Por Ainhoa Plata, Psicóloga
¿Crees que tu hijo no se adapta a la guardería y estás preocupado/a?
Pues no hay motivo de preocuparse, es el llamado periodo de adaptación.
El periodo de adaptación del niño a la guardería es el tiempo que transcurre desde que el niño/a se incorpora a la escuela hasta que se encuentra totalmente integrado. Este proceso es de vital importancia y hay que tener clara una buena intervención, tanto por parte de las educadoras como por las familias.
La adaptación del niño a la guardería es un tema que a muchas madres les angustia, se preocupan al ver que puedan pasar semanas o meses desde que inició la escuela y que el hijo siga sin adaptarse, o que llore cada vez que lo dejan en la guardería. Pero no hay motivo de preocupación, hay que tener en cuenta que la mayoría de casos de incorporación a guarderías se hace entre los 6 y los 18 meses, cuando el niño es aún un bebé, etapa en la cual los hijos están al nivel máximo de apego a sus madres, padres o a la persona que se hace cargo de ellos.
Es cuando aparece la ansiedad de separación y el miedo a lo desconocido, por eso es completamente normal que lloren en este periodo al estar con desconocidos o al dejarlo en la guardería, es una conducta totalmente sana que no debe dar ningún motivo de preocupación, se están adaptando al jardín de infancia.
Por eso mismo, también hace falta decir, que al contrario que muchas madres piensan, que en este sentido será mucho más fácil la adaptación de un niño de 4 o 6 meses a las guarderías que uno de 1 año. La mayoría de niños que se aproximan al año se aferran a la madre, lloran y gritan para intentar que no se vaya de su lado.
Como he dicho al principio, el periodo de adaptación es desde que el niño se incorpora a la guardería hasta que se adapta por completo, por lo tanto no hay un tiempo concreto, simplemente cada uno tendrá su tiempo, habrá niños a los que les costará más y a otros menos, pero al final lo consiguen.
A parte de lanzar este mensaje de calma a las madres angustiadas por el proceso de adaptación de sus hijos al jardín de infancia, quisiera dar un pequeño consejo para favorecer la adaptación, y es que les acompañéis hasta su aula (sobre todo durante los primeros días), os quedéis allí un rato, exploréis la clase, conversar con su educadora, etc. Con esto vais a conseguir que el niño comprenda que la guardería es un sitio familiar donde está a salvo. Y sobre todo, no hay que aprovechar una distracción del pequeño para iros sin despedirse, ni alargar la despedida, estos actos sólo le provocaría más ansiedad e inseguridad.
Así que ya sabéis, actuar con naturalidad, es la única manera de acelerar el periodo de adaptación en guarderías.
https://www.psicologabcn.es/periodo-adaptacion-guarderia/
3/09/2021
1 Comment
Rubén Torres
2 años agoEsto no es más que otro ejemplo de cómo se justificar el sufrimiento real de los niños. Dónde importa muy poco el llanto de los niños. Con llamarlo periodo de adaptación, asunto zanjado.
La mayoría de la gente lo acepta, saben que están sufriendo, pero lo ven normal. Lo mismo ocurre cuando lo pasan muy mal cuando se les obliga a comerse un plato de acelgas, etc. También ocurre cuando se les pincha para extraerles sangre o quitarles una caries. Lloran, lo pasan muy mal, pero no les importa. Seguro que lo justifican diciendo cosas como: es por su bien.
Si nos ponemos todos a buscar justificaciones, seguro que hasta el asesino más cruel encuentra unas cuantas para justificar sus actos.
El kit de la cuestión es que esta sociedad está podrida y necesita de una buena limpieza de hipócritas y de idiotas que han construido una serie de paradigmas absurdas que no tienen ni pies ni cabeza.
Estos descerebrados se ponen como locos, no atienden a razones cuando ven en los medios de comunicación noticias como una madre vendió a su hija por no poderla atender. Por lo que la venta de niños es otro paradigma. Son tan estúpidos que son incapaces de pensar que lo más probable es que ese niño/a tendrá una vida mucho mejor de la que podría ofrecerle su madre. Podrá asistir al colegio, tendrá juguetes, mucho cariño, podrá tener agua potable, comida sana, ir a la playa, hacer castillos de arena, etc. En fin, una vida que jamás podría aspirar ni en sueños.
Por otro lado, si el descerebrado lector que pensó: ¿por qué no lo dio en adopción? A esos mentecatos les recuerdo que la gente que va a solicitar niños los quiere muy pequeños, por lo que la gran mayoría se quedan hasta los 18 años esperando que alguien los quiera. Nada que ver de los que quieren realmente un hijo que hasta pagan por tenerlos. Por no hablar de lo complicado que es obtener los requisitos y papeleo que piden los orfanatos.
Por otra parte, debería existir gente que se preocupe de hacerles un seguimiento a esos niños vendidos para ver cómo les va y qué trato reciben.