El año que los parisinos se alimentaron con animales del zoológico
Por Myriam Tardioli. El 20 Agosto 2021
Los ciudadanos de París vivieron una época de hambruna y para contrarrestarla los parisinos se alimentaron con animales del zoológico. Sucedió entre 1870 y 1871. Luego de la guerra entre Prusia y Francia, el Emperador Napoleón III cayó derrotado en la batalla de Sedán. En ese momento en París se produjo un levantamiento popular. La rebelión terminó con la proclama de la Tercera República por parte de la oposición al emperador.
Los parisinos se alimentaron con animales del zoológico para evitar la hambruna
Por diferentes detalles históricos, en 1870 y durante cinco meses, la ciudad de París estuvo aislada del mundo, sin recibir ningún tipo de abastecimiento. Los alimentos empezaron a faltar y los parisinos se desesperaron.
Cuando se acabaron los insumos de primera necesidad, tomaron drásticas medidas. Los parisinos se alimentaron con animales del zoológico entre otros. Los primeros que sirvieron como alimento fueron los caballos, los burros y las mulas. Algo similar ocurrió con los árboles de los campos Elíseos y los parques, que los talaron para leña.
La carne de caballo desde hacía mucho tiempo, era el alimento de las clases más pobres y marginales de París. Pero en 1870 se convirtió en un artículo de lujo. Tanto es así que mientras París estuvo sitiada, se sacrificaron cerca de 65 mil caballos.
Otros animales también sirvieron como alimento
Cabe destacar que por ser la carne de caballo, burro o mula todo un lujo, las clases pobres no tenían acceso a ella. Entonces, perros, gatos, ratas y palomas pasaron a formar parte del menú. Un gato tenía el valor de 20 francos, un cuervo costaba 5 francos y una rata 3 francos.
De todas formas, el hambre y el frío se cobraron la vida de más de 42 mil ciudadanos. La misma cantidad de vidas humanas que se cobró el covid 19 durante el 2020 en toda Francia.
Sin embargo, la solución aún estaba muy lejos. Cuando ya no quedaban equinos y animales callejeros que comer, los zoológicos de la ciudad se convirtieron en el proveedor de comida. Los mismos zoológicos vendían sus animales a los carniceros. Tanto es así que las atracciones principales del Zoológico Jardines des Plantes se vendieron para alimento. Se trataba de Castor y Pollux dos elefantes que paseaban a los visitantes en sus grupas.
Debido a la duración del asedio prusiano, pocos animales se salvaron de los sacrificios para alimentar humanos. Los monos no se convirtieron en comida, por su parecido con la raza humana. Los leones, tigres y demás felinos, junto a los hipopótamos, les pusieron un precio muy elevado, y lograron así salvar sus vidas.
Los restaurantes de París tenían menús muy especiales
Sin embargo, el hambre no fue una excusa para que las clases pudientes no siguieran con sus vidas de lujo. Aún en la actualidad se conservan algunas cartas de menú de grandes restaurantes parisinos de 1870.
Menú de Navidad en restaurante parisino de 1870 – La Vanguardia (Dominio público)
Para la navidad de ese año, el famoso y exclusivo restaurante Voisin, del chef Alexander Choron ofrecía un menú jamás antes visto. Como entrada, cabeza de burro estofada, consomé de elefante, pierna de lobo con salsa, nuggets de camello frito. Como plato principal, chuletas de oso en salsa de pimienta, terrina de antílope con trufas o gato con flancos de rata.
Cerca del final del asedio, la carne de rata se convirtió en un lujo debido a que las clases más pudientes consumían paté de rata. Hasta que a fines de enero de 1871, el gobierno establecido en París firmó la capitulación, terminando con el aislamiento parisino.
https://www.nosabesnada.com/historia/parisinos-se-alimentaron-con-animales-del-zoologico/
27/02/2022
1 Comment
Rubén Torres
3 años agoEl artículo dice que los leones, tigres y demás felinos, junto a los hipopótamos se libraron de ser devorados porque el dueño del zoo pidió demasiado dinero por ellos. Bueno, pues que alguien me explique cómo pudieron alimentarlos si la mayoría de la gente no tenía dinero ni para comida y los zoológicos se financian de las entradas. Por otra parte, quién va a pagar para ver cuatro animales y por si fuese poca, con la tripa vacía. Es como si alguien que pasa hambre pagara por visitar la cocina de un restaurante. No tiene sentido, al menos para mí.