Japón está apostando por la energía marina como fuente renovable de futuro. Un nuevo prototipo podría ayudarles a abastecer de electricidad a más de la mitad del país
Esta turbina submarina puede generar hasta dos megavatios de potencia. (IHI Corp)
Por
Omar Kardoudi
08/06/2022
Tras más de una década de desarrollo, la compañía japonesa IHI Corp. ha probado con éxito su potente turbina submarina que quiere aprovechar las corrientes de Kuroshio, una de las más fuertes del mundo, para proporcionar electricidad de manera constante y fiable al país.
Japón no puede depender de la energía solar y la eólica como pretenden hacer otros países y mira al mar como una de las fuentes renovables más prometedoras. De hecho, la Organización para el Desarrollo de Nuevas Energías y Tecnologías Industriales de Japón (NEDO) calcula que la corriente de Kuroshio, que transita a lo largo de la costa este de Japón, podría generar hasta el 60% de la capacidad actual del país, aproximadamente 200 gigavatios.
«Las corrientes marinas tienen una ventaja en cuanto a su accesibilidad en Japón», afirma Ken Takagi, profesor de política tecnológica oceánica de la Universidad de Tokio en declaraciones a Bloomberg. «La energía eólica es más adecuada geográficamente para Europa, que está expuesta a los vientos predominantes del oeste y se encuentra en latitudes más altas».
Cómo funciona
El prototipo de IHI se llama Kairyu, y su diseño es similar al de la turbina de Orbital en Escocia, la más grande del mundo. Kairyu también recuerda a un avión, aunque es más pequeño. Tiene unos 20 metros de largo por 20 de envergadura y en la punta de sus alas lleva dos grandes hélices que giran en direcciones opuestas. Esta turbina ronda las 330 toneladas de peso y está pensada para funcionar anclada al suelo marino entre 30 y 50 metros de profundidad.
La O2 es la turbina de marea más potente del mundo (Orbital)
En febrero, IHI y NEDO dieron por cerrado un periodo de tres años de pruebas en el mar que rodea las islas Tokara, en el suroeste de Japón. La turbina iba conectada a un barco y en la primera fase de las pruebas producía corriente de manera artificial gracias al efecto del arrastre. En la fase final, el barco dejó suspendida dentro de las corrientes de Kuroshio, que es como debería funcionar normalmente.
En ese periodo, el prototipo alcanzó el objetivo que se había marcado la compañía, llegando a generar 100 kilovatios de potencia estable. Ahora, IHI está trabajando para ampliar el sistema a 2 megavatios un paso previo a su salida comercial en la década de 2030. La compañía asegura que también realizó un estudio de impacto medioambiental con el que pretenden entender cómo afecta el sistema a la fauna marina y la pesca de la zona.
Robar la energía que produce el mar
Uno de los grandes obstáculos para la comercialización de esta turbina es el coste de producción de energía. IHI pretende generar energía a 20 yenes (0.14 euros) por kilovatio-hora a partir de la implantación a gran escala. Esa cifra es algo más alta que el coste de la energía eólica y la solar en el país nipón.
Otro problema será instalarla bajo el mar. Según Takagi, es complicado construir un sistema lo suficientemente robusto como para soportar las corrientes en el fondo del océano y reducir los costes que supone su mantenimiento. «A diferencia de Europa, que tiene una larga historia de exploración petrolífera en el Mar del Norte, Japón tiene poca experiencia en la construcción en alta mar», afirma el investigador.
Además de querer aprovechar la energía de las mareas y las olas, Japón está estudiando también la conversión de energía térmica oceánica (OTEC), un método que aprovecha la diferencia de temperatura entre la superficie y el fondo oceánico para generar energía. Como apunta Bloomberg, la compañía de transportes Mitsui OSK Lines ha invertido en la empresa británica Bombora Wave Power para explorar el potencial de esta tecnología en Japón y Europa. Yasuo Suzuki, el director general de la división de marketing corporativo de Mitsui OSK Lines, afirma que en abril arrancó una instalación de demostración de esta tecnología en Okinawa con capacidad de 100 kilovatios. Y este mes, asegura Bloomberg, el gobierno ha propuesto cambios en las subastas de energía eólica marina que podrían acelerar su desarrollo de la OTEC.
«Japón no ha sido bendecido con muchas fuentes de energía alternativas», comenta Takagi. «La gente puede decir que esto es sólo un sueño, pero tenemos que intentarlo todo para lograr las cero emisiones de carbono».
11/09/2022
1 Comment
Rubén Torres
2 años agoDe nuevo nos encontramos con un gobierno nipón que lejos de atajar el principal problema que asola al planeta (el exceso de población) pierden el tiempo y el dinero en buscar formas de generar energía eléctrica. Por lo tanto, la meta sería rebajar su población hasta llegar a los 10.310 habitantes (turistas aparte). Así pues, generar electricidad para esa cantidad de habitantes es fácil de conseguir por varios métodos.
Por otro lado se vuelven a equivocar al tratar el CO2 como un villano al que hay que atacar por todos los medios. Que justo todo lo contrario de lo que se debería hacer.
Retomando el tema de la energía, ya he explicado en infinidad de ocasiones que eso no es ningún problema, ya tenemos varios modos de conseguir tanta como precisemos. Por lo que habría que comenzar a desmantelar todos los aerogeneradores, placas solares, centrales nucleares y centrales hidroeléctricas.