Este hecho ha tenido lugar en Finlandia
Plantación de patatas. / NurPhoto
Cadena SER. 18/06/2025
En el corazón de Finlandia, una práctica inusual está captando la atención de pequeños agricultores y vecinos: el cultivo de patatas en pleno bosque. Todo empezó con Jari Kropsu, un residente de Pohjavaara, Sotkamo, que lleva años plantando patatas en su propio terreno forestal. Las peculiares patatas, con forma similar a los huevos de pájaro, han despertado el interés de muchos que sueñan con tener su propia plantación en el bosque.
El entusiasmo llegó también a Kärsämäki, donde Teuvo Marttila decidió probar suerte y plantó patatas en una pequeña zona boscosa del municipio. Tras confesar su iniciativa al alcalde, Marttila planteó la posibilidad de que otras personas siguieran su ejemplo. Aun así, advierte: plantar en propiedades privadas sin permiso no está permitido. “Sin permiso, eres un delincuente”, comenta. “El problema es que no todo el mundo tiene su propio bosque o campo, y las parcelas suelen ser pequeñas”.
La propuesta de Marttila ha generado un debate en Kärsämäki. El ayuntamiento está considerando permitir el cultivo de patatas a pequeña escala en los bosques municipales, aunque todavía no hay una decisión oficial. El alcalde, Juho Jukkola, ve la idea con buenos ojos y considera que podría contribuir al bienestar de la comunidad, fomentar la vitalidad del municipio y valorar los alimentos locales. Eso sí, insisten en que se trataría de cultivos muy modestos, similares a la recolección de bayas, sin talas ni labranza intensiva.
Marttila no pierde oportunidad para compartir su pasión por las patatas del bosque. Según cuenta, ya hay una docena de personas en su localidad que se han animado a plantar. “Incluso lo he comentado en la sauna de la piscina de Haapavesi, y todos me han dicho que merece la pena probar”.
Por su parte, Kropsu sueña con que se amplíe esta posibilidad al cultivo de setas silvestres en los bosques municipales, e incluso se plantea proponerlo en Sotkamo. “Aquí sobra bosque, no se va a acabar”, bromea.
Esta primavera, Kropsu logró por fin plantar una variedad especial que llevaba tiempo buscando: la patata negra de Pohjavaara. La describe con entusiasmo: de piel oscura y pulpa blanca, ideal para un delicioso puré similar al famoso puikula de Laponia. Además de las patatas, lleva años cultivando setas silvestres para su consumo y el de sus invitados, e incluso ha creado un pequeño banco en su bosque para compartir hongos con amigos y conocidos.
Marttila, mientras tanto, espera con ilusión su primera cosecha de patatas del bosque. Plantó los tubérculos en pequeños huecos del terreno arenoso y creó un banco tradicional protegido por el municipio. “Ni siquiera se nota que hay patatas plantadas. En otoño solo tienes que recogerlas”, comenta, y bromea con que espera poder lucir su cosecha en el festival de la cosecha de agosto, “si los conejos no se la comen antes”.
27/06/2025
1 Comment
Rubén Torres
5 días agoAquellos que aplaudan este tipo de iniciativas se las pueden encasillar dentro del grupo personas dañinas. Por lo tanto, sería conveniente que dejen de estar vivos lo antes posible por atentar contra el medio ambiente.
Ya se sabe que la codicia humana no tiene límites, pero alguien debe pararles los pies para evitar que acaben con la biodiversidad.
Por otra parte, las patatas contienen mucho carbohidratos, algo que no conviene a nuestro cuerpo. (Lo explico con más detalles en mi sección de alimentación humana)
Cultivar en los bosques es sentenciar a muerte a miles de animales, pues basta la presencia de los humanos para que se alejen los depredadores. si los depredadores huyen a otras zonas, se pueden encontrar con carreteras donde posiblemente serán atropellados.
También se corre el riesgo de envenenar a muchos animales por aplicar pesticidas en los cultivos.
Pero es que, además, se da la circunstancia de que producimos alimentos más que de sobras. No necesitamos producir más, sin todo lo contrario.