Lunes 16 de mayo de 2022
En pleno momento de crispación entre el sector agrícola a raíz de la confusión generada por la nueva Ley de ámbito estatal 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular -que prohíbe la quema de restos de poda-, las empresas tecnológicas avanzan imparables en la aportación de soluciones.
El proyecto iFastComp (Intelligent Bioremediation for Fast Composting) de la tecnológica Water Online Analysis S.L. (WOLA), ubicada en Moncofa (Castellón) ha sido uno de los 17 trabajos del campo de la Bioeconomía seleccionados por la Unión Europea, entre varios centenares presentados, para proveer a la sociedad y a la economía circular de una línea de aprovechamiento de residuos agroalimentarios.
La sede de la institución europea Digicirc, en París, acogió el mes pasado la presentación de los proyectos escogidos por la UE, entre los que se encuentra iFastComp, que desarrolla WOLA junto a la empresa Ar&Tecs, de Ankara (Turquía).
Ambas crearán un prototipo de máquina capaz de transformar los desechos del campo para su reutilización, tanto en la alimentación animal, humana (a través de un compuesto especial para añadir a otros productos alimentarios) o como compostaje y fertilizante para el terreno.
Explica el gerente de WOLA, Teófilo Díez Caballero, que el objetivo es aprovechar gran parte de los residuos agrícolas que generalmente hoy se queman o se utilizan con muy poco aprovechamiento.
«Con la tecnología de biosensores analíticos que ha desarrollado WOLA queremos aprovechar gran parte de estos residuos agroalimentarios bien para alimentación humana de calidad, bien para alimentación de ganado o bien como fertilizantes y compost agrícolas. Este es el objetivo de iFastComp. En el foro presencial de París, el mes pasado, nos aprobaron continuar con el proyecto hasta disponer de un prototipo», explica.
En promedio, más del 60% del peso total de una planta y sus frutos en una cosecha (dígase tomates, girasoles, maíz, etc.), dice, «se convierte en residuos hoy poco aprovechados». «En nuestro proyecto iFast Comp desarrollaremos un prototipo para aprovechar los residuos de naranjas, que aproximadamente en un 30% del peso total de las mismas en la cosecha anual, se convierte en desecho».
Podría resolverse así la controversia que causan los desechos del campo y los argumentos en contra a la hora de quemarlos, por el peligro de incendios forestales o la contribución a las emisiones de CO2 (y al efecto invernadero).
El prototipo básico que está desarrollando WOLA en la actualidad es un aparato con capacidad para obtener 20 litros de muestra. «En julio lo presentaremos y Europa estudiará si se materializa definitivamente con una inversión ya para un prototipo más grande, con capacidad para 6 m3«. «Si nos dieran el OK y la financiación, hablaríamos de unos plazos de un año y medio aproximadamente, tiempo en el que nuestro socio en Turquía ya contactaría con potenciales socios para su comercialización», concluye el empresario.
Foto: Pexels
14/06/2022
1 Comment
Rubén Torres
2 años agoPor enésima vez me encuentro con tipos que dicen haber descubierto América y encima, con alguien muy desinformado en cuanto al demonizado CO2.
Resulta que desde hace varias décadas ya existen muchas formas de convertir los restos orgánicos en compost o en mantillo. Por lo que invertir en un prototipo que dudo que sea más efectivo de los que ya existen en el mercado lo encuentro absurdo.
En cuanto al CO2 (anhídrido carbónico) debería saber todo el mundo que hay escasez de ese gas que es vital para las plantas. Incluso hay empresas que lo envasan y lo venden. Si hubiese demasiado en la atmósfera ¿creen ustedes que la gente que tiene invernaderos serían tan gilipollas de pagar por él?