El sueño de extraer agua en el desierto con la única ayuda del sol empieza a convertirse en tecnología útil y accesible
22 Octubre 2020
Javier Jiménez @dronte
Hemos buscado el agua como las polillas buscan la luz. A tientas; obsesivamente; como si nos fuese la vida en ello porque, no hace falta ni decirlo, realmente nos ha ido la vida en ello. Durante miles de años, la cartografía social del mundo estaba trazada a pulso en torno a los ríos, los pozos y las fuentes. Por eso los desiertos han sido siempre lugares perdidos, malditos. Más propios de anacoretas y caravanas que de familias, empresas o futuros.
Y, sin embargo, no nos rendimos. Encontrar el agua en el desierto es la gran ballena blanca de decenas de grupos de investigación. Porque, señalaba Alina LaPotin del Instituto de Tecnología de Massachusetts, “en áreas donde la escasez de agua es un problema, tenemos que considerar todas las tecnologías imaginables para conseguirla«. Particularmente ahora «que el cambio climático exacerbará todos estos problemas».
Precisamente, LaPotin y su equipo llevan años tratando de sacar el agua del aire usando tan solo la luz del sol. Sí, incluso en mitad del desierto.
Agua donde no la hay
David Sola
El dispositivo en cuestión es capaz de producir 0’77 litros de agua por metro cuadrado extrayendo el agua del aire casi seco (con menos de un 20% de humedad relativa). Básicamente funciona con material absorbente llamado ‘zeolita’ que recoge la humedad durante la noche y un panel de absorción solar que utilizar el calor del sol para liberar y recoger el agua almacenada.
No está mal. Los dispositivos de recolección de agua atmosférica comercializados no funcionan bien a niveles de humedad relativa menores del 50 por ciento. Pero no es suficiente. Si de verdad queremos construir sistemas tecnológicos integrados y distribuidos que provean de agua allá donde no la tienen, necesitamos mejores cifras. LaPotin y su equipo, de hecho, sigue “desarrollando nuevos materiales que tienen una mayor aceptación […] para conseguir un rendimiento aún mayor», pero vamos avanzando. Poco a poco, pero allá donde la alternativa es la sed, un poco siempre es mejor que nada.
3 Comments
Rubén Torres
3 años agoMe pregunto para qué leches quieren sacar agua del aire del desierto. Ya hemos colonizado muchísimos ecosistemas que deberían seguir siendo vírgenes. Pero la codicia humana por lo visto no tiene límites. Eso es un despropósito, los desiertos no son aptos para que sean habitados por los humanos, por lo que deberíamos dejarlos en paz.
En vez de pensar en colonizarlos, deberíamos pensar en reducir drásticamente el número de humanos. Al haber menos humanos implicaría producir menor cantidad de alimentos y consumir menos agua potable. Se contaminaría mucho menos, habría menos ganado, por lo que se precisaría menos terrenos para convertirlos en pasto. Al haber menos coches, la circulación sería más fluida. En fin, todo sería ventajas.
rama
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lina
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