Aunque las avenidas, edificios y demás desarrollos urbanos sepultaron varios ecosistemas de la ciudad, la fauna aún da muestras de resistencia y belleza. La Secretaría de Ambiente resalta cuatro animales: comadreja de cola larga, copetón, verderón verdiamarillo y lisa rayada.

 2020/08/01

A pesar de la contaminación, la cuenca media del río Bogotá da certeras muestras de biodiversidad. Fotos: Fundación Humedales Bogotá y SDA.

La cuenca del río Bogotá es un emporio de biodiversidad que ha permanecido oculto por los golpes contaminantes que recibe el afluente ancestral de los muiscas a lo largo de sus 380 kilómetros de trayecto, una amalgama de vertimientos, descargas y basuras que lo tienen en estado de coma.

En las 589.143 hectáreas que conforman la cuenca, territorio que abarca zonas de 46 municipios de Cundinamarca y la capital del país, habitan por lo menos 542 especies de animales, un ramillete que incluye 322 especies de aves, 76 de mamíferos, 66 de reptiles, 55 de anfibios y 23 de peces.

En la capital, donde el río Bogotá recibe en promedio 690 toneladas de carga contaminante a diario, los 15 humedales declarados son los mayores representantes de la biodiversidad. En estas esponjas hay registros de 207 especies de aves, tanto endémicas como migratorias, una decena de mamíferos y cerca de 180 de plantas, números que indican que la vida natural en la capital del país va mucho más allá de las palomas.

Córdoba es el humedal bogotano con mayor cantidad de especies de aves registradas. Foto: SDA.

La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), por medio de una campaña de sensibilización ciudadana en las redes sociales, ha destacado varios animales que sobreviven en la ciudad a pesar de la mole de cemento, empezando con especies como el zorro perruno, zarigüeya, culebra sabanera y cucarrón de mayo.

El turno ahora es para la comadreja de cola larga, copetón, verderón verdiamarillo y lisa rayada, cuatro animales que hacen presencia en ecosistemas como los humedales, cerros orientales, rondas de los ríos, relictos de bosque o parques urbanos.

Las riquezas ambientales y un lugar lleno de biodiversidad son algunos de los atributos de Bogotá. Un amplio número de especies de fauna silvestre habita los diferentes ecosistemas de la ciudad, por lo cual respetar sus entornos y darles importancia dentro de nuestro propio ciclo de vida, es una tarea de corresponsabilidad”, dijo Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente.

La Secretaría de Ambiente sensibiliza a la ciudadanía con las especies de fauna más representativas. Fotos: Fundación Humedales Bogotá y SDA.

  1. Comadreja de cola larga

Mustela frenata pertenece a la familia mustelidae, que agrupa 25 géneros. Es un mamífero carnívoro que habita en zonas templadas del continente americano como Estados Unidos, Colombia, México, Ecuador y Perú. “En el país se reportan dos especies: felipei frenata”, informó la SDA.

La comadreja de cola larga es de tamaño mediano, los machos tienen una longitud de 30 a 42 centímetros y las hembras entre 28 y 35. Su pelaje es corto y de color marrón oscuro en el dorso, con manchas blancas en la frente. La cola es peluda y representa cerca del 70 por ciento de su cuerpo, la razón de su nombre común.

Tiene hábitos diurnos y nocturnos, son solitarias y ágiles en la búsqueda de alimento, compitiendo con zorros, aves rapaces y animales de su misma especie. Habita en ecosistemas terrestres y cerca de los cuerpos hídricos. Permanece en matorrales, arbustos, bosques abiertos, praderas y buscan sus guaridas entre madrigueras abandonadas”, apuntó la entidad.

La comadreja de cola larga ha sido registrada en humedales como Córdoba y La Conejera. Fotos: Fundación Humedales Bogotá.

En Bogotá hay registros de esta especie en los humedales La Conejera, Jaboque, Juan Amarillo, Tibanica y Córdoba. También, existen reportes en predios de fincas cercanas y cuerpos de agua de la sabana.

Este mamífero se ha visto afectado por la acelerada construcción en la capital y la presencia de animales domésticos en los ecosistemas. “El desconocimiento que la ciudadanía tiene sobre sus funciones e importancia ecológica y las falsas creencias y costumbres también afecta esta población”, apunta Urrutia.

En caso de ver a una comadreja, la Secretaría de Ambiente recomienda observar al animal a distancias prudentes y no agredirlo, al igual que a los otros especímenes silvestres que habitan en los ecosistemas de Bogotá.

La SDA realiza campañas de sensibilización virtuales para que la ciudadanía conozca la fauna de la ciudad. Infografía: SDA.

  1. Verderón verdiamarillo

Es un ave insectívora con hábitos frugívoros que pinta los cielos bogotanos con sus colores verdosos y amarillos. Pertenece a la familia vireonidae y mundialmente cuenta con seis géneros y 55 especies. En Colombia se han reportado 23 especies, 10 del género verderón verdiamarillo.

