Criptocatalanes

■Instigación que cuentan, en ocasiones, con financiación pública: la Fundació d’Estudis Histórics de Catalunya, el Cercle Catalá d’História y el Instituí Nova Historia.

ESTE ESFUERZO TITÁNICO POR ACALLAR el insigne papel de los catalanes en la historia fue lanzado en secreto -pues no existe documento que lo pruebe- por la Corona española y contó con la ayuda de la Inquisición, que, a decir de estos investigadores, son los “responsables de la desaparición de miles de libros de la historia catalana». La lista de personajes que han sido rescatados de esta malsana manipulación es impresionante. Teresa de Ávila, por ejemplo, no era de esa ciudad castellana, sino de Barcelona. De hecho, su verdadero nombre fue Teresa de Cardona, que durante 41 años fue la abadesa del monasterio de Pedralbes. ¿Que Teresa de Cardona falleció en 1562 y Teresa de Ávila en 1582? No importa. Todo es susceptible de haber sido falsificada

ESTOS REVISIONISTAS’ HAN DADO CON MÁS CASOS. Así, el Cid no fue un individuo, sino un linaje de nobles catalanes; Leonardo da Vinci habría nacido “en alguna localidad cercana a Montserrat”; y Marco Polo fue Jaume Alarich, un comerciante de Perpiñán. Además, gran parte de la literatura castellana de los siglos XV y XVI -como La Celestina y El lazarillo de Tormes- fue, en realidad, catalana. Lo que sucede es que los inquisidores eliminaron cualquier rastro de su origen. Es más, El Quijote es, en verdad, una mala traducción de El Quixot, de Joan Miquel Servent -conocido como Miguel de Cervantes-, natural de Jijona.

EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA HABÍA SIDO ASIMISMO una empresa catalana: Colón se llamaba Joan Colom i Bertrán, nieto del fundador del primer banco público del mundo y antepasado directo del expresidente de la Generalitat, Artur Mas; y las naves salieron de País, en el Ampurdán. La maquinaria de destrucción histórica de la que hizo gala la Corona española fue tan perfecta que no dejaron la más mínima prueba de su misma existencia.

Podemos imaginar a miles de emisarios recorriendo todos los rincones de la geografía catalana eliminando cualquier prueba que pudiera delatarlos. Pero, entonces, ¿cómo la han descubierto estos investigadores? “Leyendo entre líneas” dicen.

Ferrer, mentor de Gaudí y promotor del famoso parque que lleva su apellido en Barcelona; o Josep Xifré, presidente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de esta ciudad, origen de lo que después sería La Caixa.

Antes de ser uno de los fundadores del Banco de Bilbao, germen del actual BBVA, Pablo de Epalza obtuvo su primera riqueza del tráfico esclavista. Y poco importó la venta, compra y tenencia de esclavos para que a la madre de las hermanas Koplowitz, la millonada cubana Esther Romeu de Juseu, se le concediese el título de marquesa de Casa Peñalver. Tampoco pareció importar a nadie que el segundo marido de la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, duque de Riánsares, hubiese sido negrero en las islas caribeñas. Del mismo negocio procedía también la fortuna personal de renombrados políticos como Leopoldo 0‘Donnell y Antonio Cánovas del Castillo.

Fuente; R. Muy Nº 478/9

 

23/05/2022