Detrás de la apariencia colorida y especialmente bonita de muchas de estas plantas, se esconden las especies más venenosas y tóxicas del mundo.

14 enero, 2021

Alba Llano Olay

En España (y en el mundo entero) se ha usado durante años las plantas para hacer infusiones, remedios naturales o medicinales utilizando tanto sus hojas, como sus flores, tallos o raíces. Pero la realidad es que no todas las especies de plantas son igual de beneficiosas o adecuadas para ser ingeridas, para aplicarse en la piel o sencillamente para tener en nuestra casa debido a sus sustancias altamente tóxicas.

Y es que detrás de muchas de esas plantas coloridas y de aspecto aparentemente inofensivo, se esconden algunas de las especies más venenosas del mundo. Algunas tóxicas para los animales, otras para los humanos y otras que incluso pueden afectarte con solo aproximarte a ellas. Es muy importante informarse debidamente y no utilizar bajo ningún concepto estas plantas tan peligrosas. Para que las puedas identificar si las encuentra en algún lugar, estas son las plantas más venenosas del mundo.

Acónito común

También conocida como matalobos o casco del diablo, esta planta herbácea es originaria de zonas montañosas del hemisferio norte del planeta. Se trata de una planta muy venenosa (considerada la más tóxica de Europa). Esta planta común en zonas montañosas de Europa, salvo en la región mediterránea, se extiende por el oeste hasta la cordillera del Himalaya. Es habitual que crezca en zonas sombrías y húmedas cercanas a ríos o en bosques. A pesar de su bonita apariencia, esta planta es una de las más letales. De hecho cualquiera de las partes de esta planta incluyendo sus semillas contiene alcaloides, principalmente la aconitina, la cual incluso en cantidades pequeñas resulta extremadamente tóxica, ya que contiene aconitina, uno de los alcaloides más activos y tóxicos que, tras un leve contacto, puede ralentizar el corazón hasta la muerte. Basta con apenas 1mg de esta planta es suficiente para matar a un adulto de 80kgs. Los síntomas que se producen tras tocar o ingerir acónito son quemaduras en la boca, salivación, vómito, diarrea, problemas cardiacos, coma y, en algunos casos, la muerte.

También es indicado para envenenar flechas

Adelfa

La adelfa, también conocida como laurel de flor o trinitaria, es una planta arbustiva (de origen mediterráneo y por tanto, resistente a las sequías) con hojas de un verde intenso y cuyas mismas hojas, flores, tallos, ramas y semillas son todas ellas altamente venenosas, de ahí que se conozca también como “la planta más venenosa del mundo”.

Aunque la comercialización de esta planta en España está prohibida, la realidad es que es una de las más comunes en jardines, casas, terrazas o incluso en glorietas. Pero su bonita apariencia esconde en realidad una gran toxicidad. Ocupa el primer puesto debido a que su potente veneno contiene varias toxinas (como la oleandrina) que actúan sobre el corazón. Y es que la ingesta por error de una de sus hojas puede provocar alteraciones nerviosas, náuseas, alteraciones gastrointestinales, vómitos, vértigo, diarrea que también puede estar acompañada de sangre, excitación y depresión, convulsiones, arritmias, taquicardias. En los peores casos puede llegar a provocar una parada cardiorrespiratoria.

Una curiosidad histórica: en el transcurso de la Guerra de la Independencia Española (1808), un pelotón de soldados de Napoleón paró para asar carne utilizando estacas de adelfa que encontraron alrededor del campamento temporal. Este gesto provocó que 8 soldados murieran y los otros cuatro quedaran gravemente intoxicados.

Aristoloquia macho (Aristolochia paucinervis)

Se sabe que crece de febrero a junio en zonas próximas al nivel del mar hasta 1.500 metros de altitud. En España está presente en diferentes terrenos. La particularidad que hace que sea altamente tóxica e irritante es su ácido aristolóquico, que a altas dosis puede producir parálisis respiratoria. 

Azucena (Liliumcandidum)

Esta planta herbácea es originaria de los países árabes, pero su extensión permite encontrarla en el resto de continentes. A pesar de que se utiliza como tópico para curar úlceras, forúnculos, quemaduras, irritaciones, heridas, e inflamaciones, es extremadamente peligrosa para los gatos, pues para estos su ingesta puede ser mortal. De hecho, sin un tratamiento inmediato, durante las primeras horas tras su consumo, existe más de un 50% de probabilidades de que el animal no sobreviva.

