Los gobiernos han fracasado en proteger la biodiversidad. ¿Y ahora qué?
La naturaleza está en un punto crítico: solo el 15% de los bosques del mundo permanecen intactos y solo el 3% de los océanos del mundo están libres de la presión del ser humano.
La semana pasada, Naciones Unidas publicaba la quinta edición de la Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica, donde se señalaba que los países y sus gobiernos no han alcanzado en su totalidad ninguno de los objetivos para frenar la pérdida de biodiversidad acordados en 2010.
Entonces, ¿qué pasa?
Los políticos tienen tendencia a culpar a los objetivos, de los que dicen que eran demasiado altos. Piden que reduzcamos nuestras expectativas de lo que se puede lograr. Pero el hecho de que algo sea difícil no significa que sea imposible. Precisamente ahora que los estudiantes se están movilizando para luchar por su futuro, no podemos permitir que los gobiernos se rindan al abordar la crisis ecológica.
El sistema de soporte vital de nuestro planeta está en juego: los bosques y océanos sanos nos ayudan a luchar contra la crisis climática, nos proporcionan aire limpio para respirar y pueden actuar como escudo contra nuevas enfermedades y pandemias. Cuando protegemos la naturaleza, nos protegemos a nosotros mismos.
Por eso, en lugar de perder la esperanza, debemos comprender por qué fallaron los gobiernos y organizarnos para hacer las cosas bien. ¡Es urgente!
¿Qué salió mal?
Uno de los problemas está claro. Las industrias destructivas están presionando nuestros ecosistemas más que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad.
Las megacorporaciones no solo han basado su modelo de negocio en la quema de combustibles fósiles, incendiar bosques para despejar la tierra para cultivos industriales y saquear zonas cada vez más profundas y remotas de los océanos, sino que también están contaminando nuestra política para debilitar el medio ambiente.
Continuar desperdiciando dinero en industrias que no son buenas para el planeta, como la agricultura industrial o la de los combustibles fósiles, también está empeorando la situación. Rescatar a los gigantes de los pesticidas con dinero público y que los países más ricos inyecten miles de millones en energía sucia es solo la punta del iceberg.
Además, el progreso global no ocurre por arte de magia, es el resultado del trabajo duro en casa. Después de acordar estos objetivos globales en 2010, casi ningún gobierno ha traducido estos objetivos internacionales en leyes y políticas nacionales.
Para poner fin a la destrucción de la naturaleza, los gobiernos deben dejar de anteponer las ganancias corporativas al bienestar de las personas. Transformar radicalmente la forma en que producimos y consumimos alimentos y otros bienes aliviará la presión sobre la naturaleza. La creación de grandes santuarios marinos y de protección terrestre basada en derechos puede ayudar a abordar la crisis climática, la pérdida de especies, la seguridad alimentaria y el riesgo de futuras pandemias.
Mientras los gobiernos se preparan para inyectar miles de millones en paquetes de recuperación, es el momento de luchar por una recuperación verde y justa. Poner la salud de las personas y la naturaleza en el centro de las decisiones de gasto y políticas significará que reconstruiremos mejor y podremos resistir las múltiples crisis que están empeorando las injusticias y las desigualdades.
Fuente: Greenpeace
https://www.ecoticias.com/naturaleza/205118/gobiernos-fracasado-proteger-biodiversidad
1/10/2020
1 Comment
Rubén Torres
3 años agoLos políticos tienen tendencia a culpar a los objetivos, de los que dicen que eran demasiado altos. Piden que reduzcamos nuestras expectativas de lo que se puede lograr. Pero el hecho de que algo sea difícil no significa que sea imposible.
Por eso, en lugar de perder la esperanza, debemos comprender por qué fallaron los gobiernos y organizarnos para hacer las cosas bien. ¡Es urgente!
R. Llevo varias décadas defendiendo que ante cualquier problema lo primero que hay que averiguar es el origen, y como no podía ser de otra manera, en este caso vuelve a ser la gente con el poder de decidir qué se hace o no. Los alcaldes, ministros, gobernadores, concejales, presidentes, etc. todos ellos/as son unos/as incompetentes son los que lo deciden todo. Todos ellos ya han demostrado lo que saben hacer; empeorar los problemas. Está claro que nuestros gobernantes no están capacitados para asumir sus cargos. El desinterés que demuestran por el medioambiente ocasiona enormes pérdidas, tanto económicas como ambientales y de vidas humanas. Es hora que los reemplacen por los que sí saben lo que se debe hacer.
Las cubiertas forestales que han tardado millones de años en formarse y que en 4 días los devastan. Todo por no poner suficientes efectivos de vigilancia y suficientes medios para acabar con cualquier incendio forestal en menos de una hora (Se puede lograr, existen los medios pero no la voluntad de hacerlo). Todo eso se podría lograr si los que nos gobernaran fuesen gente con un alto nivel de formación de ecología, medioambiental, económica y social.
En España y supongo que en todo el mundo no hay ni una sola ley que esté correcta, por lo que convendría empezar a cambiarlas todas. Reto a los lectores a que me digan una sola ley que esté correcta. No deben confundir las normas con las leyes, pues muchas normas las encuentro correctas.
Una vez más, abogo para que se elijan a las personas competentes y dejar a los inexpertos en el banquillo, solo así se pueden encontrar soluciones efectivas.
Por enésima vez se ratifica lo que desde hace décadas vengo diciendo: cuando alguien tiene el poder de decidir qué se debe hacer ante un problema y ese alguien no está lo suficientemente cualificado, algunos problemas se agravan irremediablemente.