Contaminación por plástico: la ciudad asolada por 17.000 toneladas de basura que llega de todo el mundo
Por Yvette Tan/ BBC News. 2019/02/15
Malasia se ha convertido en uno de los mayores importadores de plástico del mundo. Los habitantes de la ciudad de Jenjarom se quejan de que los residuos les han estado envenenando poco a poco.
Malasia se ha encargado de eliminar la basura que el resto del mundo no quiere al convertirse en uno de los mayores importadores de plástico del mundo. Foto: BBC
Malasia se ha convertido en uno de los mayores importadores de plástico del mundo, eliminando basura que el resto del mundo no quiere. Pero una pequeña ciudad está pagando el precio.
Comenzó el verano pasado. Cada noche, después de que el reloj marcase las 12:00, Daniel Tay cerraba puertas y ventanas y se preparaba para lo inevitable. Pronto su habitación se llenaría de un olor acre, como si se quemara goma, y tendría dificultades para respirar.
En los próximos meses, el extraño olor volvería cada noche, como un reloj. Sólo más tarde descubrió su origen: las fábricas de reciclaje ilegal que quemaban plástico en secreto.
La ciudad de Jenjarom se encuentra sumergida por residuos plásticos. Foto: BBC.
Ningún lugar a dónde ir
En aquel entonces Tay no sabía que China había decidido prohibir la importación de residuos plásticos extranjeros. Es por esta razón que la mayor parte de residuos de plástico- provenientes de países como Reino Unido, Estados Unidos y Japón- terminaron en Malasia. Específicamente en Jenjarom, la ciudad de Tay.
Podría haber sido cualquier ciudad, pero la proximidad de Jenjarom con Port Klang, el puerto más grande de Malasia y punto de entrada para la mayoría de las importaciones de plástico del país, lo convirtió en el lugar ideal.
De enero a julio de 2018, alrededor de 754.000 toneladas de desechos plásticos se importaron a Malasia. Esto llevó a la aparición de las fábricas de reciclaje, cuya intención era beneficiarse de la creciente industria del reciclaje de plástico.
Según las autoridades, al poco tiempo surgieron 33 fábricas ilegales en Kuala Langat, el distrito donde se encuentra Jenjarom.
Pero pasaron meses antes de que los residentes se enteraran de su existencia, y solo después de que los síntomas comenzaran a aparecer.
«Nos envenenan poco a poco»
«El olor comenzó hace un tiempo, pero se volvió realmente repugnante en agosto», dice Tay.
«Comencé a sentirme enfermo y a toser. Me enojé mucho cuando descubrí que era por culpa de las fábricas».
Los residuos plásticos se suelen reciclar eletn forma de pellets, que luego pueden usarse para fabricar otros tipos de plástico.
Pero no todo el plástico se puede reciclar, por lo que las plantas de reciclaje legales deben enviar plásticos no reciclables a los centros de desechos, lo que cuesta dinero.
Por eso muchas plantas de reciclaje ilegales optan por deshacerse de estos plásticos de forma gratuita aunque no higiénica, como enterrándolos o quemándolos.
Ngoo Kwi Hong dice que los vapores de la quema la provocaron una tos tan violenta que incluso tosió un coágulo de sangre.
«No podía dormir por las noches del olor. Me convertí en un zombi, siempre estaba cansada», explica. «Sólo más tarde descubrí que había fábricas que rodeaban mi casa, por el norte, sur, este y oeste».
Cada noche Daniel Tay cerraba puertas y ventanas y se preparaba para un olor insoportable. Foto: BBC.
Los que vivían más cerca de las fábricas fueron los más afectados. Belle Tan, que descubrió que había una fábrica ilegal a solo 1 kilómetro de su casa, explica cómo los vapores afectaron a su hijo de once años.
«Le salió una erupción muy grande alrededor del estómago. Su piel comenzó a pelarse y le dolía al tocarla. Estaba muy preocupada por su salud, pero, ¿qué podíamos hacer? El olor estaba en todas partes».
