Julio 12, 2019

 

 Natalia Motyl. Analista económico en Libertad y Progreso

Licenciada en Economía (UBA). Analista económico de Libertad y Progreso.

 

PORTFOLIO PERSONAL – Es un país europeo ubicado en los Alpes, a orillas del Rin entre Suiza y Austria, con una superficie de 160 km2, más chica que Buenos Aires. Su PBI per cápita totaliza los US$ 168.146,02, posicionándose en el primer puesto del ranking global de PBI per cápita de un total de 196 países. Además, no tiene desempleo, ni inflación. ¿Cómo lo logra? Por Natalia Motyl, Economista de Libertad y Progreso.

Si tuvieran que pensar que países más liberales del mundo muchos dirían Hong Kong, Irlanda, Nueva Zelanda, Suiza o Australia. Lo que no todos conocen es que existe un pequeño país de tan solo 36.000 habitantes que es un verdadero paraíso liberal. Liechtenstein es un país europeo que se encuentra ubicado en los Alpes, a orillas del Rin entre Suiza y Austria, con una superficie total de 160 km2, más chica que la ciudad de Buenos Aires. Sus ciudadanos gozan del nivel y calidad de vida más altos del mundo. El PBI per cápita totaliza los US$ 168.146,02, posicionándose en el primer puesto del ranking del mundo de PBI per cápita de un total de 196 países.

Además, no tiene desempleo, no poseen inflación –inclusive poseen períodos deflacionarios-, la esperanza de vida es altísima, no tienen corrupción, la tasa de homicidios es nula, ocupa el puesto 18 del ranking de desarrollo humano (IDH) – que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y que muestra el nivel de vida de sus habitantes- y una balanza comercial superavitaria. Liechtenstein es una de las economías más industrializadas y con un alto grado de innovación. A pesar de que la mayor parte de su economía se base en el sector financiero y el turismo, lo cierto es que el 40% de la mano de obra trabaja en el sector industrial de alto valor agregado y que cada año genera un saldo de balanza comercial de alrededor de €1.300 millones anuales.

¿A qué se debe el éxito de Liechtenstein?

El éxito de Liechtenstein radica en que la ciudadanía tiene un alto grado de poder. El país tiene una Monarquía Constitucional, su soberano es un príncipe, Juan Adán II, y la soberanía del estado se reparte entre el príncipe que posee el Poder Ejecutivo y los ciudadanos que tienen el Poder Legislativo. Hay que centrar especial atención porque es una de las democracias directas más avanzadas y desarrolladas del mundo. Los ciudadanos de Liechtenstein tienen la capacidad de suprimir cualquier ley, reglamento e inclusive para modificar la Constitución. El poder que poseen los ciudadanos es tal que pueden suprimir la monarquía y decidir mediante su voto al municipio quien puede recibir o no la ciudadanía de este país. En Liechtenstein, existe un importante grado de autonomía municipal. Las autoridades municipales administran de forma autónoma los asuntos que se plantean y los recursos del municipio. Además, los ciudadanos del municipio tienen los mismos derechos que a nivel municipal.

Asimismo, el Príncipe Juan Adán II es un libertario que promulga constantemente la limitación del Estado y la soberanía del individuo. En 2003, el príncipe aprobó una enmienda constitucional que otorga el derecho de secesión de todos los municipios que conforman al principado. Así, los ciudadanos de cualquier municipio que no están satisfechos con los servicios recibidos pueden votar e independizarse o inclusive adherirse a otro país.

También el príncipe está a favor de los impuestos bajos, sencillos y fácil de entender, la privatización de los servicios que el Estado ofrece, la liberalización de los sectores económicos y tráfico comercial, la atracción de inversiones y la eliminación de subsidios.

En materia puramente económica Liechtenstein se caracteriza por:

–         Bajos Impuestos: en los negocios, la tasa impositiva máxima es del 20 %, impuestos a ganancias es del 12,5%, el IVA es 7,7% e impuesto sobre salarios e ingresos profesionales oscila entre el 3 y el 24%. Esto permite atraer muchas inversiones extranjeras. También para incentivar innovación, el principado tiene una reducción de los impuestos del 80% a la propiedad intelectual.

–         Apertura comercial: gracias a que es un país pequeño y en estos casos no es recomendable que aplique políticas proteccionistas que no puedan abastecer al mercado interno, el país se encuentra fuertemente integrado en materia económica con el resto del mundo.

En definitiva, no sólo en términos económicos el país es el más libre del mundo, sino que el sistema político se encuentra configurado de tal forma que el individuo es soberano y el Estado se encuentra para servirle. Esto explica el alto grado de progreso y crecimiento económico que el pequeño país europeo ha experimentado en los últimos tiempos. Otra prueba irrefutable más que el camino es la libertad.

https://www.libertadyprogreso.org/2019/07/12/liechtenstein-el-pais-mas-rico-del-mundo-donde-los-ciudadanos-tienen-mas-poder-que-los-politicos/

20/12/2021