Luis Miguel Oliveiras
9 mar 2022
¿Se imagina que cada lunes los telediarios abrieran con la cifra de los fallecidos por el consumo de fármacos en lugar de las muertes en carretera?
Podría perfectamente ser así, ya que en nuestro país el número de personas que mueren por efectos adversos de los medicamentos supera con creces a las víctimas de accidentes de tráfico.
Concretamente lo triplica.
En honor a la verdad, se trata solo de una estimación obtenida al extrapolar los datos de Estados Unidos, donde cada año se producen 250.000 muertes al año por errores en los diagnósticos, en la medicación o reacciones adversas a los medicamentos.
Pone los pelos de punta.
Y sepa que si nos vemos obligados a extrapolar los datos de otros países es porque es la única herramienta de que disponemos; en España no se publican cifras, censos ni estudios oficiales de fallecimientos relacionados con el consumo de medicamentos.
Desgraciadamente un importante grupo de presión está muy interesado en que no se conozca toda la verdad sobre los efectos secundarios de los medicamentos.
Sus alargados tentáculos llegan más lejos de lo que piensa para tratar de ocultar la trágica realidad: algunos fármacos no siempre curan, y pueden llegar a matar.
Como se puede imaginar, se trata de la industria farmacéutica; la primera beneficiada de un sistema sanitario donde la enfermedad es un gran negocio y el medicamento se ha postulado como la única cura.
Llevamos mucho tiempo denunciando los casos de medicamentos peligrosos, o cuyos efectos secundarios superaban ampliamente el daño que provoca la propia enfermedad. Entre ellos podemos encontrar:
Medicamentos de uso común como el ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroideos (como el diclofenaco) conllevan un mayor riesgo de sufrir problemas cardíacos.
Algunos fármacos antidepresivos, que aumentan la tendencia al suicidio en las personas a las que se les prescriben.
Y 21 fármacos con diferentes indicaciones a los que se les asocia una mayor probabilidad de fractura ósea.
Créame, los efectos secundarios adversos van más allá de la paradoja (por no decir esperpento) de que un antidepresivo pueda incitar a suicidarse. La cara oculta de los medicamentos es la constatación de que los intereses particulares de la industria farmacéutica priman sobre la salud general.
Si no fuera así… ¿por qué se permite que algunos medicamentos peligrosos sigan en circulación, causando una auténtica escabechina en la salud pública?
¿Cómo se explica que en España estén a la venta sin receta las pastillas para el dolor de garganta Bucometasana, prohibidas en otros países por crear resistencias antibióticas para gérmenes bucales?
… ¿o que el Vytorin, un medicamento a base de estatinas que fue retirado en Estados Unidos por aumentar la incidencia del cáncer, aún esté incluido en la lista de medicamentos financiados por la Seguridad Social para tratar el colesterol?
… y también otros hipocolesterolemiantes como Crestor y Lipidil, o el Urinorm para la enfermedad de la gota, la pomada rectal Cohortan….
Sin embargo, dudo que su médico le diga cosas como:
¿Sabía que el perejil contiene una molécula antienvejecimiento -la apigenina- capaz de regenerar el cerebro y que puede disminuir los síntomas de enfermedades neurodegenerativas como la esquizofrenia, la depresión, el alzhéimer y el párkinson?
11/03/2022