No está claro si estas dolencias pueden estar directamente relacionadas con la contaminación del aire, pero según un experto la inhalación de los humos de plástico quemado podría haber tenido un impacto en su salud respiratoria.
«Estos humos plásticos son cancerígenos», Tong Yen Wah, profesor en el Departamento de Química y Biotecnología de la Universidad Nacional de Singapur, dijo a la BBC. «Si te expones a corto plazo puedes tener problemas para respirar. Pero a largo plazo pueden causar cáncer».
Belle Tan y su hijo de once años. Foto: BBC.
A pesar del peligro muchos habitantes de la ciudad muestran indiferencia hacia las fábricas.
«La mayor parte de personas sólo están tratando de ganarse la vida», dice Tay. «No entienden que es algo que podría estar envenenándolos lentamente».
La BBC habló con varios de los residentes de la ciudad, muchos de los cuales dijeron que habían olido los vapores pero no les habían prestado mucha atención.
«Sigues oliéndolo hasta que tu cuerpo se acostumbra a ello», bromeó un residente.
Vertedero improvisado
El gobierno de Malasia ha cerrado 33 fábricas en Jenjarom, que asegura que eran ilegales. Dejaron 17.000 toneladas de basura, una cifra nada insignificante para una ciudad de 30.000 personas.
Muchos de estos residuos han sido recogidos por las autoridades, pero todavía hay 4.000 toneladas de residuos de plástico en pleno aire libre.
Esta montaña de basura se ha convertido en un vertedero improvisado.
Un rápido paseo revela que muchos de los residuos plásticos provienen de países extranjeros como Japón y Reino Unido.
«Estamos tratando de identificar quién es el propietario del terreno pero todavía seguimos investigando», dijo a la BBC la ministra de Vivienda y Gobierno Local Zuraida Kamaruddin.
El estado en el que se encuentra Jenjarom, Selangor, ha intentado subastar la tierra en vano.
«Nadie lo quiere porque está muy contaminado», reconoce Yeo Bee Yin, Ministra de Energía, Tecnología, Ciencia, Medio Ambiente y Cambio Climático.
La ministra afirma que existen varias opciones para disponer de la basura. La más viable sería enviar los residuos a una planta de cemento, que quemaría el plástico para generar calor para la caldera. Pero esta opción tendría un coste muy elevado para el gobierno.
Un problema en toda Malasia
El problema del reciclaje ilegal de plástico en Malasia se extiende más allá de Jenjarom.
«Muchos de estos operadores de fábricas ilegales alquilan la tierra a terratenientes locales y establecen fábricas muy básicas», dice Ng Sze Han, un concejal local de Selangor.
«Cuando descubrimos estas fábricas ilegales salen huyendo, así que aunque las cerremos abren más en otras partes de Malasia».
Ng Sze Han revela que ha recibido llamadas de funcionarios en Johor y Negeri Sembilan- otros estados de Malasia-diciendo que fábricas ilegales han comenzado a aparecer en sus áreas.
Una fábrica de reciclaje abandonada en Kuala Langat. Foto: BBC
El concejal afirma que es poco probable que el problema del reciclaje ilegal se resuelva de manera efectiva sin una prohibición total del plástico. Pero es poco probable que esto suceda.
La ministra de Vivienda y Gobierno Local Zuraida Kamaruddin explica que el gobierno inicialmente había considerado prohibir el uso del plástico, pero «después de estudiar la situación nos dimos cuenta de que tenía mucho potencial económico para Malasia».
En su lugar, la ministra afirma que se están imponiendo normas más estrictas a los importadores de plásticos: ahora tendrán que cumplir con unos nuevos criterios antes de poder obtener un permiso de aprobación para importar residuos de plástico.
Muchos de los residuos plásticos que se encuentran en Jenjarom provienen de países extranjeros. Foto: BBC.
Un problema global
Pero este problema es realmente global, ya que la historia de Jenjarom revela que hay un fallo enorme en el sistema de reciclaje de plástico.
Los desechos y desperdicios de plástico tienen su propio código de comercio internacional – HS3915.
Pero lo que este código no tiene en cuenta es si los desechos que se importan son de buena calidad o están contaminados, ya que no hay forma de saberlo a menos que alguien los revise manualmente.
Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en 2017 reconoció que es común que los residuos plásticos mixtos se oculten con el plástico limpio.
Lo que se necesita, dice la ministra Yeo, es un sistema de etiquetado adecuado que sea capaz de tener en cuenta esta distinción.
De lo contrario, es solo una cuestión de tiempo antes de que otras ciudades en Malasia, o incluso del resto del mundo, se conviertan en el próximo Jenjarom.
https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/contaminacion-por-plastico-la-ciudad-asolada-por-17000-toneladas-de-basura-que-llega-de-todo-el-mundo/42991
11/10/2020
1 Comment
Rubén Torres
3 años agoLa educación y sensibilización para que la gente no arroje la basura al suelo o al mar no surte el efecto esperado. Quemar o enterar el plástico es muy perjudicial para la salud de los seres vivos. Ante ese despropósito no queda otra que tomar decisiones más contundentes. Lo peor es que la tendencia es de ir en aumento si no hacemos algo con nuestros presidentes que lo permiten.
Como ocurre ante cualquier otro problema, lo primero que se debe hacer es encontrar el origen, después, buscar las posibles soluciones. En la mayoría de los casos tienen un origen común; la gente con el poder de decidir qué se hace o no. Los alcaldes, ministros y gobernadores incompetentes son los que lo deciden todo. Todos ellos ya han demostrado lo que saben hacer (empeorar los problemas en vez de solucionarlos), es hora que los reemplacen los que sí saben lo que se debe hacer.
Por desgracia, la creencia popular y arraigada de creer que la democracia es la solución, paraliza cualquier posibilidad de mejorar cualquier problema. Unos votantes neófitos son muy perjudícales para cambiar a los dirigentes ineptos. Llevamos décadas con la democracia y los problemas se agravan día a día. La solución es una dictadura dirigida por personas resolutivas competentes.
El plástico ha contribuido muchísimo en hacernos la vida más fácil. El problema no es cómo gestionarlo ni cómo eliminarlo. Se puede reciclar muchas veces, se puede extraer combustible de él y se puede destruir definitivamente con hornos especiales. Pero para eso se tiene que tener voluntad de querer hacerlo. El problema está en las personas que le importa un bledo el medioambiente, no lo reciclan, o lo vierten en el contenedor incorrecto o lo lanzan al suelo directamente, que cuando coincide con las lluvias el agua los arrastra y van a parar al mar.
Quizá si la gente en vez de verlo como un residuo que hay que desprenderse de él lo viese como un potencial negocio no lo tiraría y, con suerte recogería los que los demás han tirado. Como he mencionado antes, se puede convertir en combustible. Existe una máquina que lo convierte en tres tipos de combustibles; gasolina, gasoil y queroseno. Para ello posee un selector. Aproximadamente se consigue un litro por cada kilo de plástico. También se debe permitir la venta de esos combustibles. De esta forma se generaría empleo a los desempleados. Si esto no los convence habrá que tomar medidas más contundentes, una sanción de 10 $ por cada gramo de plástico que no se coloque dentro del contenedor amarillo. Por supuesto los ayuntamientos deben distribuir suficientes contenedores como para facilitar el reciclaje a los ciudadanos.
Felicito a todos los voluntarios que hayan colaborado en la limpieza de los mares, pero lo encuentro injusto. Habiendo tantos cerdos y tanta gente en prisión viviendo del cuento, y tanta gente que tiene deudas con el estado, y como se han declarado insolventes se libran de pagar, pues todos ellos deberían ser los que se encargaran de recoger toda esa basura, tanto en tierra como en los ríos y en las playas. A los que están cumpliendo condena se podría conmutar las penas por trabajo, por ejemplo; 5 días trabajados por tres días de permiso para que puedan visitar a sus seres queridos.
Como es imposible tener un policía que vigile a cada ciudadano, no lo es si el alcalde estableciera una recompensa por filmar las acciones incívicas, así se multiplicaría muchísimo la vigilancia y de paso, se ayudaría a la gente con escasos recursos económicos.