¿Un comportamiento instintivo?

 

Introducción:

  • Este trabajo trata sobre la agresividad y los factores que la definen. Pero primero veamos la definición de agresividad y luego algunos conceptos y opiniones sobre el tema.
  • Agresividad: es una palabra de aparición reciente, a mediados de este siglo, proviene de la palabra latina ad gradi, que significa: ir hacia, ir contra; emprender, interpelar.
  • Podemos decir, que la agresividad es un tema actual; así pues el ataque de seres humanos por seres humanos, no es nada nuevo, pero también podemos encontrar evidencias de violencia tan antiguas como queramos, pues la realización humana siempre va acompañada de violencia.
  • Algunos pensadores afirman que: la agresividad es un instinto heredado de nuestros antecesores pre-humanos, de esta manera, afirman que el hombre es violento por naturaleza. También dicen que la agresividad se ve alimentada por una fuerza en forma de energía que se va acumulando en nuestro cuerpo y que necesita ser descargada periódicamente.
  • Así pues la Europa del S.XX, de la que formamos parte, ha sido marcada por la política fascista, sembrando la muerte en campos de concentración, guerras y torturas, que no son más que modos de agresividad. Este tipo de conflicto bélico sigue siendo escenario cuotidiano del mundo, también es notoria la crueldad de la tortura en el régimen comunista posterior a Stalin.
  • En definitiva la agresividad constituye una cuestión ética y política a la que la ciencia no puede dar explicación por sí misma.

Un aspecto del comportamiento humano objeto de apasionadas disputas entre los etólogos y los psicólogos conductistas es el de la posible existencia en el hombre de mecanismos instintivos programados por los genes, semejantes a los de los animales. Según los etólogos, tampoco el hombre suele reaccionar pasivamente a los estímulos del ambiente, sino que en cada uno de sus “estados de ánimo” busca activamente situaciones estimulantes particulares, que le permitan dar salida a determinadas pautas de comportamiento.

Uno de los posibles mecanismos instintivos que ha desencadenado más polémicas a sus implicaciones sociales y políticas, es el de la agresividad.

Además, de la teoría instintivista, otras dos teorías tratan de explicar el fenómeno de la agresividad en el hombre: la teoría ambientalista y la teoría de la frustración.

La teoría ambientalista parte del supuesto de que la agresividad es aprendida.

Por un lado, en las disputas por algún recurso los actos agresivos suelen verse recompensados por la obtención del mismo; por tanto, tales actos se aprenderán fácilmente al ser reforzados ya desde la infancia. Por otro lado, el ambiente social favorece mucho el aprendizaje de actos agresivos por imitación.

La teoría de la frustración supone que la agresividad de un individuo se desencadena cuando se le impide el acceso a un objeto deseado o la descarga de un impulso-como por ejemplo el sexual-.

Todos estos puntos de vista se basan en observaciones y experiencias rigurosamente controladas, de modo que probablemente todas lleven su parte de razón.

Y evidentemente, la existencia de mecanismos instintivos para la agresividad ni impide en absoluto la existencia de sistemas de aprendizaje acoplados con dichos mecanismos, o, la existencia de vías nerviosas que permitan descargar los impulsos a través de ellas si son bloqueadas otras salidas. Como ocurre en tantos otros campos del comportamiento humano, sólo la obtención de nuevos datos permitirá perfilar una teoría de síntesis más concreta y explicativa sobre la agresividad.

En cuanto a las agresiones sobre las mujeres (violencia de género) opino que ese tema hace tiempo que tiene solución, pues está en manos de las propias mujeres. Os quiero dar un consejo a todas las féminas que quieran formar pareja estable, sabed que muchísimos de nosotros aparentamos ser de un modo totalmente distinto de cómo en realidad lo somos, bien por miedo a quedarnos sin la posibilidad de ligar con la persona que nos gustaría entablar una relación o porque  muchos prefieren ocultar sus fantasías más íntimas, así como sus necesidades para sentirnos realizados.

