Los funcionarios de prisiones, indignados con la Fiscalía belga: «Aquí no se tortura»
El ministerio público remitió un escrito a la Audiencia Nacional para preguntar si en las cárceles españolas se respetan los derechos humanos o si la comida es «suficiente»
Por
Roberto R. Ballesteros
17/11/2017
El cuestionario que la Fiscalía belga ha trasladado a la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela antes de decidir sobre la entrega del ‘expresident’ Carles Puigdemont a España ha levantado ampollas entre los funcionarios de prisiones. Ayer, poco después de conocerse la noticia, el WhatsApp de los empleados públicos que trabajan en las cárceles ardía. No entendían que un país europeo pusiera en duda «uno de los sistemas penitenciarios más avanzados del mundo», como subraya también el presidente del sector prisiones del sindicato CSIF, Adolfo Fernández. «Aquí no se tortura», insiste el representante sindical, que recuerda el nivel de instalaciones y personal cualificado con que cuentan los centros.
«La mayoría de los profesionales que trabajan en prisiones tienen una e incluso dos carreras; están enormemente cualificados y tienen los resortes adecuados para evitar que los reclusos tengan secuelas físicas o psíquicas cuando abandonan la cárcel», añade Fernández, quien recuerda también que la ley contempla mecanismos como la Inspección Penitenciaria, los jueces de vigilancia o los directivos para evitar incidencias. «Los centros, además, tienen cámaras» y ante la mínima sospecha se levantan informaciones reservadas, añade. Entre los profesionales, asegura, «hay juristas, facultativos, médicos, psicólogos, educadores, personal de vigilancia y un largo etcétera» de personal cualificado.
La Fiscalía belga preguntó a la magistrada cuál sería el tamaño de la celda en la que estaría encerrado Puigdemont en caso de que concedieran la extradición, si la comida que recibiría iba a ser «suficiente» y «de calidad», si las autoridades españolas cumplían con los requisitos sanitarios y de higiene e incluso si el Ministerio del Interior cumplía los convenios de derechos humanos. La jueza Lamela remitió el cuestionario al departamento dirigido por Juan Ignacio Zoido, que contestó inmediatamente que los presos tienen una habitación de 11 metros cuadrados, que comen tres veces al día, que tienen todo tipo de instalaciones para recreo y ocio, que disponen de atención sanitaria y que Puigdemont podría solicitar incluso un habitáculo individual.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que fue el organismo que contestó al requerimiento de la Fiscalía belga, hizo especial hincapié en su respuesta en dejar claro que España cumple escrupulosamente con los convenios europeos e internacionales de derechos humanos y mostró su sorpresa ante el hecho de que el ministerio público extranjero sospechara sobre la bondad de las cárceles de nuestro país cuando Puigdemont ha sido presidente de Cataluña y esa comunidad autónoma está regida por las mismas leyes que el resto del país en materia penitenciaria.
Centro penitenciario de Estremera. (EFE)
Ese tono de sospecha en relación al trato que reciben los presos ha sido lo que más ha indignado a los funcionarios de prisiones. «Ningún funcionario de prisiones hace más de tres décadas ha sido condenado por torturas físicas en España«, sentencia el dirigente sindical, que asegura que a día de hoy ni siquiera conoce denuncia alguna por este ilícito en los centros penitenciarios del país. El ministro Zoido, por su parte, aseguró ayer durante un acto con las víctimas del terrorismo que «nadie» va a dar a España «ninguna lección a este respecto». Interior incluso hizo público un informe que publicó ayer mismo el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, que señala que las cárceles españolas cumplen con los requisitos comunitarios, que todos los centros ofrecen a los internos una gran variedad de actividades, algunas hasta remuneradas, que tienen espacio en sus celdas y que los funcionarios respetan a los reclusos y sus horarios de visitas.
