La contaminación, la falta de zonas verdes o el avance de especies invasoras son las principales causas de que estas aves ya no estén en las ciudades

Corto para conmemorar al gorrión común, elegido ave del año.Vídeo: JustArtForm/SEO BirdLife

Beatriz Guillén

Madrid – 18 marzo 2016

No hay gorriones en lugares abandonados. La relación de esta pequeña ave con los humanos es tan estrecha que cuando estos desaparecen de un municipio, los gorriones lo hacen con ellos. Llevan siglos siendo compañeros de pueblos y ciudades. Pero ahora los expertos han hecho saltar las alarmas: la población de gorrión común en Europa ha caído un 63% en solo 30 años. En Reino Unido se perdieron 10 millones de ejemplares entre 1970 y 1980 y en grandes ciudades como Londres los gorriones prácticamente han desaparecido. Este declive responde a causas como la contaminación, a la falta de espacios verdes y a la invasión de especies exóticas. En el medio rural, el declive es menor y está asociado la intensificación agraria, al empleo abusivo de plaguicidas o al despoblamiento generalizado.

En el caso de España, el porcentaje es mucho menor: el 6%. Aunque en zonas como el sistema central o la meseta norte se ha alcanzado el 19%. En Aragón también se han registrado altas cifras de caída. «El declive es mucho más grave en el norte que en el sur de España, las cifras de reducción varían del 2% al 20%», explica el coordinador del área de seguimiento de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), Juan Carlos del Moral. Los datos más actuales hablan de una reducción de ocho millones de ejemplares en los últimos diez años: se ha pasado de 165 millones de gorriones comunes en 2006 a poco más de 155.

Mucho tiene que cambiar la sociedad para volver a ver esta imagen

«Es un despoblamiento salvaje», afirma Del Moral. El gorrión es un ave sedentaria, por lo que las causas de su declive están muy unidas a su entorno inmediato. A la contaminación, el tráfico y los coches se une un aumento de los depredadores y la competencia con especies invasoras. Una de ellas es la cotorra argentina, cuyo crecimiento en España es «exponencial», anuncia este investigador. «En el mismo tiempo que hemos llegado a tener 20.000 nuevas cotorras han desaparecido millones de gorriones. No sabemos si hay una relación directa, pero comen en los mismos sitios y los mismos alimentos», explica.

Así, también existe una creciente dificultad para encontrar alimento, especialmente en época de cría, cuando los pollos precisan el aporte proteínico de larvas e insectos. A esta situación se añade la escasez de zonas verdes y de lugares para nidificar. Los gorriones suelen instalarse en los huecos de edificios o de viejas ramas de árbol. «Los barrios actuales tienen edificios nuevos y modernos en los que es mucho más complicado poder hacer nidos», razona el investigador. «Hacen falta más zonas verdes, pero no tienen que ser perfectas, sino un lugar donde la naturaleza se mezcle con la ciudad», argumenta el investigador y presidente del comité científico de SEO/BirdLife, Mario Díaz.

Algunas de las soluciones propuestas por esta ONG, a las que se puede sumar cualquier ciudadano, son la creación de pequeños nidos y comederos, la promoción de los espacios verdes y un control para las especies exóticas invasoras.

En un reciente estudio de esta organización, se analizaron ejemplares del centro de la ciudad, la periferia y de zonas alejadas de los núcleos urbanos. Los resultados mostraban una situación mucho más desfavorable para aquellos gorriones que vivían en el centro. A los que se les detecto malnutrición, anemia y deficiencias en el sistema de defensa.

«¿Qué estamos haciendo tan mal para que un ave que se ha originado, adaptado y convivido con nosotros esté tan mal?», se pregunta Díaz. Para los expertos el mensaje es alarmante: «Es nuestra actividad la que ha generado que se creen estas especies y también la que está acabando con ellas».  El gorrión común no existía antes de que lo hicieran las ciudades, explican los investigadores, por lo que su desaparición implica que el hábitat que se está degradando es también el nuestro.

La presidenta de esta ONG, Asunción Ruiz, ha hecho un llamamiento a las instituciones para pedir que se estudie con detalle el «estado de salud de las ciudades» y se apueste por «naturalizarlas»: «Si algo no es bueno para los gorriones, no va a ser bueno tampoco para nosotros».

https://elpais.com/elpais/2016/03/18/ciencia/1458315456_011286.html#?rel=mas

1/02/2024