No tenéis que daros prisa con involucraros demasiado sentimentalmente con nadie, hasta que más o menos estéis seguras de que realmente  tu compañero se comporta tal y como sus sentimientos le dicta.

Por lo tanto, debéis averiguar su pasado por sus amigos y familiares todo lo que podáis de él. Debéis evaluar si los defectos que habéis descubierto en vuestras parejas  estáis dispuestas a soportarlos. Jamás esperéis que los mejoren o estaréis frustradas. Por eso es imprescindible que viváis juntos para saber de verdad como es vuestra pareja.


Rubén Marco 

 

¿Es la agresividad un instinto?

Sobre esta pregunta lo que sí que podemos decir es que existe un mecanismo que suscita sentimientos de enojo, así como cambios físicos que preparan el cuerpo para la lucha, en este sentido si la podemos considerar instintiva. Así pues un individuo furioso se parece mucho a otro furioso de la misma especie.

La existencia de este mecanismo fisiológico no se pone en duda ya que la autoconservación exige que el animal lo lleve consigo, para vencer de este modo amenazas hostiles o evitarlas, al ser esta una función innata y automática podemos afirmar que es instintiva.

Zing Yang Kuo experimento lo siguiente: si se cría a un gato y un ratón en la misma jaula, el gato aceptaría a su compañero y jamás seria inducido a perseguir o matar ratones. El comportamiento del hombre depende pues de cómo ha sido educado y estimulado; el comportamiento agresivo puede ser de esta manera acrecentado o inhibido por la experiencia.

Eibl probó a criar ratones en aislamiento, cuando introducía otro ratón de la misma especie en la jaula, el primero lo atacaba con esquemas de amenaza y lucha empleados por los animales experimentados.

Agresividad y sexualidad

Según lo citado en el punto anterior la agresividad es un impulso tan innato como la sexualidad. Al igual que el instinto sexual, la tensión agresiva no puede ser descrita en términos fisiológicos, se acepta la idea de que ambas son impulsos internos que han de ser satisfechos.

Kinsey demostró que la excitación agresiva y la excitación sexual son extremadamente similares. De tal modo que pudo enumerar catorce cambios fisiológicos similares y solo cuatro cambios distintos en los dos estados emocionales.

Es frecuente que una respuesta se convierta en la otra; de este modo se puede acumular tensión agresiva de la misma manera en que se acumula tensión sexual.

Cambios fisiológicos derivados de la agresividad

W.B. Cannon mostró los cambios corporales ante el hambre, el dolor y la rabia y todos ellos cumplían la función de aumentar la capacidad física en el combate. Pensaba que estos cambios tenían la función de preparar al individuo para iniciar la acción. Huida como respuesta al temor, lucha como respuesta a la rabia.

Los cambios detectados por Cannon fueron los siguientes:

-Aumento de las pulsaciones, presión arterial, circulación sanguínea periférica y elevación del nivel de glucosa en sangre como mecanismo de adaptación para poder realizar un gran esfuerzo.

-Aceleración de la respiración, contracción de los músculos, retiración de sangre de los órganos y cese de la digestión Volviéndose el organismo menos apto para fatigarse. -El pelo se eriza, se emiten ruidos involuntarios y amenazadores y exhibición de los dientes como método de persuasión o intimidación.

-Disminución de la percepción sensorial, para poder resistir lesiones o golpes muy dolorosos.

También detectó la segregación de sustancias hormonales como: la adrenalina, noradrenalina y la cortisona.

La agresividad en el niño

En un ambiente favorable, la inteligencia de cualquier niño crecerá, sea cual fuere el método usado para medirla. Esto hace pensar que los genes nunca operen en el vacío; existen siempre en algún medio. Incluso en el momento de la concepción, cuando los cromosomas se agrupan y forman el material genético, el huevo fertilizado yace en un órgano específico de un ser humano específico, que constituye el resultado de años de influencias ambientales.

