Nos oponemos a los nuevos proyectos de carreteras de la Junta de Andalucía que asfixiarán aún más a Doñana mediante un cinturón de asfalto, en vez de apostar por proyectos modernos de accesibilidad sostenible.
El Gobierno de Moreno Bonilla pretende resucitar la construcción de un tercer carril entre Matalascañas y el Rocío, como paso previo a un desdoble. Esta opción no supondrá una solución a los problemas de la A-483 y tendrá un efecto llamada que los agravará.
La Junta de Andalucía acaba de anunciar la adjudicación a una empresa consultora de la redacción del proyecto de ampliación del tramo de la carretera autonómica A-483 entre la variante de la aldea de El Rocío y Matalascañas, en el término municipal de Almonte (Huelva). Lo que se sumará a la pretendida construcción del tramo de 13,5 kilómetros de autovía entre Almonte y El Rocío de esta misma carretera, cuya tramitación finalizó en julio.
Con esta obra inútil el gobierno de la Junta de Andalucía, formado por el Partido Popular y Ciudadanos, pretende resucitar el viejo proyecto de construir una autopista que llegue hasta Matalascañas, con un paso intermedio, y la construcción de un tercer carril en el tramo Matalascañas-El Rocío, tal y como ha anunciado la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio.
Esta vía atraviesa de norte a sur el corazón de Doñana, por lo que su ampliación es un auténtico despropósito ambiental y un atentado ecológico que dificultaría aún más el movimiento de fauna y especialmente la conexión de las poblaciones de linces hacia la zona occidental –Abalario–, y no resolverá los problemas de tráfico en esta vía.
Consideramos que los problemas puntuales de movilidad en la comarca de Doñana no se resolverán con más asfalto y el crecimiento incontrolado de infraestructuras que priman el vehículo privado y fragmentan aún más el territorio, sino que pasan por aplicar una visión moderna y planes de movilidad sostenible que aumenten el transporte colectivo como alternativa al automóvil privado, especialmente en épocas veraniegas y fines de semana, así como el aumento de las conexiones ciclistas y peatonales.
Mientras la Comisión Europea plantea una revolución verde con su Pacto Verde Europeo, que apuesta por desplegar sistemas de transporte más limpios, baratos y sanos, el gobierno de Moreno Bonilla se queda anclado en el pasado apostando por proyectos de desdobles que ya han sido un fracaso y tendrán un coste enorme para los andaluces. Más asfalto y carriles cortando Doñana no sólo no reducirán los atascos, sino que los agravará aún más al crear un efecto llamada.
Doñana no aguanta más impactos, es un organismo vivo cada vez más débil que no puede sobrevivir aislado. Lamentamos que la Junta de Andalucía continúe apostando por proyectos de carreteras que dañarían de forma irreversible su naturaleza, en lugar de anunciar el cierre de las miles de hectáreas de fresas ilegales que cercan y secan el parque nacional como sería su obligación. Como hemos venido haciendo desde hace más de 50 años, desde hoy denunciaremos estas nuevas amenazas ante la opinión pública, la Comisión Europea y otros organismos internacionales que velan por la conservación de Doñana.
Fuente: WWF
24/10/2020
1 Comment
Rubén Torres
11 meses agoAnte cualquier problema lo primero que hay que averiguar es el origen. En este caso vuelve a ser la gente con el poder de decidir qué se hace o no (La Junta de Andalucía). Panda de incompetentes son los que lo deciden todo. Todos ellos ya han demostrado lo que saben hacer (empeorar los problemas). Está claro que nuestros gobernantes no están capacitados para asumir sus cargos. El desinterés que demuestran por el medioambiente ocasiona enormes pérdidas. Los esfuerzos por conservar a nuestro lince habrán sido en vano. Todo sería diferente si los que gobernaran fuesen gente con un alto nivel de formación de ecología, medioambiental, económica y social. Una vez más, abogo para que se elijan personas competentes y dejar a los inexpertos en el banquillo, solo así se pueden encontrar soluciones efectivas. Por enésima vez se ratifica lo que desde hace décadas vengo diciendo: cuando alguien tiene el poder de decidir qué se debe hacer ante un problema y ese alguien no está lo suficientemente cualificado, algunos problemas se agravan irremediablemente.