Fernández insiste no solo en la calidad de las instalaciones materiales, un aspecto en el que para más inri la cárcel de Estremera es un referente, ya que incluso cuenta con una amplia piscina, gimnasio y todo tipo de comodidades que ya quisieran muchos países desarrollados. El responsable de CSIF destaca el trato humano que reciben los reclusos en España. «El personal de vigilancia, por ejemplo, carece de mecanismos represivos; no disponen de porra ni de ‘spray’ ni de esposas con los que reducir a los presos en caso de revuelta», apunta.
Además, señala el dirigente sindical, aquí los reclusos cuentan con muchas más horas de patio que los reos de Bélgica y pueden hacer uso de «departamentos ocupacionales y terapéuticos» que no existen siquiera en el resto de Europa. Fernández apunta modelos pioneros en el mundo, como los módulos de respeto, en los que los propios presos (que están ahí porque han demostrado un buen comportamiento continuado en el tiempo) se organizan entre sí: se dividen las tareas de limpieza y de orden del módulo y se encargan de otras actividades.
A estas últimas zonas solo pueden acceder los internos que son capaces de convivir con educación, que respetan unas mínimas normas de higiene y que en definitiva se encuentran en un nivel de trato humano elevado. No en vano, ellos mismos se corrigen si ven que alguno no está cumpliendo con lo que exige estar en un módulo de este tipo, se reúnen habitualmente con el educador o mantienen una estrecha relación con el personal de vigilancia, dado que demuestran diariamente que casi no requieren ser controlados.
14/09/2024
1 Comment
Rubén Torres
2 semanas agoToda esa verborrea se la pueden contar a los profanos, pero no a los que hemos pasado por ese calvario. El que escribe ha pasado una década entre rejas de dos países y en 7 centros penitenciarios. Por lo que sé de lo que hablo.
Par vuestra información teníamos un psicólogo que decía cada disparate que ni en las películas se oían esas falacias. Se pudo averiguar que ni siquiera estaba colegiado. Así entendimos el porqué de tanta estupidez.
En cuanto que en este país no se tortura es otra falacia más, en la prisión de Cuatre Camins hubo compañeros que fueron atados de pies y manos desnudos durante varios días y los limpiaban echándoles cubos de agua fría ya sea verano o invierno.
En La Modelo teníamos un criminólogo que te decía que estaba para ayudarte pero en realidad te entrevistaba para sonsacarte qué hacías mientras estabas en 3º grado, aunque le dijeses que buscabas trabajo y cuando llegaba la noche veías algo de porno porque te habías pasado muchos años sin ver a una tía desnuda, era suficiente para que te regresara al 2º grado. Eso te crea un trauma. Han pasado 12 años desde que salí y tengo un gran odio hacia todos esos “profesionales” de prisión. Pues me costó lo que no está escrito conseguir el 3º grado y por una nimiedad me lo arrebataron y tuve que cumplir la condena íntegra.
Tampoco ayuda mucho convivir con 12 presos en la misma celda (La Modelo) durmiendo en el váter. Ni que te creas que tienes algo de intimidad en la celda cuando de repente te sale un carcelero debajo de tu litera (el mosquito le llamábamos por lo bajito que era). Se escondía para espiarnos, para oír lo que decíamos o si fumábamos porros, o si teníamos un móvil.
En cuanto a lo que dicen «para evitar incidencias» pues tengo algunas cosas que añadir; he visto cómo mataron a un compañero porque la que distribuía la medicación se equivocó, ví una pared y el suelo lleno de sangre porque un tipo le arreó a otro con la tapa de una alcantarilla, vi a otro degollarlo con la bandeja de la comida, vi a otro compañero romperle la mandíbula con una mancuerna, En la de Ponent vi a un tipo que le recriminaba que llevaba mucho rato al teléfono y le partió el teléfono en su cabeza. En fin, a saber todo lo que sucede en las prisiones, pues tenemos muchas y solo puedes ver lo que ocurre en determinadas horas y solo en tu módulo. Pero supongo que en los talleres con tantas herramientas a tu disposición debe ocurrir algún que otro incidente.
