La azofaifa es una especie vegetal originaria del sur y del este del continente asiático. Pertenece a la familia de las ramnáceas lo que se nota en los pinchos que presentan sus múltiples ramificaciones. Esto le ha servido para protegerse de los depredadores y llegar hasta nuestros días. Se conoce también con los nombres de azufaifo, azofeifa, azofaifo o jujube. Su nombre es de origen árabe y se ha ido modificando al entrar en contacto con otras lenguas y dialectos.

Se trata de una planta de hojas caducas que puede alcanzar los diez metros de altura, aunque lo habitual es que sus ejemplares tengan entre dos y tres metros. La azofaifa tiene una gran ductilidad y se adapta bien a las condiciones más extremas, incluso a la falta de agua y a los suelos pobres. El color de sus hojas es verde adoptando desde el verde brillante y amarillento hasta el más intenso.

Florece con la llegada del calor. Sus flores son pequeñas y poco llamativas, de color amarillento o blanquecino dependiendo de la variedad (hay hasta cuatrocientas diferentes).
Su fruto es la azufaifa, también conocida como azofeifa, jínjol o guínjol. Tiene forma ovalada y pequeño tamaño, y un hueso. Su forma recuerda a una aceituna aunque su color es parduzco y su gusto al de una manzana. Se consume tanto fresco como seco, y posee grandes dosis de azúcares y almidón.

Entre las múltiples aplicaciones de la azofaifa se encuentran las medicinales. Así:

  • Sus raíces se emplean para preparar una infusión contra la fiebre.
  • Sus frutos en los tratamientos de enfermedades respiratorias o para aumentar el sistema inmunitario.
  • Las hojas, como antipirético y astrigente.
  • Las semillas como sedantes y narcóticos en tratamientos de insomnio, estrés nervioso y estrés.

Si queremos plantar azofaifa en maceta o jardín debemos tener en cuenta las siguientes premisas:

  • La azofaifa se adapta bien a cualquier tipo de suelo, incluso los que se encuentran en zonas costeras. Eso sí, debe ser un terreno drenado y profundo para ofrecer buenos frutos y crecer vigorosamente.
  • Podemos obtener ejemplares a partir de semillas o de estacas. También se pueden utilizar esquejes procedentes de raíces.
  • Debemos regarla regularmente, pero tampoco en exceso.
  • Puede estar al sol, pues resiste bien las altas temperaturas.
  • Su crecimiento es muy lento y requiere armarse de paciencia antes de poder disfrutarla.
  • Podemos podarla para adaptarla al espacio que queremos que ocupe. Esta intervención debe realizarse cuando llegan las bajas temperaturas.

Incluso su madera es muy apreciada y con ella se construyen instrumentos musicales de viento en muchos puntos del planeta.

Foto 4: es.wikipedia.org

La azofaifa: una planta milenaria (guiadejardineria.com)

27/02/2021