Interior ordena facilitar los permisos a los presos: podrán disfrutarlos pese a cometer faltas muy graves
Los procesos sancionadores ya no se tendrán en cuenta para determinar la mala o buena conducta, fundamental en la concesión de permisos de salida.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, ha dado un paso más en su política de concesión de privilegios penitenciarios a internos en régimen de tercer e incluso de segundo grado. Una modificación en una de sus instrucciones internas permite, a partir de ahora, que esa clase de presos puedan obtener permisos de salida pese a haber sido sancionados por cometer faltas graves o muy graves.
2/02/2022
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Rubén Torres
3 años agoPara los que ignoran cómo es la vida carcelaria, esta noticia les parecerá injusta, pues quizá se imaginan que los presos que tienen “mala conducta” en prisión son personas violentas que no se merecen salir en tercer grado o disfrutar de unos días de permiso.
Pues bien, les informo que la política de las prisiones es decir siempre en los informes que el preso ha cometido una falta muy grave, nunca vi una falta leve o grave en las 7 prisiones que he estado durante muchos años.
Por otro lado, prácticamente todas las faltas se deben a peleas entre reclusos, y tanto si te defiendes como si no, te sancionan con 8 días al “chupano” (una celda más pequeña donde estás solo y solo te dejan salir a un pequeño patio una hora al día y sin tele). Por lo que esa falta te repercutirá en la petición de permisos, donde la Junta de Tratamiento se opondrá en darte esos permisos o el tercer grado.
Es más, conmigo cometieron prevaricación, pues el Juez de Vigilancia me otorgó el tercer grado cuando ya me quedaba muy poco para finalizar mi condena y sin embargo me lo retuvieron tres meses. Tuve que quejarme varias veces al Juez para que me lo dieran. No les pasó nada, y eran tan delincuentes como yo.
Bueno, pues una vez que ya sabéis cómo funcionan las prisiones españolas, no todos los que “cometen faltas graves” son malas personas, basta con ser empujado o golpeado por otro preso y que un carcelero lo haya visto para que te castiguen. Pero esas cosas no se difunden en la tele. A quién le importa lo que les ocurre a los presos. ¡Que se pudran ahí dentro! Pero por fortuna muchos de nosotros logramos salir de ese infierno.