Su tamaño es pequeño, que oscila entre los 14 y 16,5 centímetros. Tiene ojos de color rojo y el plumaje es monocromático. “La parte superior de la cabeza, alrededor de los ojos, la zona entre la garganta y las plumas auriculares, son de coloración gris. Las mejillas, el collar y las plumas debajo de la cola son de un verde amarillento y las partes inferiores son blancas con los flancos amarillos”, afirma la SDA.

Cuenta con un pico y patas largas de tonos grisáceos. El verderón es una especie con amplia distribución en el continente americano, desde Canadá hasta el suroriente de Brasil y nororiente de Argentina. Migra desde México y Panamá, y durante el invierno se refugia en países como Colombia, la zona este de Ecuador y Perú, el noroeste de Bolivia y el oeste de la cuenca del río Amazonas.

 

El verderón es una de las aves más comercializadas ilegalmente en Bogotá. Foto: Rubén Santanta (publicada por la SDA).

Según la SDA, los verdiamarillos pasan su temporada no reproductiva en el norte de Sudamérica y la reproductiva en México y Centroamérica. “Normalmente depositan entre tres y cinco huevos de tonalidad blanca con manchas cafés y son empollados por la hembra en un periodo entre 13 y 14 días”.

Este espécimen se ha podido observar en zonas arboladas, humedales, parques urbanos y jardines de Bogotá. El verderón verdiamarillo tiene grandes características físicas y una amplia capacidad vocal que le permite emitir diferentes sonidos y cantos.

“Lamentablemente, el llamativo plumaje de esta ave lo ha convertido en un animal atractivo para la comercialización y tenencia ilegal como mascota. La fauna silvestre debe estar libre y en su hábitat natural, enriqueciendo la biodiversidad de la ciudad”, recalcó Urrutia.

El verderón habita en humedales y zonas verdes de Bogotá. Infografía: SDA.

  1. Lisa rayada

Es un reptil que enriquece la biodiversidad de los cerros orientales de Bogotá. Este lagarto de la especie Riama Striata cuenta con una longitud entre 4,5 y 6,7 centímetros en edad adulta. Los machos y hembras se pueden diferenciar por el tamaño de su cabeza.

Suele habitar en la parte baja de los troncos, rocas, hojarasca, entre el pasto o en áreas donde se encuentran escombros de cemento, ladrillo, plástico o madera. “Es una especie diurna que hace presencia en ecosistemas donde también se encuentra la serpiente sabanera, sin ser un espécimen que compita por los recursos”, informó la SDA.

La lisa rayada se ve afectada por las secuelas del cambio climático. Fotos: SDA.

Las hembras se caracterizan por poner entre uno y dos huevos, que miden 1,2 centímetros de largo y 0,8 de ancho. En Colombia, la lisa rayada habita en la cordillera oriental, específicamente en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Santander.

Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la tiene listada como una especie de preocupación menor y no está incluida en el libro rojo de reptiles de Colombia, esto no significa que no deba ser protegida y conservada. “Este reptil es altamente susceptible al cambio climático y dentro de sus principales amenazas están la pérdida de hábitat por la elevada tasa de urbanización de áreas verdes de las ciudades”, dijo Urrutia.

La secretaria de Ambiente le hace un especial a los ciudadanos para que cuando se encuentren con uno de estos pequeños reptiles no los molesten ni agredan, “pues entre todos debemos cuidar y respetar los espacios de la fauna que habita en los diferentes ecosistemas de la ciudad”.

La lisa rayada solo habita en la cordillera oriental, en departamentos como Cundinamarca y Boyacá. Infografía: SDA.

  1. Copetón

Ave de la especie Capansis que se encuentra en varios lugares de Bogotá y la sabana. Puede llegar a medir 14 centímetros de longitud y se caracteriza por tener una gran capacidad vocal; su canto ambienta los jardines, balcones y zonas verdes de la capital, donde se escuchan sus silbidos, gorjeos armoniosos, trinos suaves y zumbidos poco musicales, estos últimos exclusivos de los machos.

El copetón tiene un plumaje en forma de cresta. Su cabeza es de color gris con dos listas negras en la coronilla y posee un collar en la nuca y en el cuello. Las partes inferiores son cafés y negro en la espalda, y la garganta es blanca bordeada por un parche negruzco.

El copetón es una de las aves emblemáticas de Bogotá. Fotos: SDA.

“Este espécimen se encuentra en gran parte de América, desde el sur de México hasta Tierra de Fuego en Argentina, donde predomina en las zonas montañosas. Es un ave pequeña con pico corto y robusto, adaptado principalmente para comer semillas; aunque algunas se alimentan de frutas”, menciona la entidad.

Aunque el copetón no está en peligro de extinción, cuenta con grandes verdugos como los animales domésticos (perros y gatos) y otro tipo de aves que destruyen sus huevos para poner los propios, como es chamón.

Invitamos a los bogotanos a reportar los casos de riesgo o amenaza para los animales silvestres. Profesionales de la Secretaría de Ambiente estarán disponibles para atender cualquier incidencia”, puntualizó Urrutia.

Cuatro animales ocultos en la mole de cemento de Bogotá (semana.com)

4/01/2021