El canadiense Bryce Casavant abatió a una osa parda por buscar comida en una caravana, pero decidió no sacrificar a sus cachorros
Montreal. 1 JULIO 2020
Osos en la parte occidental de la Cordillera Cantábrica. Fundación Oso Pardo
Tras cinco años de espera, Bryce Casavant ha recibido justicia. Una mañana de julio de 2015, Casavant, en ese entonces agente de conservación ambiental en la provincia canadiense de Columbia Británica, arribó a una zona de la población de Port Hardy. Se requerían sus servicios porque una hembra de oso pardo había tratado con insistencia de apoderarse de la carne y el salmón guardados en el congelador de una caravana. De acuerdo con la ley vigente, debería ser abatida, porque podría representar un peligro para las personas. Casavant mató al animal a tiros, pero rehusó hacer lo mismo con sus dos cachorros.
En vez de pulsar del gatillo, como exigían sus superiores, el agente llevó a los oseznos a una clínica veterinaria para determinar su estado de salud. Después, pasaron un tiempo en un centro de recuperación de la fauna y, finalmente, fueron devueltos a la naturaleza. Casavant no fue recompensado por dicha acción. Todo lo contrario: primero fue suspendido sin sueldo y, poco tiempo después, despedido.
Pronto, una petición en línea, firmada por miles de personas, circuló por Internet para solicitar que recuperara su empleo. Al mismo tiempo, Casavant presentó su caso ante el tribunal de apelaciones de la Columbia Británica. En el documento señaló que los cachorros no representaban riesgo alguno para los habitantes de Port Hardy debido a que no se habían acercado a la caravana, y por eso consideró que aún podrían ser reintroducidos en los bosques.
Finalmente, el tribunal emitió su fallo el pasado 4 de junio, y subrayó que la suspensión y el despido de Bryce Casavant habían sido injustificados. “Matar a los cachorros en estas circunstancias habría sido inconsistente con la política del ministerio”, precisa el documento. También los jueces indicaron que su despido debió haberse evaluado en virtud de la Ley de la Policía, ya que actuaba como un agente provincial especial, y no de acuerdo con lo estipulado en su contrato colectivo. “Esto anula lo sucedido. Legalmente hablando, es como si el despido jamás hubiera tenido lugar”, comentó Casavant a la cadena Global News tras conocer el fallo.
La decisión de los jueces no garantiza automáticamente la reincorporación de Bryce Casavant a sus antiguas funciones. “Las ramificaciones legales de todo esto ahora deberán resolverse entre mi abogado y los del Gobierno”, manifestó Casavant. No obstante, es probable que decida proseguir con algunos proyectos en los que se embarcó tras su cese. Concluyó en mayo un doctorado en ciencias sociales en la Universidad Royal Roads y también buscó llegar al Parlamento provincial como candidato del Nuevo Partido Democrático, aunque perdió en las urnas en los comicios de mayo de 2017.
El pasado mes de enero, el grupo ambientalista Pacific Wild publicó un informe donde figura que en los últimos ochos años, más de 4.500 osos han sido abatidos por agentes de conservación en esta provincia canadiense. “La Columbia Británica no es un campo de tiro para los empleados del Gobierno”, menciona el informe. Uno de sus autores es Bryce Casavant, quien se desempeña actualmente en dicho organismo como analista.
https://elpais.com/elpais/2020/06/23/mundo_animal/1592928350_430196.html
8/08/2020
1 Comment
Rubén Torres
10 meses agoBryce Casavant es un asesino de osos, dejó huérfanos a dos ositos. Da igual que en su defensa dijese que cumplía órdenes de su empresa. No es un soldado, él pudo elegir otro empleo al saber que si accedía a ese empleo una de sus funciones sería matar a los osos que se acercaran a los humanos. Yo no hubiese aceptado el empleo por mucho dinero que me ofrecieran. Yo tengo principios. La gente que carece de principios no tiene derecho a la vida.
Los osos que son criados por humanos carecen de la enseñanza de su madre, no saben cazar, no saben buscar miel y evitar las picaduras, no saben escarbar en las cortezas de los árboles para buscar orugas y qué es comestible en el bosque. Además, no temen a los humanos y tarde o temprano serán abatidos por no rehuir el olor a humano, que lógicamente su madre se lo hubiese enseñado.
Si los osos tienen suficiente comida no creo que les dé por acercarse a los asentamientos humanos y en caso de hacerlo hay formas de hacerlos huir sin necesidad de abatirlos.
Desde España le deseo a él y a los miembros de su empres que ojalá tengan todos una muerte lenta y muy dolorosa.