Belladona

Este arbusto de hermosas flores es originario de Europa, norte de África, y oeste de Asia. Se trata de una de las plantas venenosas más conocidas, ya que, a lo largo de la historia, desde el antiguo Egipto a la Edad Media, se encargaron de fomentar su uso como potente narcótico.

Las toxinas responsables de sus efectos son la atropina y la escopolamina y, en dosis mal administradas, afectan al sistema nervioso paralizando incluso las terminaciones nerviosas de los músculos involuntarios del cuerpo como puede ser el propio corazón o los vasos sanguíneos (lo que puede provocar el coma o la muerte). Dosis bajas pueden provocar delirios y alucinaciones. Dosis altas, de 10 a 20 bayas, son más que suficientes para matar a una persona.

Bonetero (Eunomymus europaeus)

Es un arbusto caducifolio, de entre 2 y 3 metros de altura, que habita por lo general en suelos por lo general frescos y profundos. Su venta está prohibida debido a su principal principio activo, la evonina, que ingerido en dosis superiores a 250mg, produce cólicos gastrointestinales (por su potente acción purgante), diarreas sanguinolentas, debilidad general, alucinaciones, convulsiones, pérdida de conciencia y síncopes, pudiendo conducir hacia la muerte.

Celidonia mayor

Habita en zonas secas y con sombra. Su nombre científico, Chelidonium, significa ‘golondrina pequeña’, pues el periodo de florecimiento coincide con la llegada de estas aves. Por ello, también se conoce como ‘Hierba de las golondrinas o golondrinera’. Esta bonita planta con flores amarillas, aunque cuenta con muchas propiedades medicinales y se ha empleado con éxito para tratar afecciones en la piel y otras enfermedades, es altamente tóxica. En concreto si es ingerida, su látex contiene numerosos alcaloides muy tóxicos que pueden llegar a provocar narcosis, gastroenteritis, diarrea, hemorragias, fallos circulatorios o irritaciones en la piel, parálisis de las terminaciones nerviosas sensitivas, bradicardia y contracturas tetánifomes. Se considera que su administración de forma continuada puede ser cancerígena.

Cicuta

La cicuta es una de las plantas más venenosas de la Flora ibérica y muy común en parques, jardines y caminos. Crece en ambientes húmedos y frescos (orillas de los ríos, arroyos y en los bordes de los caminos y campos de cultivo); es nativa de Europa y Norte de África. Esta especie invasora que puede llegar a crecer hasta 2 metros de altura. Aunque su apariencia con flores blancas y tallo hueco verdoso con pequeñas manchas rojas puede ser parecida a la del perejil y a simple vista puede parecer inofensiva, en realidad tiene una gran toxicidad debido a los alcaloides tóxicos con los que cuenta y entre los que destaca la coniína, que una vez ingeridos pueden llegar a producir la paralización de los nervios sensitivos y motores derivando en una parálisis general., Contiene toda ella sustancias tóxicas como la cicutina que inhibe el funcionamiento del sistema nervioso central produciendo el llamado “cicutismo” (cianosis, midriasis, convulsiones y coma) que comienza con vértigo, cefaleas, descenso de la temperatura corporal y reducción de la fuerza muscular acabando en parálisis. Para matar a un ser humano únicamente son necesarios algunos gramos de sus frutos verdes.

Ya en la Roma antigua era utilizada como veneno. El personaje histórico más famoso que murió tras condenarle en un juicio a beber una copa de cicuta, fue el filósofo Sócrates en el año 399 a.C. También se asocia a la sensación de volar en escoba de ‘las brujas’ en la antigüedad, ya que el simple hecho de usarla como ungüento produce alucinaciones.

Clemátitide (Aristolochia rotunda)

Tiene propiedades broncosedantes, tosífuga, emenagoga y vulneraria. La raíz consumida a elevadas dosis puede tener efectos drásticos y provocar abortos y estados de envenenamiento con inflamaciones de las mucosas, enteritis y vómitos, seguido todo ello de una parálisis respiratoria.