Sabemos por afinidad de estudios que el factor prenatal influye en la capacidad mental y en la salud física general de un individuo. Sea cual fuere su dotación genética, nuestra condición se ve siempre afectada por la calidad de nuestras experiencias prenatales. Y no solo nuestras respuestas físicas y mentales, sino también rasgos de personalidad, conducta y actitudes. Que son más el resultado de factores ambientales que de factores hereditarios.

Muchos estudiosos y observadores de los niños han llegado a la conclusión de que la conducta agresiva se aprende. Es decir, un niño cuya conducta agresiva se ve recompensada, tiende a ser más agresivo que otro cuyas conductas agresivas se vean desanimadas.

Los doctores Sheldon y Eleonor Glueck, descubrieron que la incidencia de la conducta agresiva en el hogar eras mucho más alta en muchachos delincuentes que en muchachos no delincuentes.

Los doctores Silver, Dublin y Lourie, en su estudio descubrieron que los niños maltratados por sus padres solían maltratar a sus hijos de mayores.

Hoffman descubrió que los hijos de madres que empleaban agresión verbal y física para conseguir la obediencia, mostraban conducta similar con sus compañeros.

Otra teoría acepta la idea de que las criaturas son parcialmente agresivas al nacer; además por recuerdos posteriores de niños y adultos, cabe reconstruir un universo infantil lleno de rabia y terror, que inducen a la agresividad infantil.

Si aceptáramos la existencia de un mundo interior de fantasía del niño, deberíamos aceptar que este mundo interior es gran parte el mismo para todos, pues todos hemos experimentado impulsos y fantasías violentas de modo similar. Una idea que refuerza esta teoría es la existencia en todos los pueblos de mitos y leyendas aterradoras.

Se hizo un estudio sobre los influjos de la televisión sobre los niños y se descubrió que alarmaba que un padre aparentemente bueno, era en realidad malvado. Los niños pueden tolerar la violencia y la muerte. Pero descubrir que una persona buena es en realidad mala les crea un conflicto que les produce alarma e inseguridad.

Los recién nacidos tienen como función de protesta la agresividad, siendo así inevitable la agresión entre madre e hijo y desarrollándose así la agresividad durante los primeros meses de vida.

Psicología y sociología de la agresividad

Conducta: Modo de ser o actuar de un sujeto en relación con un sujeto o grupo.

Una conducta amistosa disimula a veces sentimientos hostiles. Entonces ¿Cuál es la intención de la agresividad? Pues, distingamos primero dos categorías:

Agresividad defensiva: se reduce a la propia conservación o la de los suyos.

Agresividad ofensiva.

Se puede agredir adoptando diferentes actitudes y experimentando diferentes actitudes y experimentando diversos sentimientos. Un individuo puede ser agresivo de diferentes maneras, desde el olvido de una cita, una negativa a la ayuda, el hurto… hasta la tortura o la muerte; de otro modo un comportamiento agresivo puede significar intenciones muy diferentes: venganza, eliminar un rival, compensar sentimientos de inferioridad, hacer desaparecer un testigo incómodo, protegerse, defender la nación, etc…

Pues la agresividad no es sino un impulso negativo y destructor, si los hombres han de unirse de una manera igualitaria, como un grupo de hermanos, en vez de ejercer el poder en escala descendiente, necesitan una oposición, para que puedan disputar la jerarquía cooperativamente. Esta estructura favorece la estabilidad, de modo que los grandes agregados humanos, usan este sistema para organizarse. De otro modo ante una catástrofe se olvidan las creencias, clases, edades y riquezas y los hombres se unen estrechamente y se identifican los unos con los otros. Cuando ha pasado el peligro, descienden las barreras y el componente agresivo se pone de manifiesto asumiendo su papel normal.

Bibliografía:

“La agresividad humana” Van Rillaer

“La agresividad humana” A. Storr

“La naturaleza de la agresividad humana” A. Montagú

 

Fuente: El comportamiento animal (Aula Abierta Salvat) – Eduardo Cruells