La pesca con caña

Es muy habitual ver en las películas escenas donde el padre se lleva a su hijo a pescar con el beneplácito de la madre. ¿Es ese el referente adecuado a su hijo? Lo que el niño va a aprender es con qué desprecio se trata a los peces, a ignorar la agonía que el pobre animal está luchando por su vida intentando zafarse de ese anzuelo metálico que tiene clavado en su boca o en su estómago que le debe producir un dolor extremo al tirar de él, pero no conforme con eso, el pescador una vez cobrada la pieza la deja morir ahogada ¿Qué tal si le hicieran a él lo mismo?

Ese par de elementos no se merecían tener hijos.

A parte de producir sufrimiento a los animales por puro placer, están desequilibrando los ecosistemas, esos peces son vitales para el equilibrio medioambiental, son el alimento de águilas pescadoras, nutrias, garzas, osos y demás fauna. Nosotros inventamos los supermercados para abastecernos de alimentos, no tenemos por qué robarle la comida a la fauna salvaje.

A los que han tenido ocasión de bucear la costa mediterránea española han comprobado que no han visto ni una quinta parte de las especies de peces propias de este mar. La culpa es la sobrepesca que durante muchos años llevamos haciendo, la mala gestión, la luz de las redes demasiado pequeñas y por culpa de los aficionados a la pesca submarina con arpón y con caña, que por diversión capturan los pocos peces que nos quedan.

¿Quién no ha visto unos niños con salabres que algunos padres irresponsables les han comprado para que se entretengan capturando los pocos pececitos que las olas arrastran hacia los huecos de las rocas. Contribuyendo a la escasa biodiversidad que nos queda, pues esas capturas suelen terminar en un minúsculo cubito de playa. El Sol implacable calienta el agua, por lo que el poco oxígeno se extingue y los pececitos perecen. Esos pececitos han muerto de una forma absurda, pues ni siquiera son consumidos al llegar muertos a sus hogares. Terminar en el wáter o en la basura.

Capturar peces para hacerse unas fotos, utilizarlos en piscifactorías para repoblar ríos  o para estudios científicos está bien. Pero lo que no está bien, es utilizar anzuelos que les provocan en algunos casos graves destrozos en la boca o en el interior del cuerpo que, aunque se suelten de nuevo al río, podrían morir por una infección de hongos a los pocos días.

Se supone que somos los seres más inteligentes del planeta azul, entonces ¿por qué no lo demostramos capturándolos con redes sin provocarles heridas?

6/11/2020