagas que la nicotina y sintetizaron dos moléculas conocidas como Sarín y Tabún, que pronto descubrieron que eran demasiado peligrosas para su uso agrícola. La investigación pasó al ejército alemán, que durante la Segunda Guerra Mundial erigió una factoría para fabricarlas en cantidad pensando en su uso como armas de guerra. La fábrica aún no estaba plenamente operativa cuando acabó la contienda.

Personal militar con trajes especiales tras el ataque con gas nervioso a Sergei Skripal en Salisbury, Reino Unido. (Reuters)

Otro de los agentes más conocidos se denomina VX y fue sintetizado durante los años 50 por los británicos y es aún más letal y persistente que los dos originales. Estos tres agentes fueron desarrollados como armas químicas plenas por varios países, lo que implica su fabricación, el desarrollo de sistemas de dispersión y uso y la disposición de equipos y métodos de descontaminación. Algunas, como el VX, se desarrollaron como armas binarias, en las que dos compuestos poco peligrosos se unen y reaccionan en el propio sistema de dispersión creando el compuesto sobre la marcha, lo que evita posibles accidentes: en caso de derrame las consecuencias son mucho menos mortíferas.

Tanto el Sarín como el Tabún y el VX son líquidos, transparentes los dos primeros y de color aceite el tercero, casi insípidos y con muy poco olor. Todos se evaporan rápidamente a temperatura ambiente y son letales por inhalación o contacto con la piel. El mecanismo de acción es bien conocido: actúan bloqueando la acción de una enzima del sistema nervioso llamada acetilcolinesterasa que se encarga de retirar un neurotransmisor que activa las neuronas denominado acetilcolina.

La descontaminación se puede realizar lavando con agua, ya sea pura o con lejías u otras sustancias químicas para inactivar los restos

Al no desactivarse la acetilcolina las neuronas entran en activación permanente, lo que provoca bloqueo muscular, espasmos, incontinencia y la muerte con dosis letales muy bajas. Cada uno de los agentes tiene características diferentes; el sarín es volátil y desaparece pronto de las áreas afectadas, mientras que el VX es persistente y puede seguir actuando bastante tiempo, por lo que puede afectar por ejemplo a los servicios de ayuda en caso de ataque.

Existen sustancias que aplicadas rápidamente pueden contrarrestar los efectos de estos gases, como la atropina inyectada, y también es posible protegerse de sus efectos mediante trajes y máscaras que aíslen al individuo del contacto y del vapor. La descontaminación se puede realizar lavando con agua, ya sea pura o con lejías u otras sustancias químicas para inactivar los restos, dependiendo del agente concreto.

Muchos ejércitos del mundo entrenan a sus tropas en el combate bajo ataque de estos agentes, aunque resulta complicado, y disponen de unidades dedicadas a la detección y descontaminación de ataques. Se sabe que existen variantes químicas de estos agentes que no han sido usadas como armas por diversos inconvenientes prácticos o militares.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial y décadas posteriores la posibilidad de represalias hizo que no se usaran estas armas en conflictos bélicos, pero hacia los años 80 hicieron su aparición en la guerra Irán-Irak y en conflictos internos e Irak, cuando Sadam Hussein usó sarín contra civiles kurdos en Halabja. Este mismo agente se ha usado en la guerra civil siria.

La fabricación de este tipo de sustancias no es muy compleja químicamente aunque resulta casi imposible en la práctica fuera de la industria militar debido a la extrema toxicidad de los productos y sus reactivos. Esto no ha impedido que organizaciones no gubernamentales hayan usado este tipo de agentes como armas terroristas, sobre todo la secta japonesa Aum Shinrikyo, que en 1994 asesinó a un disidente con VX en Osaka y en 1995 utilizó sarín en el metro de Tokio matando a 13 personas y haciendo enfermar a miles; la reducida cuenta de bajas se debió a la contaminación de la sustancia empleada. Más recientemente agentes norcoreanos emplearon VX binario para matar al hermanastro de Kim Jong-un en el aeropuerto de Kuala Lumpur.

Novichok, la siguiente generación

La palabra que se repite desde la intervención de la primera ministra británica es Novichok, que abre todo un nuevo ámbito de inquietantes posibilidades. La palabra, que en ruso significa ‘recién llegado’, designa a toda una familia de armas químicas que fueron desarrolladas en laboratorios secretos de la URSS hacia el final de la Guerra Fría específicamente para superar los mecanismos y métodos de protección y descontaminación de los militares occidentales y dificultar la detección de su uso. Además, se considera que los agentes de esta familia son aún mucho más mortíferos que los anteriores. Con dosis muy reducidas se convierte en uno de los químicos más letales del mundo.

(Reuters)

Se sabe que el programa de desarrollo existió, ya que algunos de los científicos que participaron acabaron pasándose a Occidente tras haber sido encarcelados en Rusia, pero hay pocos detalles públicos. Parece que la familia Novichok incluye hasta un centenar de compuestos de los cuales los más desarrollados para uso militar fueron los llamados novichok-5 (también llamado A-232) y novichok-7.

A diferencia de los más antiguos, estos agentes se dispersan en forma de polvo ultrafino por lo que atraviesan los trajes y máscaras de protección estándar y funcionan como armas binarias. Aunque químicamente algo más complejos que los anteriores, su mecanismo de actuación es el mismo: inhibición de la acetilcolinesterasa, por lo que los síntomas son idénticos.

O bien es un ataque efectuado por Rusia o bien este país ha perdido el control sobre algunos de los más letales desarrollos durante la Guerra Fría

La detección e identificación del agente en cuestión no será sencilla, especialmente si se confirma que se trata de la familia Novichok. Las muestras extraídas de las víctimas y tomadas de lugares sospechosos deberán ser sometidas a complejos métodos de análisis químico para identificar las moléculas. Convenientemente el centro de investigación de guerra química del Reino Unido está en Porton Down, apenas a una decena de kilómetros de Salisbury. En cualquier caso la identificación del agente puede servir para neutralizar posibles focos remanentes y para identificar a los culpables, pero no hará mucho por las víctimas; las consecuencias de estos gases nerviosos pueden ser irreversibles si el tratamiento no es casi instantáneo.

En cuanto a la determinación del responsable la declaración de Theresa May es tajante: o bien es un ataque efectuado por Rusia o bien este país ha perdido el control sobre algunos de los más letales desarrollos de su antecesor la URSS durante la Guerra Fría. No está muy claro cuál de las alternativas es más aterradora.

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2018-03-18/novichok-gas-nervioso-sarin-tabun-vx-rusia-putin_1536877/

6/02/2022