disable-gutenberg
domain was triggered too early. This is usually an indicator for some code in the plugin or theme running too early. Translations should be loaded at the init
action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /var/www/vhosts/tevasaenterar.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6114foogallery
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action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /var/www/vhosts/tevasaenterar.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6114polylang
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se activó demasiado pronto. Esto suele ser un indicador de que algún código del plugin o tema se ejecuta demasiado pronto. Las traducciones deberían cargarse en la acción init
o más tarde. Por favor, ve depuración en WordPress para más información. (Este mensaje fue añadido en la versión 6.7.0). in /var/www/vhosts/tevasaenterar.es/httpdocs/wp-includes/functions.php on line 6114
1 Comment
María G.
3 meses agoEn 1989, un cocodrilo de cinco metros de largo yacía gravemente herido en la orilla de un río de Costa Rica, tras haber recibido un disparo. Un lugareño llamado Chito (Gilberto) rescató a Pocho, como llamó al cocodrilo, y lo cuidó durante varios meses hasta que se recuperó.
Cuando Pocho recuperó sus fuerzas, Chito lo llevó de vuelta al río para liberarlo. Pero Pocho no quiso quedarse atrás, y siguió a Chito hasta su casa. Y así fue como Chito cuidó de Pocho durante casi dos décadas viviendo el cocodrilo junto a Chito y su familia. A medida que su vínculo se reforzaba con los años, Chito y Pocho llegaron a confiar el uno en el otro tan completamente que pasaban horas cada día nadando y jugando juntos. Sorprendentemente, el cocodrilo Pocho era amable y paciente con su compañero humano, e incluso respondía a su nombre cuando se le llamaba. Miles de turistas, científicos y expertos en comportamiento animal acudieron a ver cómo se divertían.
Chito también enseñó al cocodrilo Pocho varios trucos, como darse la vuelta, levantar la cola y cerrar un ojo. Después de muchos años de amistad, Pocho murió en 2011 por causas naturales. Cientos de personas asistieron a su funeral. Naturalmente, Chito se sintió desolado por la muerte de Pocho, pero sigue compartiendo la historia de su amigo para concienciar sobre lo especiales que pueden llegar a ser los cocodrilos.