Un lobo ibérico. © J. L. Cereijido/EFE
Un suceso que ocurrió hace varias semanas en una explotación ganadera familiar cerca del Angliru, Asturias, acabó con un hombre de 84 años en el hospital con cuatro costillas y la cadera rotas. El ganadero fue arrollado por varias de sus vacas que huían del ataque de dos lobos, según informa ‘La Nueva España’.
«No me mataron de pura casualidad», ha explicado César Iglesias en ese diario. Además, ha querido destacar la difícil situación en la que muchos ganaderos se encuentran por la proliferación del lobo. «Se ha descontrolado. Nunca me imaginé que podríamos llegar a esta situación. El número de estos depredadores no deja de crecer y así es imposible el sostenimiento de la ganadería tradicional. Van acabar con los pueblos«, ha sentenciado.
«Esa mañana saqué al ganado fuera y estaba haciendo unos trabajos cuando sentí el revuelo. Vi un par de lobos atacando al ganado», ha explicado del día del ataque de lobos. Al parecer, llevaba varios días dejando al ganado durmiendo en los corrales ya que le habían avisado de que había bastante actividad de lobos por la zona.
«Cuando acudí al centro de salud me dijeron que era solo un golpe, pero cuando enfrié el dolor era insoportable. Volví y me confirmaron que tenía cuatro costillas rotas y daños en la cadera. Tengo que andar con dos cayaos. He roto el embrague del coche, porque no puedo ni cambiar las marchas», ha contado César sobre sus secuelas.
«Ya no es solo el lobo, también un oso me mató una xata hace un par de años y los raposos acaban con los pollos. La población se ha descontrolado y los tenemos en la puerta de casa en un número inasumible. Los tenemos entre nosotros, ya no tienen miedo a nada», se ha quejado el ganadero.
7/03/2024
1 Comment
Manel Torralba
3 años agoMe pregunto qué leches hace un hombre de 84 años cuidando vacas, unas vacas que por cierto nunca debieron estar ahí y un señor demasiado mayor que debería estar hace muchos años jubilado.
Ya he explicado en infinidad de ocasiones que no necesitamos las vacas para nada, que hay alternativas para producir carne, pero la obstinación y el borreguismo se encargan de que la gente siga cometiendo una y otra vez los mismos errores. Eso dice mucho de la “inteligencia” que poseen algunos ganaderos.
En cuanto a los depredadores que han atacado a sus animales están en su pleno derecho (lo he explicado en los artículos sobre la ganadería).