Me reservo lo que vi en la prisión El Somal (Tetuán) contra un compañero español. Y mucho menos diré lo que les hacían a los nativos ¡Una vergüenza! Porque este artículo va sobre las prisiones españolas. Pero para enterarse de forma objetiva y veraz, hablad con los que hemos estado presos varios años
Ja, ja ¿que si la comida que recibiría iba a ser «suficiente» y «de calidad»? Por supuesto si eres un político, juez o poli, pero si eres un preso común, en cientos de ocasiones te quedarás sin comer porque es vomitivo lo que te dan. Recuerdo que una vez nos pusimos de acuerdo el lanzar hacia el techo el arroz y se quedaba pegado ahí. Lo siento por los compañeros que tuvieron que limpiarlo. Lo único que conseguimos con ello es sacarles unas sonrisas a los carceleros que lo vieron. En cuanto al pan, te dan un mini bollito sin posibilidad de pillar otro, aunque es cierto que en otros centros te dejan repetir de todo lo que haya sobrado una vez que todos han recibido su ración.
En cuanto a la calidad, eso depende si trabajas en cocina o no. Pues son tan buitres y egoístas que el día que ponen fideuá arrasas con las gambitas, almejas o mejillones y solo les llega los bigotes y alguna patita a los demás compañeros. Además de comer recién hecha, pues a los demás les llega super recalentada, ya que se guarda en unos armarios que está a 90ºC durante varias horas.
En cuanto a que podría solicitar incluso un habitáculo individual es solo para los políticos de peso. Pues yo tuve un compi que era concejal y era tratado como a los demás, excepto con las cartas que recibía, pues mientras que a los demás los carceleros nos la revisaban todas para que hubiese cosas prohibidas, las de él se las entregaban tal cual, pues a veces las recibía por centenares y claro, eso conlleva demasiado trabajo para alguien que está sentado todo el puto día salvo para abrir o encerarnos en las celdas a las 20h.
“Que todos los centros ofrecen a los internos una gran variedad de actividades, algunas hasta remuneradas” Ja, ja. ¡Pero cuánta hipocresía! Recuerdo cuando me pusieron a doblar sábanas y batas de enfermero que lo dejé en cuanto me dieron la oportunidad de pillar otro destino, me pagaron 30€ por un mes de curro, la misma cantidad por barrer el patio tres veces al día y sacar la basura de todas las celdas por la noche. Y luego van por ahí diciendo que hace muchos años que se abolió la esclavitud. Pero sí es verdad que había compañeros que se sacaban casi 400 pavos haciendo prendas de cuero tipo petos de romanos para los disfraces, pero de esos había muy pocos. Los que cosían sacos también ganaban unos 200€ pero a base de tener que coser varios cientos de sacos big bag al día.
“Que los funcionarios respetan a los reclusos”. Otro bulo más, Tuve un compañero que tenía una depre de caballo, pues el tío tenía una manía persecutoria de que todo tenía que estar perfectamente ordenado, la ropa bien doblada y la celda muy limpia, pues un funcionario se percató de eso y no supe nunca el motivo pero cada dos por tres al llegar a la celda se la encontraba con toda la ropa esparcida, sus libros en el suelo como si los hubiesen pateado. Me contó que hasta seis días seguidos se lo hicieron. Si eso es respetar a los reclusos…
“Cuenta con una amplia piscina”, ya, y un jamón con chorreras. Resulta que en la de Lladoners también había piscina, pero solo la podrían utilizar si eras un privilegiado (poli, juez o político)
Sobre el módulo de respeto no puedo decir nada dado que no lo he conocido, a pesar de haber estado en 7 prisiones. Por lo que deduzco que eso es anecdótico. La mayoría de presos que he visto (que han sido varios centenares) van a lo suyo, paseando por el patio varias horas andando de extremo a extremo o dando vueltas por sus márgenes o jugando al parchís. Otros se pasan horas leyendo en la biblioteca. Con lo que perfectamente podrían incluir en todas las prisiones un módulo de respeto, aunque para ser honestos, nadie debería estar preso por lo absurdo que es tener encerrado a gente que podría ser muy productiva a la sociedad.