El poder de destrucción de los humanos no tiene límites, ni siquiera con su propia especie.
Viendo las cifras de los millones de humanos asesinados está fuera de la menor duda cuál es el animal más peligroso. (Ver el artículo; Genocidios en la historia, concepto y líderes genocidas, en mi blog)
Está claro que los gobernantes no están capacitados para asumir sus cargos. El desinterés que demuestran los jefes de gobierno por las vidas de sus semejantes, por erradicar los genocidios y las guerras es evidente.
Todo eso sería muy distinto si los que gobernaran fuesen gente con un alto nivel de formación de ecología, medioambiental, económica y de social.
En España y supongo que en todo el mundo no hay ni una sola ley que esté correcta, por lo que convendría empezar a cambiarlas todas. Reto a los lectores a que me digan una sola ley que esté correcta. No deben confundir las normas con las leyes, pues muchas normas las encuentro correctas.
Una vez más, abogo para que se elijan personas competentes y dejar a los inexpertos en el banquillo, solo así se pueden encontrar soluciones efectivas.
Por enésima vez se ratifica lo que desde hace décadas vengo diciendo: cuando alguien tiene el poder de decidir qué se debe hacer ante un problema y ese alguien no está lo suficientemente cualificado, algunos problemas se agravan irremediablemente.
En los genocidios ni se molestan en averiguar quién tiene talento. Entre ellos podría haber científicos o gente con grandes inventos que todavía no han patentado y sería un grave error asesinarlos.
19/09/2020