Acabemos con las papeleras, llévate la basura a casa
César-Javier Palacios
22 de julio de 2011
Odio las papeleras. Me parecen la peor solución para lograr ciudades limpias y la peor herramienta educativa para conseguir una sociedad más cuidadosa con el entorno.
Ya pasó la época del “niño, no tires el papel al suelo, llévalo a una papelera”. En pleno siglo XXI, en un país desarrollado y con graves problemas ambientales relacionados con la gestión de los residuos, lo lógico es decir al niño (y al adulto): “Lleva el papel al contenedor azul, el envoltorio al contenedor amarillo y los restos del bocata al de los orgánicos”.
Pero no. Lo que funciona para casa no sirve en la calle. Y en lugar de educar al personal para que recicle la basura hemos llenado ciudades y pueblos de papeleras, incluso en lugares tan frágiles como nuestra red de espacios naturales protegidos, el colmo del absurdo.
¿Os habéis parado a pensar en el desmedido sobrecoste de salarios y combustible que supone el mantenimiento de esos receptáculos de basura no clasificada? Que muchas veces no se gestionan bien, acaban desparramando su contenido y favoreciendo la proliferación de ratas y otras plagas.
Hace muchos años, en una reserva natural en Inglaterra, me sorprendió la total ausencia de papeleras incluso en el área de pic-nic. Todos guardaban los restos del almuerzo en sus mochilas. A fin de cuentas, de ellas habían salido y el residuo siempre pesa menos. Por el contrario, en el Parque Nacional de Garajonay (La Gomera) los caminos que atraviesan la mágica laurisilva están sembrados de clínex usados como papel higiénico alternativo, además de colillas y alguna que otra lata de refresco. En otros espacios hay papeleras a lo largo de senderos de varios kilómetros de longitud. Y en mi ciudad, el alcalde ha puesto una cada 10 metros en las calles principales y ninguna en el resto, por eso de dar imagen de capital limpia.
Pero así no se educa. Así se maleduca. Para que sigamos tirando basura al suelo “porque no hay cerca una papelera”.
12/08/2022
1 Comment
Rubén Torres
2 años agoLlevo muchos años proponiendo que las quiten. Pues la gente mezcla en ellas toda la basura e impide reciclarla.
Tampoco ayuda a educar a la población ver cómo los barrenderos meten todo lo que recogen en sus capazos y después los ves cómo los vacían en el contenedor gris.
Se merecen ser despedidos inmediatamente y sin derecho a cobrar el paro. Estoy seguro que si los ayuntamientos propusieran a los presos conmutar sus penas de prisión por estar libres a cambio de estar ocho horas recogiendo la basura y clasificándola de lunes a viernes y por una tercera parte del sueldo que les pagan a los barrenderos, dudo que le faltara personal para realizar ese trabajo.